El ministro de Economía, Sergio Massa, reunió hoy a su tropa política en un encuentro de la Mesa Nacional del Frente Renovador para definir la estrategia del partido de cara a las elecciones 2023. Con un discurso de fuerte tinte político, pidió "generosidad para construir el '23", "hacer un mea culpa con la sociedad" y aclaró: "Sin orden político no hay orden económico". 

La Mesa se reunió para convocar al Congreso partidario que del próximo 10 de junio, donde será "clave definir un programa", según declaró Massa. El ministro es uno de los nombres más fuertes de cara a las candidaturas a presidente por el oficialismo y, aunque aclaró que su responsabilidad "sigue siendo ser Ministro de Economía y estar al frente de resolver los problemas", pidió que su tropa fije "una posición política definitiva de cara al año electoral que viene".

En este sentido, Massa remarcó que esa definición debe ser "respecto de respaldo de candidaturas, si participamos o no dentro del Frente de Todos, cómo participamos, cómo se diseña el frente y cuál es la nueva realidad del frente en términos de representación política y electoral".

Ante un centenar de dirigentes del Frente Renovador, entre los que había gobernadores, intendentes, diputados, funcionarios nacionales y que responden a su liderazgo, el funcionario aseguró: “Tuvimos coincidencias y diferencias con algunos sectores ante de constituir el Frente de Todos. Pero en 2019 se pudo armar porque hubo generosidad. Cristina era la que más medía, pero decidió romper los techos. Y esa tiene que ser también la generosidad para construir el 23. Si no, lo que terminamos haciendo es no cediendo”.

Massa con el Frente Renovador

Para Massa, el oficialismo necesita "definir una estrategia competitiva que no permita que alguno se saque la vanidad personal de competir, sino que le dé al gobierno sustentabilidad de cara al último año y que le dé competitividad de cara a los desafíos que enfrentamos los próximos años".

En la carrera por la candidatura están el Ministro del Interior, "Wado" de Pedro; el jefe de Gabinete, Agustín Rossi, y el embajador en Brasil, Daniel Scioli. Todos ellos, al igual que Massa, salieron a mostrar gestión luego de que Cristina Fernández de Kirchner ratificara que no sería candidata y hablara de una renovación en la política para las elecciones.

Ante la danza de nombres, Massa buscó, sutilmente, mostrarse como un candidato fuerte: “Para que haya orden económico tiene que haber político y premisas claras. Cuando aparecen esas peleas de enanos, de alguna manera, lo que terminan generando es vacío de poder y falta de certidumbre. Y nosotros estamos obligados a dar certidumbre”, argumentó.

Más tarde, insistió en el concepto: "Ninguno es dueño de la verdad. No podemos quedar rehenes de peleas chiquititas, de vanidades, porque lo que está en juego son los derechos laborales, los derechos sindicales, la capacidad productiva de nuestras pymes”. "Si no lo hacemos, después nos vamos a arrepentir", sentenció.

Con respecto a la "papa caliente" que asumió, según definió Cristina Kirchner ayer, enfatizó: "No soy de los que se asustan frente a un desafío. Cuando había que agarrar la papa caliente, muchos de los que hoy se pasean por los canales de televisión hablando vanidosamente de candidaturas, se metían abajo de la cama. Nosotros nos paramos, pusimos el cuerpo y nos hicimos cargo".

Los errores en Economía

Sobre el final del discurso, aminoró la marcha y aclaró:  “No estoy planteando ninguna posición personal. Tengo claro que hoy mi responsabilidad es ser ministro de Economía y que mi responsabilidad es ayudar a transitar el cierre de las situaciones que hoy tiene que resolver la Argentina”.

En este sentido, reconoció los errores de la gestión económica del gobierno actual: "Es clave que tengamos la capacidad de hacer mea culpa con la sociedad a la hora de asumir cómo vamos a reparar los errores de otros gobiernos, los problemas estructurales pero también nuestros propios errores".

Sin embargo, no ahorró en críticas a Mauricio Macri y al exministro de Economía Martín Guzmán —responsable, para un sector del oficialismo, de la "papa caliente" que debió agarrar Massa—:  "Hubo un endeudamiento feroz y que de alguna manera es una herencia que la va a perseguir a la Argentina por muchos años, un país que le tocó enfrentar una pandemia, como al resto del mundo, pero sin crédito, y eso fue todo emisión y esa bola de pesos que hoy en gran parte explica la inflación".

"Por falta de crédito multilateral y crédito soberano, porque Argentina estaba renegociando su deuda y tardó una eternidad", declaró, casi en una respuesta a las críticas recientes de Guzmán a Massa.

"Cuando aparecen esas peleas de enanos, lo que terminan generando es ese vacío de poder. Tenemos que terminar de cumplir este contrato que se vio lastimado por el endeudamiento, la pandemia, pero también por errores propios en términos de pérdida de reservas, de emisión descontrolada", calmó los ánimos más tarde.

Finalmente, asumió el compromiso con el país más allá de las elecciones: "Hasta el 10 de diciembre, más allá de la coyuntura electoral, a cada uno de los que tenemos responsabilidad de gestión nos tienen que ver cumpliendo el compromiso que asumimos en el 2019 con la gente", concluyó.

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