





La Libertad Avanza se llevó las elecciones intermedias. Es el partido nacional más nuevo, el último reconocido por la justicia electoral. Misión cumplida de Karina Milei –hermana del Presidente y secretaria general de la Presidencia– que armó su fuerza política en apenas seis meses, entre marzo y septiembre del año pasado. LLA logró representación en las 24 jurisdicciones electorales. En algunas provincias fue sola; en otras, en alianza con el PRO. Por primera vez, Karina salió a la vereda del Hotel Libertador –el búnker libertario desde 2023, la cábala– y habló a la prensa. Menos titubeante que en sus apariciones públicas anteriores, la hermana agradeció a los ciudadanos, pidió a sus fiscales que se queden “hasta último momento cuidando los votos” y reconoció la efectividad de la boleta única papel, un logro de su gestión.
La acompañaba Martín Menem, presidente de la Cámara de Diputados, uno de los funcionarios que, indicaban los rumores, sería invitado a abandonar su rol y ocuparse de otras tareas. Ambos quedaron involucrados en los audios adjudicados a Diego Spagnuolo, el ex director de la Agencia Nacional de Discapacidad. En esa grabación de fuente dudosa, Spagnuolo decía que Karina, Martín Menem y Lule Menem –segundo de la secretaria– serían partícipes de un sistema de coimas que también involucra a un laboratorio. La cadena era corta: un 3% de la compra de medicamentos destinados a personas con discapacidad terminaba supuestamente en la Casa Rosada. Hubo un jingle cuyo estribillo dice: “Alta coimera/ Karina es alta coimera”. Hubo un escrache en el padrón de la escuela en la que votó el día de las legislativas bonaerenses: al lado de su nombre alguien escribió “3%”. Pero nada parece hacerle mella. Cuando terminó de hablar en la vereda del búnker, Karina y Martín Menem volvieron al hotel. No había resultados oficiales todavía, pero ellos sabían que el pronóstico era alentador. Y con varios frentes abiertos y en contra.
El ex cabeza de lista de diputados por la provincia de Buenos Aires, José Luis Espert, votó a la misma hora que su reemplazante, Diego Santilli, un atado al ex presidente Mauricio Macri. A Espert lo bajaron luego de que se confirmara que recibió en 2019 una transferencia millonaria y en dólares de Federico “Fred” Machado, recientemente extraditado a Estados Unidos por presuntas vinculaciones con el narcotráfico. El ex candidato metió la boleta en la urna y frente al asedio de la prensa pidió “respeto”. Karen Reichardt, ex tapa de Playboy, conductora de televisión y segunda en la lista, la mujer que en un tuit reciente posteó que “hay gente buena en La Ferrere (sic)”, votó a última hora. Fue con su perra Rumbita, enfundada en un vestido de raso violeta, el color libertario.
No hubo móviles apostados en el ingreso de la escuela de Caseros donde votó la vicepresidenta Victoria Villarruel. Apenas circularon unas imágenes tomadas con un teléfono. En un amplio despliegue de custodia, una monja abrió un portón para que entrara una larga caravana de autos y camionetas. Villarruel no formuló declaraciones. Absolutamente corrida de las decisiones del gobierno por orden de Karina, ahora deberá enfrentarse a la enviada de la hermana, Patricia Bullrich, que dejará el Ministerio de Seguridad para asumir una banca en el Senado.
Todo eso ocurría mientras Javier Milei esperaba en la Quinta de Olivos. Fue una campaña dura para él, muy parecida a la de 2023, cuando ganó incluso en provincias que no había visitado nunca. Milei acompañó y habló por sus candidatos, todos mudos, muchos desconocidos, casi todos desprovistos de historial político. Como Agustín Pellegrini, candidato en Santa Fe, de apenas 25 años. A Pellegrini no se le conoce la voz y mucho menos sus propuestas, pero se impuso en 16 de los 18 departamentos santafesinos. Gonzalo Roca, cabeza de lista libertaria en Córdoba, criado en el radicalismo y desconocido fuera del empresariado local, se impuso sobre el ex gobernador Juan Schiaretti. En Tierra del Fuego, Agustín Coto saltó de legislador provincial a senador nacional. Una posible lectura: la sociedad no necesita cuadros para la “alta política”. Otra lectura, más posible: Milei sigue vigente. Puede desafinar en un estadio repleto, puede mostrarse sumiso ante Donald Trump, puede insultar… y puede seguir ganando.
Al mismo tiempo pero en otro hotel, en La Plata, las puertas de tres habitaciones del segundo piso estaban abiertas. Una había sido asignada al diputado y líder de La Cámpora, Máximo Kirchner; otra al gobernador bonaerense, Axel Kicillof, y una tercera a Sergio Massa. En el búnker de la oposición hubo caras largas desde temprano. Fuerza Patria, según los bocas de urna, no expresaba futuro.
El mileísmo es un fenómeno novedoso, pero es sobre todo un fenómeno nuevo. Su primera participación política fue en las últimas legislativas, las de 2021, cuando Milei y Victoria Villarruel ganaron cada uno una banca como diputados nacionales por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Y Espert, ahora excluido del espacio libertario, obtuvo una banca en representación de los bonaerenses. Cuatro años pasaron, apenas. No hay con qué comparar el triunfo de La Libertad Avanza del 26 de octubre. El dato que se sostiene es la deserción. La asistencia viene en declive: el domingo votó el 67,58% del padrón, casi cuatro puntos menos que en las legislativas de la pandemia, la asistencia más baja desde la recuperación de la democracia.
Cuando se disfraza de Presidente, Milei elige los mismos colores: traje gris topo, camisa celeste, corbata azul marino. La explicación es sencilla, no quiere perder tiempo eligiendo la ropa. De hecho, le compran las prendas en un local determinado para no pifiar ni en el corte ni el talle. La noche del triunfo, otra vez sobre el escenario del subsuelo del Hotel Libertador, Milei habló a los suyos. Exultante pero moderado, llamó a la concordia. Casi dos años después se dio cuenta de que para gobernar hay que negociar. Si del encuentro con Trump se llevó una promesa y un tuit impreso, ahora al dueño del Norte puede mostrarle el mapa político de Argentina pintado de violeta. Había, también, alivio en el Presidente. Trump aclaró que el auxilio económico dependería de su éxito. Milei abrazó a su hermana. Le dio créditos al asesor monotributista Santiago Caputo. Gritó tres veces “¡Viva la libertad carajo!” y agregó una reversión del lema yanqui: “Hagamos a Argentina grande nuevamente”. Cerró la noche con el tema de La Beriso, “Vamos por la gloria”. Un rato después del discurso el Presidente atendió a Luis Majul, que conducía la transmisión especial en La Nación+. “Estoy impactadísimo con el resultado”, reconoció Milei. El conductor le preguntó si era posible acordar con el gobernador bonaerense. “El gobernador Kicillof es parte del problema, no de la solución. Alguien que abrace las ideas comunistas…”, decretó el jefe de Estado. Variaciones mínimas en una fórmula repetida.
Entre “error moral” y voto “por la libertad”
El periodismo suele ser anticipatorio, y la mayoría de las veces se equivoca. En base a las proyecciones de las consultoras privadas, el riesgo país, las inversiones que no llegan, la alta tasa de desempleo, la plata que no alcanza y con el antecedente de la última derrota libertaria en territorio bonaerense, me propuse charlar con jóvenes que en 2023 votaron a La Libertad Avanza. Me dediqué a esto el sábado previo a las elecciones. Quería saber qué pensaban hoy del modelo de gobierno que eligieron a casi dos años de gestión. ¿Su vida cotidiana había mejorado? ¿El desfinanciamiento a la universidad pública los afectó? ¿Están conformes con el estilo presidencial? ¿Pudieron ahorrar, viajar, alquilar, independizarse de sus padres? La muestra fue pequeña, apenas doce personas, la mitad del AMBA y el resto de las provincias. No fue posible para mí dar con un patrón que unifique sus realidades. Pero la mayoría de ellos decía que iba a cambiar su voto para rechazar al gobierno.
Una posible lectura: la sociedad no necesita cuadros para la “alta política”. Otra lectura, más posible: Milei sigue vigente.
Cuando terminó mi rondín de llamados, repasé mis transcripciones y le envié a mi editor el posible foco de mi texto. “Hola José! 12 entrevistas telefónicas después a menores de 27 años de AMBA, Formosa, San Luis, Córdoba, Río Negro, La Plata y más, todos votantes de Milei en 2023: salvo una muy convencida, el resto cambia su voto. Lo que más impactó: el desfinanciamiento a la universidad pública. Reconocen que en 2023 votaron poco informados o por ‘entretenimiento’ (Milei los divertía). No registran los nombres de los candidatos libertarios en sus provincias, sí registran nombre del partido y ‘Milei’. Cero alusiones a ‘jubilaciones’ (les queda lejos). En las provincias no mencionan ‘Garrahan’; en el AMBA, sí. Principal problema que no se revirtió: todos son estudiantes, algunos ya con licenciatura o por recibirse, y no consiguen trabajo; apenas changas. Salvo que les preguntes específicamente, no argumentan que el cambio de voto tenga que ver con ‘corrupción’, ‘Libra’, ‘narcotrafico’, ‘Andis’. Las redes sociales siguen siendo su principal y hasta único medio de información, las mismas plataformas que impulsaron a Milei candidato ahora le funcionan en contra. Alta importancia y significado del voto: salvo uno que está en duda, todos van a votar. Sé que la muestra es pequeña pero hay indicadores que coinciden con lo que vengo viendo en juventudes, principal bastón electoral de Javier Milei”.
Esto se dice pocas veces: el periodismo, siempre afirmativo, casi siempre se equivoca. El domingo de elecciones sucedió lo contrario a lo que indicaba mi focus group, mínimo pero honesto. Con los boca de urna y la información que recibía de referentes libertarios vía WhatsApp, entré en una confusión total. Ahora que pasaron las elecciones y el mismo editor que recibió mi perspectiva errada espera este texto, repaso las declaraciones de mis entrevistados. Intento una reinterpretación frente al mapa violeta, el que quería Karina Milei.
“Haber votado a Milei en 2023 fue un error moral”, fue lo primero que me dijo Katia, formoseña, 20 años. “Error moral” me sonó a confesión, le pregunté por qué. “Porque soy mujer y crecí en un contexto de pobreza. La derecha no tiene nada para darme”, respondió. Egresada de una escuela técnica, en los últimos dos años Katia pasó por diferentes empleos, todos en negro. Vendió productos electrónicos, ropa y manualidades, fue empleada doméstica, ayudante de cocina. Irá a probar suerte a Santa Cruz porque sus suegros le ofrecieron casa y comida, y pagarle la facultad. “En 2023 todavía estaba en el secundario, no tenía ideas políticas muy definidas. A Massa lo habían demonizado tanto que me daba miedo votarlo. Milei empezó justo cuando terminé la escuela. Van casi dos años. En mi casa entran tres sueldos y no alcanza para cuatro personas”, sigue Katia. En la provincia del justicialista Gildo Insfrán, que gobierna desde hace 30 años, hasta el día anterior a la elección no sabía a quién votar. “Quizás a la izquierda, aunque saque el 0,3%. El problema de Formosa es que no hay variedad”.
Delfina, 24 años, de Villa Bosch, partido de Tres de Febrero. Vive con sus padres. Es empleada municipal. Dice que la economía familiar mucho no cambió, pero admite que a su padre –vendedor de telas– “le está yendo mal”. Decidida a votar la lista de La Libertad Avanza, le pregunté por Espert. “No creo que sea distinto a otros partidos. Para llegar a ciertos niveles de reconocimiento o tener influencia hay que tomar esos caminos, lamentablemente”, dice. Estudia en una universidad pública. Sobre el desfinanciamento estatal opina que sólo la afectó en cuanto a la cantidad de clases, por los paros docentes. No mucho más.
Candela, 20 años, vive en La Plata. Es empleada municipal y votante a ultranza de Milei. “Cada vez necesito más pesos para comprar dólares. De hecho, reservé un viaje a Brasil y me cuesta pagarlo. Hay una contradicción, sí. Pero Cristina (Fernández de Kirchner) está presa y pensé que eso no iba a pasar nunca”, explica. Entre los votantes mileístas hay un sentimiento antikirchnerista más que antiperonista. “Mañana voto por la libertad”, afirma.
Dana vive en Río Negro, tiene 21 años. “Vivo con mis papás y me siento una larva en mi casa. Pero a nosotros que no tenemos experiencia laboral, además de tratarnos de vagos, nos ofrecen unos sueldos malísimos”, arranca. Votó a Milei en el ballottage de 2023. Hoy dice que se sintió “influenciada”, que como su entorno “quería un cambio”. En estos dos años la economía familiar no mejoró ni empeoró. No tenía definido su voto, pero pensaba que la izquierda provincial sería una buena opción.
Una Argentina ancha
Argentina es ancha y larga, y cada vez es más difícil medir el humor social. Quizás el principal logro de Milei haya sido reducir la inflación, y que eso alcance, aunque los gastos fijos, como los servicios básicos, aumenten. A Karina Milei, la mayor influencia sobre el Presidente, nunca la ocuparon esos temas de la vida cotidiana de la gente común. Ella ve en su hermano un producto y en el partido, una marca. Para eso trabaja, aunque la hermana genere mucha resistencia entre la militancia mileísta y los funcionarios, además de los influencers libertarios. Fue, junto al Presidente, la otra ganadora. Lo demuestran los resultados de este último comicio. Salvo su hermano y la dupla Menem, nadie en el gabinete creía que era posible obtener un triunfo sin aliarse con los gobernadores “amigables”. La que no sabe hablar en público, la vendedora de tortas, de perfumes, de ropa de segunda mano antes de ser lo que es, secretaria general de la Presidencia, está más empoderada que nunca.
El oficialismo mantuvo ese núcleo duro del 30% que lo acompaña desde el 2023 y, a pesar de que menos ciudadanos fueron a votar, podría decirse que creció 10 puntos en estas legislativas. Sin embargo, sus votantes no le extendieron otro cheque en blanco. Incluso entre los convencidos hay dudas. Ignacio, 23 años, de José León Suárez, cuestiona el recorte a las universidades públicas: “Las universidades nacionales son buenos lugares para reclutar cuadros, sobre todo en Ciencias Sociales”. Tomás, 23 años, rosarino, votará la lista violeta a pesar de lo que no le gusta: “Las agresiones, que no se pueda decir nada del ‘triángulo de hierro’ y la poca capacidad para gobernar porque no hacen acuerdos”. La de La Libertad Avanza es una victoria colmada de complejidad, con sus propios matices y densidades. Arranca el segundo y último tramo del gobierno de Javier Milei. El punto de largada de la campaña presidencial de 2027. ¿Llegarán a la meta de la reelección?
Por Victoria De Masi * Periodista. / El Diplo
























