







No puedo determinar cuál es el tiempo que aún queda para formular y tal vez responder a estas preguntas. Es evidente que Argentina está siendo intervenida, ocupada y expoliada. Esto sucede en un mundo donde lo mismo ocurre en otros países sin que se pueda detener el desastre. Por ello, hay ciertas preguntas que, inevitablemente, la historia impone a todos aquellos y aquellas que desean mantener a la Argentina dentro de un orden soberano y con un proyecto de nación.


En otros tiempos, al fascismo se lo intentaba combatir con las armas, ahora esta situación es imposible de sostener: las estructuras del capitalismo mundial son lo suficientemente abstractas e impersonales como para volver a reproducir la lógica de las confrontaciones de aquel momento. Por tanto, por mucha imaginación que exija esta cuestión, se trata de generar una resistencia no armada frente a las ultraderechas, que no ofrezca los cuerpos al sacrificio, y que inaugure nuevas formas de militancia en todos los niveles de la existencia humana. No solo el que se considera tradicionalmente político.
Hay que evitar las fricciones inútiles, hay que saber perdonar más allá de uno mismo, si se trata de inventar nuevos lazos. Dicho de otro modo, el amor, la palabra y la escucha han de ir más allá de la división entre lo privado y lo público: además de reforzarse con las personas queridas y cercanas, deben encontrar su camino hacia las experiencias colectivas.
El no a la ultraderecha no solo se juega en las urnas, sino que es una práctica cotidiana de la amistad, y una reinvención de la misma en donde se pueda discutir cómo se comparte la aventura de frenar la amenaza fascista.
La laburante que todavía recuerda que hubo otra historia de dignidad y orgullo, el trans que recorre con dignidad los barrios más difíciles, el padre que lucha para criar a sus hijos sin que sean fáciles de someter, la piba que se las rebusca para construirse un lugar desde la dignidad del deseo… con estos héroes y heroínas contamos, para el nuevo nacimiento de una vida distinta al plan de la canalla neoliberal, basada en una igualdad a partir de lo diferente y siempre con los otros.
Por Jorge Alemán / P12







