





En el acelerado mundo en que vivimos, la importancia del trabajo colaborativo es un pilar fundamental de cualquier organización, ya sea pública o privada.


Las empresas funcionan como equipos de alto rendimiento, al igual que ocurre en el deporte. Entonces, el esfuerzo individual debe nutrir al grupo, porque nunca es uno sólo el que gana los partidos. En nuestro trabajo pasa lo mismo: necesitamos del esfuerzo colectivo de equipos interdisciplinarios que generen sinergias y potencien la performance de todos.
Esta práctica, que crece día a día, nada tiene que ver con compartir, exclusivamente, un espacio físico, sino con cultivar una cultura organizacional que fomente la cooperación y el intercambio de ideas para, de esa manera, potenciar lo mejor de cada empresa. Es decir que, entre una que es excelente produciendo galletitas y otra que lo es comercializando y distribuyendo, lo natural sería que trabajen de forma conjunta para, así, acelerar el crecimiento independiente de cada negocio.
Según las Naciones Unidas, se estima que alrededor de 660 millones de personas sufrirán hambre en 2030. Este grave problema requiere que la cadena de alimentos trabaje, más que nunca, de forma conjunta.
La naturaleza de estos desafíos empresariales contemporáneos exige una perspectiva diversa y holística, y estos equipos, que reúnen a individuos con sus distintas habilidades, experiencias y conocimientos, también tienen la capacidad de abordar problemas desde múltiples ángulos y generar, así, soluciones innovadoras. Eso sí: el esfuerzo colectivo debe confluir, también, en un único y mismo objetivo.
Una ventaja del trabajo colaborativo, a menudo pasada por alto, es su capacidad de fomentar la creatividad. La interacción con personas que piensan de manera diferente puede generar ideas frescas y perspicaces. La confrontación de estas perspectivas puede desencadenar debates constructivos y, de esa manera, construir soluciones más completas y elaboradas. Edwin Catmull, fundador de Pixar, cuenta en su libro sobre las sesiones del Braintrust que crearon en la empresa para así lograr un trabajo colaborativo, creativo y películas extremadamente exitosas. Allí reúnen a personas de diferentes equipos y jerarquías para identificar y resolver problemas.
Imaginemos lo mismo entre integrantes de todos los eslabones de la cadena alimenticia en donde todos conformen un mismo equipo. No sé si lograríamos resolver completamente el problema, pero algo sí es seguro: mejoraríamos mucho la situación.
La implementación exitosa del trabajo conjunto no es automática. Éste requiere de una infraestructura sólida, las herramientas de colaboración adecuadas y una dirección clara. Los líderes desempeñan un papel crucial al establecer expectativas precisas, fomentar la confianza y reconocer el valor de la contribución de cada miembro. Entre una empresa referente en la producción de galletitas y otra que comercializa y distribuye alimentos a todo el país hay, lógicamente, mucho potencial, pero también existen muchas aristas que cuidar, porque la historia y el presente de cada una son y serán diferentes.
En resumidas palabras: con un panorama empresarial como el actual, en donde la agilidad, la innovación y la adaptabilidad son esenciales, el trabajo colaborativo se alza como una plataforma fundamental para el éxito y mucho más, para resolver situaciones complejas como lo es la alimentación (o la falta de ella) en el mundo.
No existen soluciones mágicas, pero como en toda carrera que uno emprende, se avanza de a un paso a la vez.
CEO de Argensun
Nota:https://www.ambito.com/





