Planes sociales, ¿mataron la cultura del trabajo?: encuesta revela qué piensan los argentinos

Actualidad - Nacional 24 de junio de 2022
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Los planes sociales nacieron como una reivindicación de derechos para quienes no podían acceder a condiciones básicas de vida: como vivienda, alimentación y vestimenta. Sin embargo, con los datos de lo que está sucediendo hoy en nuestro país y con la perpetuidad de estas asignaciones, parece que el resultado es justamente el contrario al que quisieron conquistar.

Esto hace que el 61% de la población los perciba como el gran mal que corrompió la cultura de trabajo, algo que era distintivo en la población nacional.

"En la Argentina, existen 182 programas sociales, a partir de los cuales, una familia tipo podría percibir entre $156.890 y $173.190 por mes. Frente a este contexto, una gran parte de la sociedad se expresa en contra de ellos, los responsabiliza de la mala situación económica del país, y considera que un recorte de la emisión monetaria destinada a estos podría ayudar a disminuir la inflación", destaca Esteban Neme, socio de Horus.

Los planes sociales en números

En nuestro país, el 55% de las personas estuvieron alguna vez alcanzadas por una cobertura de programas sociales de transferencias de ingresos y asistencia alimentaria. A este número que parece ir en aumento, lo acompañan actualmente 182 programas sociales, la mayoría de ellos, compatibles entre sí, lo que genera que una familia sin ningún miembro trabajador pueda alcanzar montos superiores a, por lo menos, 4,5 salarios mínimos vitales y móviles.

Tal es así que este tema que involucra a gran parte de la sociedad está presente todos los días, y lleva a cada una de las personas a expresarse libremente a través de las redes sociales. De esta forma se ve su preocupación y descontento respecto a ello: de hecho, según una encuesta realizada por Horus que analiza las conversaciones en dichas plataformas, el 61% de los encuestados declaró estar en contra de los planes sociales.

Todos contra los planes sociales

Cristina Kirchner puso el dedo en la llaga cuando pidió que el Estado retomara el control de las políticas sociales, que vienen creciendo sin freno alguno durante las últimas dos décadas, cuando se duplicó la cantidad de personas que perciben subvenciones estatales.

Uno de los principios de los planes sociales es poder garantizar cierto equilibrio en lo que a acceso de derechos se refiere, sin embargo, la perpetuación de esta práctica solo termina generando dependencia, alejando a las personas del concepto y el ejercicio del trabajo, enseñándoles que recibir asistencia es el único modo que tienen para enfrentar su día a día.

 EL 61% de los encuestados se manifestó en contra de los planes sociales

Es por esto que no sorprende que una gran mayoría ponga la culpa de "la situación económica en el sostenimiento de planes sociales y políticos. Además, considera que una manera de contribuir a la disminución de la inflación, es recortar la emisión monetaria destinada a dichos planes", suman desde Horus.

A su vez, indica un informe elaborado por Horus, predomina entre la sociedad el acuerdo de que estos no promueven la cultura del trabajo, y sostienen en este sentido, que quien no trabaja, es porque no quiere, señalando que excede el marco de posibilidades, y que por lo tanto, es responsabilidad individual.

"Pese a esto, los usuarios entienden al mismo tiempo, que en un país donde hay tanta desigualdad en el acceso a la salud y educación, es lógico que los más pobres necesiten ayudas sociales para subsistir ya que no tienen los recursos para poder progresar. En este contexto, responsabilizan en gran parte al Estado, exigiendo de él, una figura que resguarde la desigualdad, ayudando a quienes menos tienen", finaliza Esteban Neme.

 Los niños, niñas y adolescentes argentinos no consiguen escapar de la pobreza ni con las asignaciones
Derrame negativo: aumenta la pobreza

En su más reciente informe sobre las Condiciones de vida y desarrollo de la infancia, la Universidad Católica (UCA), pone el acento en cómo la pobreza monetaria en la última década, salvo raras excepciones como en 2017, siguió un sostenido ascenso.

"Tanto es así que entre puntas del período 2010 y 2021, la tasa de pobreza en la población de niños, niñas y adolescentes se incrementó en 17 puntos porcentuales, pasando de 47,9% a 64,9%, respectivamente", sintetiza el informe.

"Mientras que la situación más grave dentro de la pobreza, que es la indigencia, se incrementó entre 2010 y 2021, 5,5 puntos porcentuales, pasando de 9,2% a 14,7%, respectivamente", añaden desde la UCA.

Como contraparte de este ascenso sostenido de los indicadores de pobreza monetaria, se observa un aumento significativo de las transferencias de ingresos no contributivas, como la Asignación Universal por Hijo (AUH) y otros planes sociales, especialmente en los últimos dos años, llegando al 2021 con una participación promedio del 48% de la población menores de edad.

Nota: iprofesional.com

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