La guerra que ganó Hitler





En este 2025 se cumplen cien años de la publicación de Mi Lucha, el libro icónico de Adolf Hitler, que había comenzado a escribir el 1º de abril de 1924, en la celda a la cual había sido condenado por el golpe fallido contra el gobierno alemán, que es como un “ritornello”, o sea un retornar de esos otros tiempos, como lo describe el escritor Daniel Link en el diario Perfil.
Recuerda Link que en 1923 había ascendido al poder Benito Mussolini, dejando como único partido político al suyo, el Nacional Fascista de Italia. En 1925 el industrial Henry Ford, propulsor del nazismo, publica El judío internacional; en 1933 ascenderá al poder como canciller de Alemania el propio Hitler y en 1936 comenzará la guerra civil española que encaramará en España a Francisco Franco.
Señala George Orwell, el autor de Rebelión en la granja en 1939, que al haber aplastado al movimiento obrero alemán, las clases propietarias simpatizan con Hitler y afirma el escritor inglés que, al imponerle cargas intolerables a su pueblo como “lucha, peligros y muerte”, logró que los alemanes “lucharan por su esclavitud como si fuera su salvación, en honor de un solo hombre”, al decir de Spinoza.
En el libro de Sebastián Haffner: Memorias de un alemán, (1914-1933) se relata el ascenso del Fuhrer al poder, cómo se llegó a suprimir el Parlamento, se asesinaron a líderes opositores, la huída del líder comunista a Suiza; la complicidad de los socialdemócratas, que era el mayor partido alemán con el ascenso del nazismo y la población se silenció o fue silenciada, ante el auge de la violencia y la sangre.
Hitler, como la ultraderecha del siglo XXI, descreía de la democracia, por ello no llama demasiado la atención el sucesivo típico saludo nazi primero de Elon Musk y luego de Steve Bannon, el indultado por Trump, ideólogo de un revival de Goebbels.
Y si nos sirve de advertencia, observemos los doce principios de Joseph Goebbels, aquel que en el gobierno nazi afirmara que “cuando escucho la palabra cultura saco el revólver” y que nos trae también en el diario Perfil, Sergio Sinay:
1) Simplificar las ideas y definir al enemigo en forma sencilla
2) Calificar con adjetivos denigrantes a los opositores y generalizarlos
3) En caso de ser acusado, traspasar la acusación al Otro
4) Exagerar y desfigurar cualquier error del Otro y hacerlo aparecer de suma gravedad
5) Eliminar cualquier elaboración de ideas y bajar el mensaje al idioma más vulgar posible, para captar a quienes no piensan por cuenta propia
6) Repetir una y otra vez, de distintos modos, lo que se quiere transmitir, insistiendo en el mismo concepto.
7) Generar una catarata de acusaciones que ametrallen al opositor y no le den tiempo a responder y demostrar su falsedad
8) Usar como Caballo de Troya un dato verdadero y rellenarlo de mentiras que simulen ser información real
9) Usar los medios afines, (hoy serían, diarios, radios, redes, TV).
10) Silenciar, omitir y no reconocer ningún dato positivo para el opositor
11) Usar la Historia y los mitos populares, desvirtúandolos, para incentivar el odio en la sociedad
12) Hacer creer que toda la población comparte las ideas difundidas, salvo los enemigos, que merecen por lo tanto todo el desprecio y el rencor.
O sea en palabras del propio Goebbels: Miente, Miente, que algo quedará…
Observemos a nivel local y global si esto no es la tendencia de esta postmodernidad de lapostverdad, en este siglo XXI, que merecería también ser cantado, como el siglo XX, por la notable letra del tango del increíble compositor Enrique Santos Discépolo, titulado,justamente: “Cambalache”…
A su vez la jurista italiana Marta Cartabia, en diálogo con Jorge Fontevecchia en el Diario Perfil, habla novedosamente de la Justicia Restaurativa, como lo hizo el Ubuntu en la Sudáfrica de Mandela, que es una forma de sanar heridas, por contar lo que has vivido y preguntar a la otra persona porque se hicieron ciertas cosas.
Y agrega “debemos reflexionar sobre un modo diferente de resolver los conflictos sin el uso de la fuerza, porque la Justicia debe tratar de reparar a las víctimas, a la Sociedad y al perpetrador del crimen”, pero aclara que “una ley que no va acompañada de un cambio cultural no puede, por sí sola, resolver los problemas”.
Reafirma la necesidad de la independencia del Poder Judicial con respecto al Político, cosa que no ocurre en la Argentina, cuando la Corte convalida un nombramiento en comisión, pensado para el siglo XIX y toma juramento a alguien que había asegurado en la sesión pública del Senado, que nunca asumiría en Comisión, o sea que como refiere Carabbia, estamos en “tiempos de oscuridad”.
Mientras Geert Lovink, desde Amsterdam, también en reportaje del Diario Perfil afirma que “el extractivismo es un término que retrata a los humanos como una forma de recurso” y “tenemos que trabajar con una idea más ambivalente de lo que es el poder y la opresión hoy”, por la omnipresencia de las redes a nivel global.
Y Michel Feher, filósofo belga también en diálogo con Jorge Fontevecchia, nos habla que en este capital financiarizado, y antes de la estafa de la shitcoin $CriptoLibra, la pareja principal es el inversor y el investido”, este último es el que quiere atraer inversores” y que el único pegamento que le importa a la ultraderecha y que funciona muy bien es el resentimiento”, que vemos a nivel local y global.
Prosiguiendo Feher: “el valor de su deuda se convertirá en la principal brújula paraver si un país tiene éxito o nó”, porque “los inversores son básicamente los árbitros de quien es solvente, atractivo y quién nó”, dado que “ las plataformas digitales funcionan más como mercado financiero que de bienes y servicios” y “ el objetivo no será el desarrollo, sino el crédito del país a los ojos de los inversores”…
Y agrega el filósofo belga: “Musk y sus compinches a nivel global, quieren convertir al Estado en su Caja negra”…
Finalmente Jorge Fontevecchia en su Editorial del Diario Perfil se refiere al trabajo de cinco universidades de Chile, Perú y México sobre “la extrema derecha como problema psicoanalítico y acerca del liberfascismo y sus modalidades de goce”, culmina “como una milicia que viene a corregir violentamente el afeminamiento imperante yla violencia constituye el vehículo de un goce por el eclipse feminista”.
Mientras en Irak, se autoriza el casamiento a las niñas de nueve años, como un eco brutal de este retroceso a nivel global, que abarca también al movimiento Lgbtt+.
Y citando al hermoso homenaje brindado en el Teatro Colón a la inolvidable Beatriz Sarlo, quien nos recordara que este sistema funesto había llegado a dividir, aquí y ahora, a nuestro país, supuesto “granero del mundo”, entre los que comen y los que no pueden hacerlo” y rememorar, como lo hiciera Martín Kohan, que su primer Premio literario fue a los 9 años, con una composición sobre La Razón de mi Vida.
El libro de Eva Perón, la que sostenía que “donde hay una necesidad nace un Derecho” y que no hay libertad posible sin una tendencia a la Igualdad Republicana
Y es la propia Beatriz Sarlo, la que nos convoca a todos y todas, en su libro “Las dos Torres” y nos pregunta si es posible para la cultura contemporánea pensar algo nuevo; en lugar de avanzar como el cangrejo, o sea, como si Hitler hubiera ganado la guerra.
Por Fernando Miranda / Perfil