Elecciones 2023: ¿a quién perjudica Javier Milei? Desgaste y "robo" de votos en JxC y FdT

Actualidad - Nacional 19 de abril de 2023
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Javier Milei, el diputado de la Libertad Avanza, debería llevar un octógono negro que advierta “exceso de desgaste” para la alianza Juntos por el Cambio. Su figura se transformó en motivo de controversia y debate interno, con dos sectores enfrentados en cuanto a cómo abordar su presencia en el espacio. Por un lado, aquellos que buscan mantener una buena relación con el libertario, considerándolo un posible aliado para un eventual balotaje o acuerdo parlamentario. Por otro lado, quienes buscan marcar una clara diferencia con él, dejándolo fuera de la alianza y cancelando cualquier posibilidad de acuerdo.

Recientemente, Elisa Carrió publicó un tuit en sus redes sociales agradeciendo a los tres candidatos presidenciales formalmente lanzados, Gerardo Morales, Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich, por haber reafirmado la pertenencia a Juntos por el Cambio. En esa lista quedaron excluidos otros nombres importantes por diversas razones, incluyendo la ausencia más llamativa de Mauricio Macri.

No apareció María Eugenia Vidal, que aún no se lanzó a la presidencia y todavía hay dudas sobre si jugará o no la carrera, tampoco lo hizo Facundo Manes, que se dedicó a correr el país pero aún no tuvo su ingreso formal al listado de los presidenciales. La primera, en línea con el debate interno, propuso barajar y dar de nuevo. Que todos los candidatos declinen de sus aspiraciones para ordenar. Eso fue interpretado como un gesto frente al crecimiento de Milei. Pero también pudo haber sido un guiño para un acuerdo.

Si bien el mensaje de Carrió fue dirigido a los aspirantes a la Casa Rosada, la falta de mención de Macri llamó la atención. Los tres candidatos mencionados por ella dieron algún tipo mensaje en las últimas horas para marcar una diferencia con Javier Milei. Por ejemplo, frente a la propuesta del libertario de armar un espacio político nuevo y jugar una interna con Patricia Bullrich, ella reafirmó su pertenencia a Juntos por el Cambio y cerró la discusión sobre una posible migración.

El jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta también dejó en claro que Milei no forma parte de la alianza, y hasta discrepó con la posibilidad de que Macri quisiera mudarse con el referente de la Libertad Avanza. Gerardo Morales lo trató, sin medias tintas, de “persona desquiciada”. La UCR y la Coalición Cívica fueron los dos espacios que le pusieron el freno más nítido a la incorporación del diputado.

La pregunta que surge es por qué Elisa Carrió cree que Mauricio Macri podría ir detrás de Javier Milei. La respuesta es simple y pública. Los dichos del ex presidente, su falta de enfrentamiento y su constante intento por encontrar algún tipo de punto en común con el libertario no parecieron dejar lugar a dudas sobre la estrecha relación. La incorporación quedó descartada básicamente porque el referente de La Libertad Avanza le puso límites por la presencia de “blandos” dentro de Cambiemos. Y la ruptura de JxC no pareciera ser una posibilidad, pero sí un acuerdo político. ¿O hay chances de generar un quiebre sin que se note la fisura?

Pese al desgaste claro que genera la figura del libertario, desde el PRO, sin embargo, se considera que Milei es un problema del Frente de Todos porque, al mantenerlo en el centro de atención, le roba más votos al oficialismo que a la oposición. Por eso, les interesa tenerlo en un buen nivel de intención de voto, aunque habrá que ver si eso se plasma en la realidad en las urnas.

De todos modos, es válido preguntarse si solamente el Frente de Todos se vería perjudicado ante la escalada, a niveles aún desconocidos, del libertario. En caso de que Milei alcanzara la instancia de balotaje frente a Cambiemos, la alianza debería cambiar por completo su estrategia. En la actualidad, se apostó a un mano a mano en segunda vuelta con el oficialismo y el apoyo del diputado a la hora de buscar los votos necesarios para ganar en el todo o nada.

Ahora bien, si el balotaje fuera entre dos fuerzas con ideologías similares, los votos del libertario se quedarían con el libertario y no migrarían a Cambiemos, complicando su situación. Por eso, Bullrich lo subió a la instancia de segunda vuelta pero como colaborador indispensable. Sin embargo, Mauricio Macri fue un paso más allá y sí lo puso como una de las dos figuras que van a terminar de dirimir, en un mano a mano, quién será el próximo gobernante de la República Argentina. Él fue el que lo subió a lo más alto del podio.

Por eso la reacción de Carrió. Ella notó que Macri se transformó en el único dirigente con más ganas de que Milei se transforme en un actor cada vez más protagónico y no de reparto. Por eso no apuntó contra los otros dirigentes de Juntos por el Cambio. Pero claramente esta situación empezó a generar un desgaste ya que las figuras opositoras no pueden dejar de hablar del hombre de La Libertad Avanza. Casi como una publicidad maliciosa, los debates en medios de comunicación y el clickbate que genera el libertario lo posicionan como una figura de agenda constante y difícil de evitar.

Si Mauricio Macri está detrás del crecimiento de Milei, con su granito de arena, ¿qué podría ganar? Este año, además de factores personales y aspiraciones propias, el ex presidente se bajó de la carrera electoral por falta de vuelo en las encuestas. Si el libertario llegara a gobernar el país y generar un caos aún mayor, su figura podría, ahora sí, verse reivindicada para buscar el segundo tiempo que no llegó. Esto fue rechazado rotundamente desde su entorno, desde donde se aseguró que el líder del PRO no tiene ningún interés real en la figura novedosa del arco político y se lo vinculó expresamente con el enojo de la sociedad a la clase política.

Por eso, los dichos de Elisa Carrió fueron interpretados desde el macrismo como una de sus jugadas habituales para salir en los medios y poder marcar la cancha, no sólo dentro de Juntos por el Cambio sino también para meter presión en un año electoral en el que se negocian muchas cosas, muchos cargos, muchos lugares en las listas y, justamente, son las listas legislativas las que a la Coalición Cívica siempre le interesan.

Lo cierto es que, más allá de los coqueteos, más allá de que claramente hay un apoyo al crecimiento de Milei de parte de un sector del PRO, ninguno tiene pensado romper el partido amarillo o la alianza Juntos por el Cambio. En realidad, pareciera tratarse de un baile entre unos y otros para ver quién pisa el palito y genera el chispazo necesario para acusar al contrario de una fisura y ganar libertad de acción.

Por el momento, el PRO dejó ver que su estrategia será mostrar la experiencia como un diferencial frente al libertario. Dureza inmadura versus dureza madura para hacer las transformaciones que ellos consideran necesarias. Sin embargo, sí se apuesta por una convivencia. El acuerdo puede estar firmado o ser una expresión de deseo con un alto potencial de realización. Aporte de votos en segunda vuelta (salvo que cambie el escenario y, con él, la estrategia) y pacto en el Congreso.

La intención es poder lograr un trabajo en conjunto con el libertario que les permita hacer reformas parlamentarias, no sólo participando del quórum, sino con mayorías especiales, según sea el caso, para poder votarlas por una diferencia bastante considerable frente al actual oficialismo. Eso las haría perdurar en el tiempo, porque las composiciones de las Cámaras necesitan de tres elecciones muy malas del espacio dominante para que éste pierda su correlación de fuerzas. Por lo tanto, serían necesarias tres elecciones de medio término muy malas para Juntos por el Cambio y para los libertarios. Seis años de esta composición aún virtual, seis años de trabas para poder retroceder con las reformas que quieren llevar adelante.

Por Carla Pelliza * El Destape

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