La estrategia de escalar la crisis

Actualidad - Internacional 27 de abril de 2022
Flohri_cartoon_about_the_Philippines_as_a_bridge_to_China

A más de 50 días de iniciada la invasión rusa a Ucrania, la posibilidad de una salida negociada parece cada vez más lejana: mientras Europa ha declarado persona no grata a cerca de 400 funcionarios diplomáticos rusos, Rusia ha hecho lo propio con 36 diplomáticos europeos. Al mismo tiempo la comunicación entre los altos mandos del gobierno de Rusia y sus pares de los Estados Unidos y de la OTAN es hoy inexistente y las negociaciones en Ucrania están estancadas. Peor aún, para Vladimir Putin el incumplimiento por parte de Ucrania de lo acordado en la última reunión ha colocado a estas negociaciones en un punto muerto, hasta que terminen las operaciones del ejército ruso en Ucrania.

Este clima desolador se complica aún más, con una guerra informativa que naturaliza la posibilidad de un ataque nuclear táctico, como consecuencia de un Putin endemoniado y acorralado por la supuesta derrota del ejército ruso en Ucrania. Paradójicamente, esto ocurre al mismo tiempo que la OTAN y el gobierno norteamericano vulneran todas las advertencias que Rusia ha dado sobre las consecuencias catastróficas que sobrevendrán, si estos atentan contra la seguridad existencial de Rusia emplazando armas nucleares en su fronteras y enviando tropas y armamento al gobierno de Ucrania. Así, mientras por un lado se multiplican las estridentes advertencias sobre un peligro nuclear, por el otro se actúa como si este no existiera, y se hace todo lo posible para prolongar la guerra por tiempo ilimitado. Algunos acontecimientos ocurridos esta semana revelan la irracionalidad destructiva de esta estrategia centrada en escalar el enfrentamiento bélico y las sanciones económicas a Rusia.

Para el Presidente Zelenski todos los países del mundo deberían preocuparse ante la posibilidad de un ataque táctico nuclear en Ucrania, “porque aunque la información no sea real, puede ser la verdad”. Esta disonancia entre la información que se tiene y las intenciones que se atribuyen al enemigo es un elemento central a la actual guerra informativa. Esta concepción pretende condicionar el modo que piensa y actúa Putin y prevenir sus acciones futuras con fake news y operaciones de bandera falsa. Estas declaraciones de Zelenski fueron seguidas por la admisión del Pentágono sobre el envío a Ucrania de armamento sofisticado, incluyendo “partes” de aviones de combate que fueron ensamblados en algunos países de la OTAN. Estas declaraciones sumadas al reconocimiento de la presencia de instructores norteamericanos y de la OTAN en Ucrania, precedieron al anuncio de Putin el miércoles pasado del lanzamiento de un nuevo misil balístico intercontinental, el más potente del mundo y “capaz de destruir objetivos estratégicos enemigos en cualquier lugar de la tierra… (esto) deberá hacer pensar de nuevo, y seriamente, a aquellos que tratan de amenazar a Rusia”. En paralelo, el ministerio de Emergencias ruso advirtió a la población sobre las medidas a tomar en caso de un ataque nuclear “retaliatorio” contra Rusia.

La guerra en Ucrania adquirió mayor intensidad esta semana. El control militar de Mariupol constituye un éxito ruso. Centro de operaciones del batallón Azov, líder de las fuerzas neonazis dentro del ejército de Ucrania, el puerto de Mariupol ha sido un objetivo estratégico de la “operación especial rusa”. El miércoles Putin declaro la “liberación” de esta ciudad y ordenó al ejército ruso el bloqueo total del remanente de estas fuerzas atrincherado en una parte del complejo industrial de Azovstal, ofreciendo a aquellos que están allí atrapados “la oportunidad de mantener la vida si se rinden… y recibirán un tratamiento digno”. Esta propuesta, articulada desde el domingo pasado por el ejército ruso, ha sido rechazada reiteradamente por el gobierno de Ucrania que comunicó que sus fuerzas “resistirán hasta el final”. Sin embargo, un comandante del grupo atrapado hizo saber que, por falta de munición, alimentos y electricidad les queda muy poco tiempo de resistencia y ha pedido que se les permita refugiarse en un estado independiente de las partes en conflicto. Hoy se sabe que el segundo comandante del batallón de Azov ha caído preso.

La derrota de las fuerzas de Ucrania en Mariupol asestará un golpe fuerte a una guerra informativa que borra del mapa la participación de los neonazis en el conflicto y se centra en las atrocidades cometidas contra la población civil por un ejército ruso que supuestamente ya ha sido derrotado. Los hechos, sin embargo parecen contradecir al relato. Informes de periodistas independientes que operan en las zonas de combate y ahora en Mariupol exponen las atrocidades cometidas por los neonazis contra la población civil, su uso sistemático de esta población como escudo dificultando así el avance de las tropas rusas y los fusilamientos de los soldados que quieren desertar. Asimismo, los análisis del avance de la guerra efectuados por ex oficiales de las fuerzas armadas y de inteligencia del gobierno norteamericano señalan los éxitos tácticos y estratégicos ya logrados por el ejército ruso.

La niebla y el drama de los combates no ocultaron la existencia de una voracidad sin límites por maximizar ganancias, de parte de las grandes corporaciones norteamericanas que producen para la guerra. Este fenómeno contribuye a escalar el conflicto militar y a reproducir una irracionalidad destructiva que embreta al mundo en un callejón sin salida. Algo de esto sale a la luz a través de vericuetos insospechables. Recientemente, un influyente órgano financiero advirtió que el “arsenal para la democracia” montado por el gobierno norteamericano y sus aliados está siendo devastado por la intensidad de la ofensiva rusa. Esta situación coloca a Estados Unidos y a sus aliados ante una disyuntiva: seguir enviando equipos y munición a Ucrania o preservarlos para la defensa propia. El CEO de Raytheon, una de las principales corporaciones que producen armamentos, dejó en claro que no existe disyuntiva : “Todo lo que se envía a Ucrania proviene de los stocks de armamento del Departamento de Defensa (norteamericano) o de nuestros aliados de la OTAN, y esto es una gran noticia. Eventualmente tendremos que reponerlos y esto beneficiará nuestros negocios en los próximos años». Esto explica la aprobación por parte del gobierno de Biden de más de 3.000 millones de dólares para la compra de armamento destinado a Ucrania. Este jueves Biden aprobó otros 800 millones de dólares y desmintió el control de Mariupol por parte del ejército ruso.

Efecto no deseado de las sanciones económicas a Rusia

La guerra y las sanciones contra Rusia han colocado a Europa y a Alemania, su dinamo económico, en una situación de vulnerabilidad extrema, obligándola a cortar sus lazos con el mercado ruso y a atarse de pies y manos a la economía norteamericana.

Hoy Europa depende de las importaciones de gas (40%), carbón (46%) y petróleo (30%) de origen ruso y la dependencia de Alemania es aún mayor. Las sanciones aplicadas este año contra Rusia han provocado una estampida de los precios de los commodities, agudizado los problemas de abastecimiento energético de Europa y Alemania y colocado a esta última ante una situación imprevista: los Estados Unidos no podrán satisfacer la demanda europea pues su capacidad exportadora está al límite y los nuevos proyectos de inversión propuestos por el gobierno de Biden tardarán años en concretarse. Asimismo, ningún país puede cubrir esta demanda en el corto plazo. De ahí que la interrupción de estas importaciones desencadenará una recesión económica de magnitud. Ante esta situación las organizaciones de empresarios y sindicatos alemanes, asociados en un frente común, se han movilizado para impedir “una inminente desindustrialización del país” que, según su análisis, será imposible de revertir una vez comenzada y tendrá consecuencias sociales y políticas imprevisibles en Alemania y en Europa.

La pérdida del importante mercado ruso —y eventualmente del chino y del asiático— para las exportaciones europeas y su creciente dependencia de importaciones norteamericanas cada vez más caras (energéticas, de cereales y armamento), provocará un desequilibrio del balance comercial y de pagos de Europa, impactando sobre su sistema financiero altamente endeudado y sobre el valor del euro. Por otra parte, la emergencia de un mundo multipolar que busca independizarse del dólar estableciendo canales paralelos para el comercio y las finanzas y que pretende basarse en monedas apoyadas en commodities y en el oro, constituye una oportunidad que Europa no podrá aprovechar. Esta circunstancia puede además abrir una caja de Pandora: la multiplicación de conflictos entre países europeos relacionados con sus tenencias de oro. Desde hace décadas, el Banco Central de Inglaterra es el custodio del oro físico perteneciente a los países europeos. La demora de más de 5 años de este Banco en entregar el oro físico pedido recientemente por el gobierno alemán, su entrega de solo una parte del oro pedido, la no correspondencia entre el oro entregado y las barras originalmente depositadas y la inexistencia de una auditoria técnicamente inobjetable y aceptada por todos los países europeos sobre el oro físico depositado efectivamente en las arcas del Banco Central de Inglaterra, han provocado suspicacias sobre la existencia real de este oro físico y su posible evaporación vía ventas, prestamos, swaps, hipotecas y otras muchas actividades financieras basadas en el oro y sus derivados

Las sanciones a Rusia también han contribuido a socavar el valor del dólar y su reinado como moneda internacional de reserva. Este efecto no deseado ni buscado por los Estados Unidos muestra una vez más la irracionalidad del orden impuesto al mundo en las últimas décadas por el capitalismo global monopólico y el carácter suicida de las políticas que pretenden imponer la hegemonía norteamericana, utilizando al dólar como arma de guerra. Diversos autores e instituciones financieras, entre ellas el FMI, advierten sobre los peligros que hoy amenazan al sistema financiero internacional dominado por el dólar. Para el FMI “sería desastroso si la economía global se fragmentara en sistemas competitivos con diferentes estándares”. Esto implicaría, entre otras cosas, “una dificultad creciente para la aplicación de sanciones” ante distintas eventualidades políticas y económicas, entre ellas un posible default de países endeudados en dólares. En este nuevo mundo multipolar las criptomonedas pueden jugar un rol crucial para escapar del dólar y de las sanciones del FMI. De ahí la férrea oposición de este organismo al uso de estas monedas.

Así, la guerra económica desatada contra Rusia recorta las alas del FMI y quita sentido a la dolarización de las economías periféricas y al endeudamiento ilimitado que esta institución impone a través de sus planes de estabilización. Paradójicamente, el gobierno norteamericano acelera las tensiones amenazando con sanciones económicas especiales a China, la India y todos los países que comercian con Rusia. Esta semana el gobierno chino dejo en claro que «cualquiera sea el cambio del escenario internacional, China fortalecerá su coordinación estratégica con Rusia promoviendo la construcción de un nuevo orden internacional». Al mismo tiempo le recordó al gobierno norteamericano el peligro que corren las relaciones bilaterales si Estados Unidos se entromete en Taiwan.

Argentina: la impunidad para escalar la crisis
La guerra en Ucrania repercute en el país de distintas maneras. Una de ellas, a través del impacto de los precios internacionales de la energía y de los commodities sobre los precios internos, afectando especialmente a los alimentos y a los ingresos de los más vulnerables. Los formadores de precios, que dominan mercados y segmentos de las cadenas de valor, han abandonado las buenas maneras de las “mesas de concertación” y ahora remarcan hasta por las dudas, tratando de acaparar una mayor tajada de los ingresos de la población y una parte de la renta extraordinaria que ha caído del cielo en los abultados bolsillos de un puñado de corporaciones vinculadas a las exportaciones. El gobierno intenta poner límites a la inflación gravando circunstancialmente solo a este puñado de corporaciones multinacionales, para subvencionar dos cuotas fijas de ingresos “extraordinarios” destinados a cerca de 12 millones de personas de mayor vulnerabilidad. Este esfuerzo importante no alcanzará a detener la embestida de los formadores de precios, que se inició antes de que el gobierno asumiera y ahora es reforzada por una coyuntura internacional cada vez más turbulenta. La apertura de paritarias también es importante, pero la experiencia muestra que los aumentos van siempre a la saga de la remarcación de precios. Un aumento extraordinario fijo para todos los asalariados, indexado según la inflación, y el inicio de una política efectiva de control de precios, aplicando las leyes que existen y movilizando a la población para que de un modo organizado controle precios —desde abajo y hacia arriba, y en todo el territorio nacional— daría la fuerzas al gobierno para frenar una embestida que busca llevárselo puesto antes de las elecciones .

En esto los poderes económicos no están solos. La operación de la Corte Suprema para controlar al Consejo de la Magistratura es de enorme gravedad institucional y muestra la impunidad con la que actúa la mafia macrista, enquistada en las instituciones de la República. El gobierno también debe ponerle un límite, incorporando a las jugadas políticas en la estructura institucional —como la reciente división del bloque del FdT en el Senado— la participación directa de la sociedad en el debate de lo que está ocurriendo contribuyendo así a identificar quién es quién y qué rol juega cada uno en esta pelea. Esto podría plasmarse en un plebiscito nacional sobre varios temas, entre otros: la reforma judicial, el Acuerdo con el FMI y el impacto del poder de los monopolios en la vida inmediata de los ciudadanos. Esta discusión realizada en todos los rincones de la República permitiría empoderar a la población. Aunque un plebiscito implica tiempo y organización, el mero inicio de este esfuerzo cambiaría los tantos del tablero y crearía el clima de movilización y fuerza que el gobierno necesita para aplicar inmediatamente y de un modo efectivo las herramientas que existen para el control de los monopolios y evitar el desabastecimiento. Al mismo tiempo, esta movilización daría fuerza al gobierno para “recalibrar” el Acuerdo firmado con el FMI. Esto implica discutir la legitimidad de una deuda odiosa, e independizarse de los límites que ya ha impuesto el FMI en el Acuerdo firmado. Entre estos, uno de crucial importancia es la prohibición de operar con criptomonedas y de avanzar en la desdolarización de la economía.

Por Mónica Peralta Ramos para El Cohete a la Luna

Te puede interesar

Ultimas noticias

Suscríbete al newsletter para recibir periódicamente las novedades en tu email

                  02_AFARTE_Banner-300x250

--

                

Te puede interesar