Neurociencia del bienestar laboral

Actualidad29/07/2023
cerebro-coloreado-420x280

"Solo conduce a la felicidad el cumplimiento de los deseos que están en el interés del hombre"

Erich Fromm

Muchos deseos han cambiado. También los de bienestar laboral, priorizando especialmente la calidad de vida. Por ejemplo, ya no se quiere esperar hasta la jubilación para alcanzar la satisfacción subjetiva, el deseo de placer es imbricado junto a la actividad laboral. Más vacaciones, generalmente más cortas, y la solicitud de menos cantidad de horas y días laborales son parte de ello.

Las encuestas muestran un deseo de disfrutar más temprano. Se busca un estado de bienestar subjetivo que conlleva factores individuales, sociales y extralaborales, considerando que los índices actuales de felicidad no implican solo el Producto Bruto Interno de un país sino también muchas cuestiones más, entre ellas, la calidad de vida y el uso del tiempo.

En estudios sobre las actividades laborales se describe una mayor actividad y creatividad, mejorando el confort en el trabajo. Este proceso es llamado "bienestar laboral" e implica especial interés en los procesos de actividad asociados con la fluidez. La fluidez es una función que se aplica a un proyecto deseado y asociado a la consideración de la capacidad para poder desarrollarlo. Durante este proceso, nuestro cerebro descansa con actividades simples pero deseadas y reconfortantes.

"Flow" laboral

La fluidez o "flow" es un concepto descrito por el psicólogo Mihaly Csikszentmihalyi, de la Universidad de Claremont, que refiere a un estado particular de automatización de una labor, pero en la que fluye la funcionalidad y se trabaja principalmente en forma inconsciente o implícita. La fluidez es, entonces, principalmente inconsciente y muy frecuente en nuestras vidas, pero a la vez es muy difícil de inducir, por lo que estará en cada uno descubrirla y tomar algunas premisas para aprovecharla.

La fluidez disminuye además el estrés crónico, interviniendo una zona de la corteza cerebral parietal interna llamada "precúneo", un sector que, por ejemplo, no reposa en patologías psíquicas, como ciertas psicosis y depresiones, empeorando el rendimiento funcional.

David Strayer, de la Universidad de Utah, realizó un estudio llevando personas que trabajan en la ciudad al campo y evaluó la funcionalidad atencional. Los ritmos electroencefalográficos de las personas trabajando en oficinas muestran un aumento de la función eléctrica (ondas theta) en la atención activa. Sin embargo, en personas que realizan actividad en la naturaleza se observó que disminuye la actividad eléctrica sin alterar su función atencional intelectual.

Otras experiencias muy desarrolladas se realizaron en Corea del Sur, país muy industrializado y con alta exigencia laboral y educativa. Es así como desde el gobierno se desarrollaron actividades en la naturaleza, generando varios espacios de bosques de sanación con guardaparques especializados en salud. Otro país innovador en estos trabajos es Finlandia, con un alto índice de depresión, suicidio y alcoholismo, que propone espacios de naturaleza plantenado desde el gobierno cinco horas mensuales, como mínimo, para para la prevención de trastornos afectivos. Otras de las propuestas de contacto natural es la de tener experiencias nuevas que mejoren la performance tanto cognitiva como corporal posterior.

La revolución industrial y después la tecnológica han evolucionado mucho más rápidamente de lo que lo hizo el cerebro humano. Se modificó rudamente el medio ambiente, junto con sus exigencias (alturas, asfalto, vuelos, velocidad, sobreinformación) para con el ser humano, cambiando lo que probablemente le habría tomado adaptativamente al cerebro miles de años. Quedó entonces un encéfalo sobreadaptado biológicamente a un ámbito natural, aunque rodeado de cemento.

Actualmente existe otra revolución que es la tecnológica y el trabajo virtual. Un grupo denominado Cyber Neum, del Instituto Max Planck de Tübingen, estudia la relación entre la funcionalidad visuo-espacial y corporal. Este grupo describió que, luego de una hora de realidad virtual, los criterios de realidad espacial son afectados. Algo similar puede suceder con los procesos empáticos y neuronales en espejo, que permiten entender y emocionar al otro, probablemente base neurobiológica de la intersubjetividad.

Jeremy Bailenson, del Laboratorio Virtual de Interacción Humana de Stanford, describe en una publicación de la revista Technology, Mind and Behaviour cuatro causas de "la fatiga de Zoom": el agotamiento de verse a sí mismo durante mucho tiempo en la pantalla, el contacto visual excesivo e intenso, una mayor disminución de la movilidad habitual y una mayor carga cognitiva verbal con pérdida del contacto presencial no verbal y empático.

Ansiolíticos internos

La meditación y el ejercicio son planteados por diversas empresas modernas como otros procesos para generar bienestar laboral. A través de neuroimágenes realizadas entre yoguis se aprecia un aumento de las áreas cerebrales dedicadas a la memoria y de las sustancias endógenas, un especie de ansiolítico interno que calma la ansiedad.

Si bien el estudio neurológico de las prácticas contemplativas y el cerebro es una ciencia que recién comienza, y aún faltan estudios a largo plazo, ya nadie duda de los beneficios que pueden generar los procesos de meditación para un cuerpo y un cerebro más sanos.

Es interesante un trabajo publicado en Psychosomatic Medicine, del investigador Patrick Smith, en donde se realiza un metaanálisis de varios estudios con ejercicio aeróbico prolongado,s observando mejoría tanto en las funciones ejecutivas cognitivas como en la atención y el control de los impulsos, con la mejoría de la patrones cognitivos entre las personas que realizan el ejercicio. Incluir la ejercitación aeróbica en los trabajos resulta, entonces, central en la posibilidad de mantener nuestro cerebro joven y funcional.

Por último, el sueño también es considerado importante por las empresas avanzadas en estos temas. Dormir en cantidad suficiente y con calidad es una necesidad activa en la cual el cerebro va mejorando patrones, ya que, si bien existen partes del sueño en las que el cerebro funciona menos que en la vigilia, hay otras en las cuales se produce un mayor consumo de glucosa y, por ende, una mayor actividad. Esto muestra que el sistema nervioso está trabajando y generando muchas tareas, como soñar, y muchas otras más, como por la de mejorar el rendimiento cognitivo y mnésico.

Así las cosas, la calidad de vida laboral no es un factor que actualmente se pueda olvidar. Es una consideración clave y activa para el cuerpo y el cerebro humano que genera un conjunto de beneficios para la felicidad laboral.

Por Ignacio Brusco * Neurocientífico y profesor. Decano de la Facultad de Ciencias Médicas (UBA). PhD en Medicina y en Filosofía / BaeNegocios

Te puede interesar
Lo más visto

Suscríbete al newsletter para recibir periódicamente las novedades en tu email