


Cómo se evitó la ruptura: El momento en que Cristina aceptó la exigencia de Kicillof
Actualidad - Nacional21/07/2025




Cristina Kirchner cedió anoche ante un pedido de Axel Kicillof en el momento más álgido de las discusiones por las listas del peronismo. La ex presidenta aceptó que las dos secciones del conurbano sean encabezadas por candidatos del gobernador y eso allanó el camino para un acuerdo en el que se sigue trabajando.


El sábado, en las primeras reuniones en La Plata, Kicillof arrancó pidiendo el 50% de las listas. Eso tensó el tramo inicial de la negociación. Mayra Mendoza y Facundo Tignanelli fueron los interlocutores de La Cámpora, mientras que Sergio Massa y Alexis Guerrera negociaban por el Frente Renovador.
Cerca de las 21 todo se empezó a complicar. Las discusiones se tensaron y durante largos minutos no hubo avances. Un importante funcionario del gobierno de Kicillof bajó la orden a todos los distritos para armar listas cortas. Fue un momento de euforia para los halcones del Movimiento Derecho al Futuro: la posibilidad de romper estaba ahí nomás.
Sucede que según el reglamento de Fuerza Patria, las listas debían firmarse con seis apoderados -dos de cada sector- a través de un sistema de firmas cruzada, es decir que ninguna candidatura podía aprobarse sin todas las firmas. En tanto, en aquel distrito donde gobierna un intendente peronista debían firmar todos los apoderados, pero la lista la armaba el intendente.
Por último, había un punto del reglamento que cobró fuerza en el momento en que desde el axelismo bajan la orden de armar listas cortas en todos los distritos: aquel intendente que tomaba la decisión de avanzar con una lista corta suponía que estaba abandonando el Fuerza Patria, por lo tanto, el peronismo tenía el derecho de armar lista en ese distrito.
De ese punto se agarra Máximo Kirchner cuando hace lo propio y baja la orden para armar sin los intendentes axelistas las listas locales de Fuerza Patria. Se daba en ese momento un movimiento espejo. El armado de Kicillof armando sus listas y La Cámpora y el massismo armando en paralelo.
En ese momento se da la conversación entre el gobernador y Cristina. Axel planteó que las listas del conurbano las tenían que encabezar Verónica Magario y Gabriel Katopodis. Massa respaldaba a Kicillof, pero Cristina se resistía.
El planteo de la ex presidenta era que ambas candidaturas iban a ser testimoniales y que toda la oposición iba a salir a cuestionar esa estrategia que siempre genera polémica.
Kicillof insistió y defendió su plan. Argumentó que tanto la vicegobernadora como su ministro de Infraestructura medían bien en los sondeos que maneja el gobierno. Además, hizo foco en La Matanza -territorio de Magario- y planteó la necesidad de tracción la elección desde allí.
Era una coreografía para una guerra que no iba a suceder, pero si a alguno se le escapaba un tiro volaba todo por el aire."
Por entonces rondaba las 22. Cristina no cedía y Axel menos. La ex presidenta le pedía por Mariano Cascallares en la Tercera y Federico Achaval por la Primera. Los planteó como candidaturas reales, no testimoniales. Axel no quiso saber nada.
Fue el momento más caliente de la negociación. Nunca el peronismo estuvo tan cerca de la ruptura como en ese momento del sábado. "Era una coreografía para una guerra que no iba a suceder, pero si a alguno se le escapaba un tiro volaba todo por el aire", dijo a LPO una fuente que estuvo en la negociación.
En ese contexto le piden a Julio Alak que negocie con la Junta Electoral una prórroga porque se temía el peor desenlace. El intendente de La Plata navega en el submundo de la Justicia y conoce muy de cerca a las autoridades de ese organismo. Por entonces ya se había cortado la luz en los edificios afectados al cierre de listas.
Alak volvió a Casa de Gobierno con buenas noticias: había pedido una prórroga hasta el domingo a las 14 pero le dieron tiempo hasta el lunes a esa hora. Le dejaron bien en claro que la Junta no iba a trabajar un domingo.
Julio Alak.
Cristina finalmente cede y la negociación se destraban las cabezas de listas del conurbano. Más tarde, ya sobre la madrugada del domingo Kicillof, Massa, Tignanelli y Mayra siguieron punteando los nombres en el resto de las secciones. Hubo un acuerdo general por los primeros nombres.
Además de Primera y la Tercera, Kicillof puso al primer lugar en la Segunda (norte de la provincia). En tanto, el kirchnerismo se quedó con las cinco secciones restantes. Diego Videla (en la Cuarta), Fernanda Raverta (en la Quinta), Alejandro Dichiara (en la Sexta), María Inés Laurini (por la Séptima) y Ariel Archanco (por la Octava).
En esos minutos en donde la unidad del peronismo casi fracasa hubo además fuertes presiones desde el Movimiento Derecho al Futuro hacia el propio Kicillof. Los intendentes Jorge Ferraresi (Avellaneda) y Mario Secco (Ensenada) estaban furiosos porque no conseguían meter legisladores e instaban a romper.
La crisis se agudizaba y todo confluía hacia la ruptura, con listas cortas. En ese momento lo convencen a Kicillof de que la lista corta en realidad lo terminaba perjudicando. El planteo era que la perfomance del gobernador se medirá por el resultado seccional, no por las 135 elecciones distritales.
La jugada de armar listas cortas fue un cimbronazo. En muchas elecciones, la super estructura partidaria suele aceptar esa estrategia y permite el juego de las boletas cortas.
Sin embargo, en esta elección la maniobra cobraba otra dimensión. "Es el 50% por ciento de una boleta completa", dicen en el peronismo y agregan que no tiene el mismo peso en el cuarto oscuro.
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