Cómo prevenir el consumo de marihuana en los adolescentes

Actualidad - Nacional 13 de mayo de 2023
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Las poblaciones vulnerables son aquellas que, por razones de edad, género, condición física o mental y circunstancias sociales, económicas, étnicas o culturales, se encuentran en desventaja o riesgo de ver vulnerados sus derechos humanos. Entre los grupos vulnerables en Argentina se encuentran: niñas, niños y adolescentes; personas con discapacidad; adultos mayores; mujeres; personas LGBTI+; migrantes; personas privadas de la libertad; personas en situación de calle; pueblos indígenas; trabajadores informales; entre otros.
Según el INDEC, en el segundo semestre de 2020, el 42% de la población argentina se encontraba bajo la línea de pobreza y el 10,5% bajo la línea de indigencia. En este contexto, el Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA, un año antes, en el 2019, ya refería que el 59,5% de los niños y adolescentes de 0 a 17 años vivían en hogares pobres y el 14,8% en hogares indigentes.

La sociedad actual se enfrenta a múltiples desafíos y oportunidades derivados de la revolución digital y el avance de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), para poder acotar la brecha entre los que más posibilidades tienen y los que no.

Sin embargo, no todas las personas tienen el mismo acceso, uso y aprovechamiento de estas herramientas, lo que genera una brecha tecnológica entre los que están conectados y los que no.

Esta brecha no solo implica una diferencia en el acceso a Internet o a los dispositivos digitales, sino también una diferencia en las habilidades y competencias para entender y utilizar la información que circula por estos medios, lo que se conoce como brecha cognitiva. La brecha cognitiva puede afectar al desarrollo personal, educativo, laboral y social de las personas, limitando sus oportunidades y su participación en la sociedad del conocimiento.

Por otro lado, el consumo de cannabis es una práctica cada vez más extendida entre los jóvenes, adolescentes y púberes de todo el mundo, que puede tener efectos nocivos para la salud física y mental de los consumidores.

El cannabis contiene más de 100 compuestos químicos llamados cannabinoides, entre los que destaca el tetrahidrocanabinol (THC), que es el responsable de los efectos psicoactivos o alteradores de la mente.

Algunos de los efectos negativos del consumo para desarrollar las funciones psíquicas inherentes a la inteligencia y capacidad de aprender son la alteración de la memoria, la atención y el aprendizaje; la ansiedad, el miedo, el pánico o psicosis; disminución de la motivación por el rendimiento académico o laboral. Dificultad para pensar y resolver problemas, problemas con la memoria y el aprendizaje. Coordinación reducida, dificultad para mantener la atención y problemas con la escuela y la vida social.

Estos efectos pueden agravar la brecha cognitiva existente entre los consumidores y los no consumidores de cannabis, así como afectar a otras áreas de su vida. Por lo tanto, es importante reflexionar sobre las causas, consecuencias y posibles soluciones para reducir tanto la brecha tecnológica como la brecha cognitiva, así como para prevenir y tratar el consumo problemático de cannabis en nuestra sociedad.

En definitiva, el consumo de cannabis en poblaciones vulnerables, en púberes y adolescentes, no solo perjudica a la salud física, sino que también dificulta su integración y participación en la sociedad del conocimiento, que requiere personas con capacidades cognitivas óptimas y con actitudes proactivas y colaborativas. El consumo de cannabis puede crear una brecha cognitiva y social entre los usuarios y los no usuarios, que se traduce en desigualdad de oportunidades y en exclusión.

Para prevenir el consumo de marihuana en los adolescentes, se recomienda:

  • Fomentar su autoestima, su autonomía y su responsabilidad
  • Enseñarles a saber decir que no y a tolerar la frustración
  • Preguntarles qué saben sobre el cannabis y corregir los errores o mitos
  • Establecer pautas claras y supervisar su comportamiento
  • Mantener un registro de sus actividades y amistades
  • Dialogar con ellos sobre los riesgos y las consecuencias del consumo
  • Ofrecerles alternativas saludables de ocio y diversión
  • Darles buen ejemplo como padres o adultos de referencia

Por Eduardo Lovaro / Presidente de CIMACUP, Docente Universitario UAI. * Ambitoweb

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