Desigualdad S.A

Actualidad 21 de enero de 2024
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En su primera visita al Foro Económico Mundial de Davos, el presidente argentino, Javier Milei, se explayó, ante la élite empresaria mundial sobre los beneficios del «capitalismo de libre empresa» que, de acuerdo con su visión, terminó desde 1800, hasta nuestros días, con el 90% de la pobreza en el mundo. «La conclusión: lejos de ser la causa, el capitalismo de libre empresa es la única herramienta para terminar con el hambre, la pobreza y la indigencia. La evidencia es incuestionable», resumió. Y reflexionó: «¿Cómo puede ser que desde la academia se demonice un sistema económico que ha sacado de la pobreza a la población mundial, que es justo y moralmente superior? Gracias al capitalismo el mundo se encuentra en su mejor momento. No hubo nunca un momento de mayor prosperidad. El mundo es más libre, más rico, más pacífico y más próspero».

Así las cosas, el informe de OXFAM publicado ayer y con la certeza intacta de que no fue leído por Milei antes de su presentación en el Foro de Davos, rebate cada una de las afirmaciones desarrolladas hoy por el mandatario argentino, aseveraciones extemporáneas y que la realidad demuele día a día, mes a mes y año a año.

Este año, OXFAM tituló su informe Desigualdad S.A. El poder empresarial y la fractura global: la urgencia de una acción pública transformadora. Allí, la confederación internacional, formada por 19 organizaciones no gubernamentales, pone en evidencia la desigualdad que se ha incrementado de forma obscena durante el último lustro. «La riqueza conjunta de los cinco milmillonarios más ricos del mundo se ha duplicado con creces desde el inicio de la década actual, mientras que la riqueza acumulada del 60% de la humanidad se ha reducido», comienza el trabajo. «Oxfam lleva años alertando sobre la creciente y extrema desigualdad. En el año 2024, existe un peligro muy real de que estos extremos tan alarmantes se estén convirtiendo en la nueva normalidad. Como muestra este informe, el poder empresarial y monopolístico es una máquina implacable de generación de desigualdades». Y continúa: «Estamos viviendo lo que parece ser el inicio de una década de creciente desigualdad: en solo tres años, hemos experimentado una pandemia, nuevas guerras, una crisis del costo de la vida y el colapso climático. Cada una de estas crisis ha ensanchado la brecha, no tanto entre los ricos y las personas que viven en la pobreza, sino entre una minoría de oligarcas y la inmensa mayoría de la población mundial».

En la primera parte, el informe desagrega las ganancias obtenidas por los denominados milmillonarios, un puñado cada vez más pequeño de personas, en un contexto donde 4.800 millones de personas son más pobres hoy que en 2019, donde la brecha entre el Norte y el Sur global creció por primera vez en 25 años y los precios están superando a los salarios en todo el mundo. «Desde el año 2020, y durante los primeros años de esta década, la riqueza conjunta de los cinco hombres más ricos del mundo se ha duplicado con creces. Durante el mismo período, la riqueza acumulada de cerca de 5.000 millones de personas a nivel global se ha reducido», y enumera: «La riqueza de los milmillonarios se ha incrementado en 3,3 billones de dólares (un 34%) desde el inicio de esta década de crisis; una fortuna que crece a un ritmo tres veces mayor que la tasa de inflación. Esta riqueza se concentra en el Norte global. Si bien solo el 21% de la humanidad vive en países del norte, estos albergan el 69% de la riqueza privada y el 74% de la riqueza milmillonaria del mundo». «Oxfam estima que, si la riqueza de los cinco milmillonarios más ricos sigue aumentando al mismo ritmo que en los últimos cinco años, en 10 años tendremos nuestro primer billonario. Sin embargo, se necesitarán 230 años para erradicar la pobreza».

La nueva era del monopolio

Superpuestos a esta acumulación de los milmillonarios, los otros grandes ganadores en este período de crisis son las grandes empresas multinacionales. «Las dos últimas décadas fueron extraordinariamente lucrativas, y los últimos años han sido aún mejores: los beneficios de las mayores empresas experimentaron un aumento del 89% entre 2021 y 2022. Datos recientes muestran que el año 2023 está a punto de batir todos los récords como el más rentable hasta la fecha. El 82% de estos beneficios acaban en manos de accionistas, quienes se encuentran en su inmensa mayoría entre las personas más ricas».

El informe advierte que un tercio de los beneficios empresariales totales a nivel mundial en 2023 lo recibió el 0,001% de las mayores empresas: 14 compañías de petróleo y gas, cuyas ganancias fueron un 278% superiores al promedio de 2018-21; dos marcas de lujo con ganancias un 120% superiores a la media de 2018-21; 22 compañías del sector financiero aumentaron sus beneficios un 32% respecto al promedio de 2018-21; y 11 empresas farmacéuticas aumentaron sus beneficios en casi un 32% en 2022 en comparación con el promedio de 2018-21. Y agrega en el mismo apartado: «Los sectores de la energía, la alimentación y el farmacéutico experimentaron importantes subidas de precios, lo que permitió a las empresas aumentar sus beneficios como nunca antes desde 1955. Si bien esta intensidad oportunista de la subida de precios es un fenómeno nuevo, la tendencia al alza de los beneficios no lo es. Los datos de más de 70.000 empresas en 134 países durante cuatro décadas demuestran que el margen de beneficio promedio mundial (la relación entre el precio y los costos) aumentó del 7% por encima de los costos en 1980, al 59% en 2020». «Además ‒señala‒, el aumento de los beneficios ha sido impulsado por las grandes empresas multinacionales: la participación de los beneficios de las multinacionales en los beneficios mundiales se cuadruplicó, pasando del 4% en 1975 al 18% en 2019, lo que supone la subida más pronunciada del siglo XXI».

Cómo esta concentración de poder empresarial fomenta la desigualdad, es examinada en el informe haciendo hincapié en cuatro puntos: premiando a los ricos, no a las y los trabajadores (cada vez con salarios más bajos que se ubican por debajo de la inflación); evadiendo y eludiendo impuestos (los impuesto sobre la renta empresarial en los países de la OCDE se redujeron a más de la mitad desde 1980); privatizando los servicios públicos (que socava la capacidad estatal para prestar servicios públicos, universales y de alta calidad para toda la población); e impulsando el colapso climático (El 1% más rico de la población mundial genera tantas emisiones de carbono como los dos tercios más pobres de la humanidad).

Recomendaciones

Este excesivo poder monopólico de las multinacionales, señala el informe, «que permite a las empresas controlar los mercados, establecer los términos de intercambio, y obtener beneficios sin temor a perder negocios», y que incide de manera directa en la vida de toda la población mundial, «lejos de ser una casualidad, es producto del poder que han cedido nuestros Gobiernos a los monopolios», desde finales de la década del 70, cuando «la economía neoliberal suplantó la regulación gubernamental en favor del mercado sin restricciones». Se adoptó un «paradigma promonopolio que tiende a asumir que las grandes empresas son más eficientes y ofrecen un mejor valor para las y los consumidores. Según esta teoría, siempre que los precios al consumidor sean bajos, otras preocupaciones como el tamaño y el poder de las empresas, la equidad y la democracia pasarán a un segundo plano».

La última parte del informe propone cómo controlar el poder empresarial mediante «tres pasos prácticos»: revitalizar el Estado, «a través de la asunción de una función proactiva en la configuración de sus economías para el bien común»; regular el sector privado con tres herramientas ‒acabar con los monopolios privados y poner freno al poder empresarial; dar poder a los trabajadores y trabajadoras y a las comunidades; aumentar drásticamente los impuestos a las empresas y a los ricos‒. Y por último, reinventar el sector empresarial, dotándolo de un nuevo propósito. «Crear y promover una nueva generación de empresas que no antepongan los intereses de sus accionistas (tales como cooperativas de trabajadores y cooperativas locales, empresas sociales, y empresas de comercio justo), que sean propiedad de los trabajadores y trabajadoras y que estén gobernadas en el interés de estas personas, de las comunidades locales y del medioambiente»; y proporcionar apoyo financiero a empresas justas.

En franca oposición a toda la información relevada por OXFAM y convencido de la influencia del socialismo en la agenda del foro que cada año se celebra en Suiza, Milei cerró su discurso ante la élite económica mundial con estas afirmaciones, donde en verdad, «huelgan las palabras»: «Ustedes son benefactores sociales, ustedes son héroes, ustedes son los creadores del periodo de prosperidad más extraordinario que jamás hayamos vivido. Que nadie les diga que su ambición es inmoral. Si ustedes ganan dinero es porque ofrecen un mejor producto a un mejor precio, contribuyendo de esa manera al bienestar general. No cedan al avance del Estado. El Estado no es la solución, el Estado es el problema mismo. Ustedes son los verdaderos protagonistas de esta historia».

Por Mirta Quiles / Acción 

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