El calvario del nene violado y prendido fuego por un chico de 13 años y su denuncia mientras agonizaba

Historia 26 de marzo de 2023
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Robbie Middleton sufrió quemaduras en todo el cuerpo. Según los médicos tuvo escoriaciones en el 99% de su piel. El chico no podía hablar y luchó durante 13 años contra un cáncer de piel que se le produjo tras el ataque. Postrado en la cama del hospital en su mente sabía quién lo había hecho. La Justicia buscaba al culpable del hecho ocurrido en 1998, pero no había pruebas y el único testigo permanecía internado.

Finalmente, el ya joven antes de morir pudo dar el nombre de su atacante y el caso llegó a los tribunales. En una de las audiencias ante el juez y el jurado se mostró un video en el que Robbie nombró al adolescente que lo violó y luego le prendió fuego en un intento de encubrir su propio crimen.

Confesión en video

Con una voz frágil y haciendo un esfuerzo sobrehumano, Middleton nombró a Donald Collins como su violador y torturador, poco antes de que falleciera, a los 21 años, en 2011.

Según la crónica del Houston Chronicle de esa jornada del juicio, en el video Robbie relataba: “Don me agarró, me dio la vuelta y me tiró nafta en la cara”.

El chico desde la cama del hospital y titubeando por el recuerdo, dijo que estaba cegado por el combustible que le había entrado en los ojos, pero cuando se dio cuenta de que estaba en llamas, comenzó a correr desde el sendero del bosque de regreso a casa.

“Estaba corriendo tan rápido como podía, pero no podía ver hacia dónde iba”, explicaba Robbie, mientras contó que todo lo que sentía era “un dolor horrible y que no podía parar de gritar”.

El entrevistador, el abogado Craig Sico, le preguntó a Robbie, de 21 años, si Collins lo agredió sexualmente. Robbie respondió que dos semanas antes de que lo quemara vivo, Collins “me llevó al mismo bosque. Me bajó la ropa y me violó”.

Durante el video de 27 minutos emitido en los Tribunales, Robbie también revela que mientras estaba en llamas, creía que también escuchó la voz de un adulto que estaba hablando con Donald. Sin embargo nunca pudieron probar la presencia de otra persona en la escena del crimen.

La familia de Robbie siempre creyó que un adulto también estuvo involucrado en el ataque. “Creo absolutamente que había otra persona en el camino. Pero Collins nunca dirá quién fue. Y es por eso que no siento pena por él”, dijo la mamá del joven quemado.

El calvario de Robbie

Robbie sucumbió al cáncer, que se cree que fue causado por las horribles quemaduras que sufrió 13 años antes. Un médico forense dictaminó que su muerte fue un homicidio.

El 28 de junio de 1998 fue un día de calor abrasador en Splendora, Texas. No había nubes y el sol pegaba de lleno en las calles con pocos árboles de la pequeña localidad del sur de Estados Unidos. Era pleno verano en el hemisferio norte y los chicos disfrutaban de sus vacaciones.

Robbie se despertó emocionado porque era el día de su cumpleaños número 8. Usó parte del dinero de los regalos para comprar fuegos artificiales y luego planeó andar en bici por el bosque en la parte trasera de su casa.

A Robbie le habían regalado una carpa para su cumpleaños y su madre, Colleen, la había instalado en el jardín trasero para que Robbie y su amigo pudieran tener una fiesta de pijamas. “Fue realmente, verdaderamente uno de los días más felices de su vida. Realmente amaba el día de su cumpleaños”, recordó la mujer

El nene había salido con su bicicleta en un suburbio del pueblo de Splendora, perteneciente al estado de Texas. Era una ciudad tranquila y su mamá había dejado que el chico pedaleara por las calles en la que pasaban muy pocos autos. Entonces, Middleton se acercó a una zona boscosa en los límites de su barrio y allí se topó con su atacante.

Mientras los 12 miembros del jurado miraban azorados el video con la confesión de un Robbie moribundo, el acusado le dio la espalda a la TV y se tapó la cara con un diario.

El violador se defiende

El equipo de defensa agregó que no hubo testigos del ataque y afirmó que los fiscales estaban jugando con las emociones del jurado. “No esperen que la defensa traiga un testigo presencial de esta tragedia porque no lo hay”, dijo el abogado de Collins ante el jurado.

Pero Robbie no fue la única víctima de Collins. Tres años después de prender fuego al chico en el bosque de Texas, fue acusado de violar a otro chico también de 8 años en 2001 a punta de pistola. Por ese abuso, pasó cuatro años en un centro de detención de menores.

La mamá de Robbie encontró a su hijo la tarde del ataque con todo el cuerpo quemado en la puerta de su casa. Estaba irreconocible, sólo pude identificar sus zapatillas de color rojo”, admitió la mujer con lágrimas en los ojos.

Robbie fue llevado de urgencia al hospital. Sufrió quemaduras de tercer grado en el 99% de su pequeño cuerpo. Solo las plantas de sus pies permanecieron intactas. A sus padres les dijeron que no sobreviviría, pero milagrosamente, lo hizo.

Los meses posteriores al ataque, Robbie estaba vivo pero no podía hablar ni moverse. Los doctores que lo atendían en el hospital de Splendora hablaban de milagro que aún pueda respirar. “Mi hijo deliraba tanto por los dolores que nombró a todos los que conocía como sus atacantes, incluido el perro de la familia”, relata su mamá.

Trece años después del ataque, Robbie nombró a Donald Collins, de 13 años, como su atacante. Donald era un depredador sexual de Texas que vivía cerca de la familia Middleton. Colleen le advertía todos los días a su hijo que se aleje de Donald y que si alguna vez lo veía mientras estaba solo, simplemente huyera.

Desde que fue prendido fuego hasta su confesión agonizante, Robbie soportó más de 200 operaciones. Esperaba dejar atrás su trauma y seguir adelante y simplemente ser feliz. “El pasado es el pasado. Tienes que dejarlo ir”, dijo Robbie con optimismo. Sin embargo, sus órganos resultaron gravemente dañados por el fuego y, a la edad de 21 años en 2011, el ya joven murió de cáncer causado por las quemaduras.

El violador condenado como adulto

Tras la muerte de Robbie, Donald fue arrestado y acusado como adulto de asesinato capital, pese a que en el momento del ataque tenía 13 años.

El abogado defensor sostuvo que llevar el caso a un tribunal de adultos violaba los derechos de Donald porque la ley de 1998 no le permitía ser certificado como adulto. Los fiscales, sin embargo, dijeron que el asesinato no tuvo lugar hasta 2011 y, en ese momento, los menores de 10 años podrían ser juzgados como adultos.

Durante el juicio, Colleen, la mamá, le dijo a la sala del tribunal que Robbie había pasado sus últimas semanas en la tierra preocupado de que pasaría el resto de la eternidad en el infierno. Estaba tan preocupado por la vida después de la muerte que se negó a ver poco más que dibujos animados por temor a que una trama fuera picante. “Le diría: ‘Eres la mejor persona que conozco, no irás al infierno, Robert’”, testificó la mujer.

Gordon Pranger, que había conocido a Robbie durante su internación, reveló que Robbie le confió que le preocupaba ir al infierno porque lo habían violado. “Aunque él no tenía otra opción para que sucediera, creo que sintió que era un pecado tener relaciones sexuales antes del matrimonio. Creo que de ahí venía su idea de ir al infierno”, dijo el testigo frente al a los jurados.

En 2015, un jurado condenó a Donald por asesinato al máximo de 40 años de prisión. Así, en la actualidad el violador y asesino permanece detenido en una cárcel de alta seguridad de Texas. Así, Robbie antes de morir pudo relatar todo lo sucedido como único testigo de su propio abuso sexual y asesinato. Quizás, luego de su declaración haya creído que evitaba el infierno tan temido por él.

Nota:infobae.com

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