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Recursos Humanos09/08/2025
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En un contexto marcado por la exigencia constante y la velocidad con la que se toman decisiones, el autocuidado deja de ser un lujo para convertirse en una necesidad real. Hoy, saber parar, escuchar al cuerpo y cuidar la mente es parte del conjunto de habilidades que todo líder necesita para sostener su camino a largo plazo. En el marco del Día Internacional del Autocuidado, que se celebra cada 24 de julio, Elevare88, club de empresarios con propósito, destaca que el bienestar físico, emocional y mental juega en el desempeño sostenible de empresarios, ejecutivos y emprendedores.

Las evidencias son claras: el agotamiento, la desconexión y el descuido personal no solo afectan la salud del individuo, sino que comprometen la claridad estratégica, la calidad de las relaciones profesionales y la capacidad de liderar con visión. Frente a ello, cada vez más líderes reconocen que cuidar de sí mismos es un acto de responsabilidad, tanto hacia su entorno como hacia sus decisiones de impacto dentro de sus corporaciones.

El autocuidado implica disciplina, introspección y, en muchos casos, el atrevimiento a decir no a dinámicas laborales que priorizan lo urgente por encima de lo importante. El equilibrio entre acción y pausa, entre exigencia y contención, es hoy un eje central en los discursos sobre liderazgo consciente, resiliencia organizacional y sostenibilidad empresarial. Por ello, con motivo de esta fecha, Elevare88 presenta cinco claves que conectan el autocuidado con el liderazgo sostenible:

El bienestar personal impacta directamente en la toma de decisiones: un líder con descanso, claridad mental y equilibrio emocional responde con mayor perspectiva ante escenarios de presión. Las decisiones tomadas desde el agotamiento tienden a ser reactivas y poco sostenibles en el largo plazo.

La autoconciencia es el núcleo del liderazgo efectivo: cuidarse va más allá de unas rutinas físicas. Implica desarrollar una mirada interna que permita al líder identificar límites, necesidades y valores, y actuar en consecuencia.

Cuidarse para cimentar relaciones más sanas y auténticas: cuando un líder se escucha, está en mejores condiciones para generar vínculos laborales menos transaccionales y más colaborativos. La empatía comienza por uno mismo, y desde ahí se proyecta hacia los equipos.

El rendimiento sostenido requiere ciclos de pausa y recuperación: los modelos de alta exigencia constante están dando paso a culturas que valoran la pausa como parte del proceso productivo. El autocuidado es una práctica que previene el burnout y favorece la continuidad creativa y operativa. En este terreno, Elevare88 ofrece soluciones en forma de retiros empresariales de lujo con el objetivo de trabajar simultáneamente el negocio, la persona y las relaciones estratégicas, en entornos diseñados para detenerse, reflexionar y tomar decisiones. De este modo, los líderes pueden encontrarse con iguales que necesitan compartir pareceres y mirar hacia dentro para reencontrarse con su verdadero propósito.

El liderazgo del futuro será cada vez más humano e integral: los líderes del mañana no solo destacarán por su visión de negocio, sino que deberán hacerlo también desde su capacidad para inspirar desde su equilibrio personal. El cuidado propio debe concebirse como una señal de madurez, no de debilidad.

«Cuidarse no tiene nada que ver con el ego, sino con la coherencia. No podemos liderar con claridad si antes no aprendemos a sostenernos a nosotros mismos. El autocuidado ha de entenderse como una práctica continua e imprescindible. Es lo que nos permite estar presentes, tomar decisiones con criterio y construir una forma de liderazgo más consciente y sostenible», afirma Xeila Fernández, CEO y fundadora de Elevare88.

Nota:rrhhdigital.com

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