La bebida de color rojo que más aman los argentinos: usaban insectos para lograrlo

Historia 12 de abril de 2022
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Solo unas pocas personas en el mundo saben su receta. Algunos creen que tiene sabor a quinoto, otros aseguran que tiene notas más similares a la naranja. Es reconocido por su intenso color carmín que durante más de 140 años se obtenía al hervir insectos. Campari es una de los amargos más vendidos del mundo (tiene a la Argentina como mercado top)  y su popularidad la llevó a convertirse en uno de los holdings de bebidas más importantes de Europa.

Los primeros años de vida de Gaspare Campari transcurrieron en Cassolnovo, una localidad en la Lombardía en la granja de su padre. Ahí los Campari criaban a sus diez hijos. Durante su juventud Gaspare trabajó como mozo, lavaplatos y también preparando tragos en un bar. Tras casarse invirtió sus ahorros para abrir un café en Milán.

 Gaspare Campari junto a su familia
En la bodega de su local, Campari dedicaba su tiempo libre a experimentar con distintas bebidas y botánicos. Mezclaba todo tipo de especias y luego se las llevaba a sus clientes para que las probaran. Luego de varios intentos, en 1860 consiguió un amargo que inmediatamente encantó a todos. Primero lo llamó "Bitter All'Uso d'Holanda" porque estaba inspirado en los digestivos holandeses, sin embargo al poco tiempo lo renombró con su apellido.

EL SECRETO DE SU COLOR
¿A qué se debe su intenso color? Para teñirlo de carmín utilizó cochinillas como colorante. De la hembra se este insecto se obtiene el ácido carmínico al hervirlo y, en ese momento, se utilizaba como tintura natural. No es claro por qué Campari decidió utilizarlo, sin embargo desde 2006 la compañía ya viró hacia colorantes sintéticos.

Si bien Gaspare había sido el encargado de crear y dar a conocer el Campari, su hijo, Davide, fue la cabeza detrás de su expansión y profesionalización. Dejó de lado otros productos de la compañía y se concentró en su buque insignia. En 1904 abrió la planta de la marca en Sesto San Giovanni y una década más tarde inauguró Camparino, un bar al cual Davide Campari se ocupó de llenar con artistas y celebridades de la época.

En particular, su consumo se extendió a partir de los cocktails. Primero fue el Americano, que mezclaba Campari, vermú rosso y soda; y en 1920 el conde Negroni inventó el trago que lleva su nombre luego de reemplazar el agua gasificada con un shot de gin. La firma también innovó en 1936 con el lanzamiento de Campari Soda, un cocktail mix embotellado.

CAMBIO DE MANOS
La familia Campari manejó la empresa hasta 1982 cuando Angiola Maria Migliavacca, la última heredera con vida, se la vendió a Domenico Garavoglia, un experimentado empleado del grupo. Hoy, el chairman del holding es Luca Garavoglia, hijo de Domenico. El traspaso entre familias tuvo algunos claroscuros en el 2000 cuando Maddalena Garavoglia, hermana de Luca, acusó a sus padres de intentar sacarle su parte antes del IPO - sucedió en 2001.

 Luca Garavoglia, chairman de Grupo Campari
Comenzó como un pequeño emprendimiento, pero Campari se convirtió en el holding de bebidas alcohólicas más importante de Italia. Su marca insignia representó solo el 10% de las ventas netas que registró en 2021 y fue la segunda más vendida detrás de Aperol. En total, el grupo facturó 2172 millones de euros el año pasado.

A partir de 1995 inició un cambio de estrategia de crecimiento. De un plan 100% de expansión orgánica mutó a uno anclado en la adquisición de otras etiquetas. Primero fue el negocio italiano de Bols, en 1999 le compró Cinzano a Diageo y tres años después se quedó con Skyy Spirits. Ahora maneja las marcas Glen Grant, Wild Turkey, Espolon, Frangelico, Appleton State, Averna, Braulio, Grand Marnier y Bulldog. Gastó más de u$s 1000 millones entre 2007 y 2019.

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