Ojotas sí, libros no: Scioli jugó una carta desesperada para "salvar" la temporada

Actualidad - Nacional07 de enero de 2025
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Un nuevo capítulo en la disputa entre La Libertad Avanza y el PRO tomó esta vez un atajo impensado en la Ciudad de Buenos Aires, el gran terreno donde hoy se vuelve más feroz de esa disputa: la fecha de comienzo de clases. Con la alarma de una temporada de verano que arrancó con números bajos, estadías cortas, menor consumo y pérdida de competitividad con respecto a destinos del exterior, el secretario de Turismo de la Nación, Daniel Scioli, lanzó al aire una feliz idea: que la Ciudad inicie el ciclo lectivo de todas las modalidades después de los feriados de Carnaval del 3 y 4 de marzo. Desde el distrito que gobierna Jorge Macri se apuraron a cruzarlo: "No es una posibilidad, ni siquiera remota", sintetizaron desde Educación ante la consulta de Página/12. 

La vocera del gobierno porteño, Laura Alonso, habló de una "particular propuesta del secretario" y, con la educación como bandera, marcó que "el inicio de clases no es negociable". La ministra porteña del área, Mercedes Miguel, siguió en la misma línea: "Entendemos la importancia de fomentar el turismo, pero la prioridad absoluta en la Ciudad es el aprendizaje".  

Así las cosas, en CABA las clases comenzarán el próximo lunes 24 de febrero en inicial y primaria. Y el miércoles 5 de marzo lo hará el nivel secundario. Y el oficialismo porteño seguirá esforzándose por atajar la avanzada libertaria en el distrito que vio nacer al PRO, aprovechando cada título, cada gesto y cada error no forzado para plantar diferencia ante un electorado que se deja disputar por derecha. 

Un gestito de idea

La idea salvadora de Scioli fue enunciada en un entrevista radial: “Ayer hablé con el secretario de Turismo de la Ciudad, Valentín Díaz Gilligan, le transmití la preocupación y (me dijo que) se iba a ocupar, iba a hablar con el jefe de Gobierno”, aseguró el ex candidato a presidente y ex embajador en Brasil del gobierno peronista. Para el secretario se trata de "integrar, aplicar sentido común”. “Merece el esfuerzo y que armonicemos en todo el país el comienzo de las clases apenas termina Carnaval, como hizo la provincia de Buenos Aires”, marcó. 

Desde el gobierno porteño, sin embargo, transmitieron la sorpresa y hasta el enojo por un pedido público que, aseguran, no tuvieron un correlato formal de ningún tipo hacia ningún funcionario porteño. "No hubo ninguna consulta previa, y hasta el momento no hubo solicitud. Tampoco hubo un pedido 'oficial' desde el gobierno", confirmaron a este diario desde Educación. E insistieron: "Para nosotros no es una posibilidad cambiar la fecha de inicio de clases, por calendario tenemos previsto comenzar el 24 de febrero". "Para la Ciudad es un tema terminado, la fecha es la anunciada", concluyeron. 

"En nuestra Ciudad, la educación es una prioridad indiscutida y el inicio de clases no es negociable. La particular propuesta del secretario de Turismo de la Nación, Daniel Scioli me resulta útil para reforzar una vez más que para la Ciudad la educación de los chicos siempre está primero", se extendió Alonso bajo el título "La educación primero". "Atrasar las clases impediría cumplir con el calendario escolar establecidos por la Ley Nacional y la Resolución 484/24 del Consejo Federal de Educación", recordó la ministra Miguel.  

Mucho más allá del turismo y la educación, lo que se juega el PRO en la Ciudad por estas horas en las que se prefiguran las elecciones de medio término, es ni más ni menos que su supervivencia: sin acuerdo electoral a la vista, el mileísmo se prepara para desembarcar con todo en el bastión amarillo. Como puede, lo que queda del PRO se abroquela para resistir. 

Foto feliz

Desde Mar del plata, Scioli se ocupó de la temporada de verano también de otras maneras. "La temporada 2025 en Mar del Plata avanza con la fuerza del cielo y la esperanza de una Argentina grande, libre y próspera", posteó en X, con la retórica machacona de los conversos. Mostró la foto de una playa llena, soleada y feliz, con un epígrafe documental: "Playa Bristol, Mar del Plata. Domingo 5 de enero, 13.56 hs.". Enseguida se llenó de respuestas de usuarios que, desde el mismo lugar y en el mismo momento, registraban una realidad mucho más rala: poca gente, carpas vacías, y además un día fresco y ventoso.  

La que le respondió sin metáforas fue la extitular de AySA, Malena Galmarini: "Siempre fuiste un mentiroso. Siempre fuiste alfombra. Siempre fuiste casta. Siempre te inventaste tu realidad. Ni por el frío que hacía podría haber tanta gente. Lástima que es por el peor secretario de la historia. Y por el peor modelo económico y la falta de solidaridad del gobierno que sos parte. Tu última vuelta", vaticinó. 

Fotos que preocupan
 
Aunque aún es temprano para cifras concluyentes, en los destinos turísticos argentinos, y muy particularmente en la costa, el impacto de las fuerzas del cielo ya se hace sentir en forma de una afluencia de gente notoriamente menor que el año pasado, "cuando la temporada ya era mala", advierten los operadores turísticos. Lejos del lleno total, la temporada comenzó con cifras de entre el 60 y el 80 por ciento de ocupación en los principales destinos turísticos. 

El gobierno nacional responde con cifras que considera auspiciosas: para el primer fin de semana de enero, 77 por ciento de ocupación en el partido de Pinamar, 85 por ciento en el de Villa Gesell; 64 por ciento en Mendoza; entre un 43 y un 68 por ciento en Traslasierra, Córdoba; entre un 62 y un 87 por ciento en Calamuchita; entre un 55 y un 80 por ciento en las Sierras del Sur; en San Martín de los Andes, un 68,7 por ciento. En todos los casos son cifras inferiores al año anterior. 

 
Desde Villa Gesell informaron que el primer fin de semana del año la ocupación alcanzó el 84 por ciento. Esta ciudad en particular "salió a competir" con los precios exorbitantes de otras playas que difundieron los medios. "En ciudades vecinas el alquiler de una carpa puede llegar a superar los 100.000 pesos por día, en Gesell los precios de sombra van de 30.000 a 50.000 pesos por día, la mitad", difundieron desde el municipio, junto a un particular patrón churro: entre 8.000 y 10.000 pesos, contra 12.000 pesos para arriba en otros balnearios. 

Allí los operadores ya están hablando de que así "se salvó la temporada", aunque los números, proyectan, serán a la baja. Pero advierten: "Si estamos hablando de 'salvar' en la mejor quincena del año, no quiero pensar lo que va a ser la segunda de febrero". 

Tampoco el clima ayudó, pero las postales de playa fueron preocupantes. "En el viaje de ida del viernes, no había nadie en la ruta, era como un día de invierno. Poca gente, muchos seguro se espantaron por el clima, recién salió el sol el domingo", describe un habitual visitante de Cariló. "Acá cuando está feo, llega gente de playas cercanas a pasear, entonces se ve ese movimiento. Pero aún así conseguimos lugar para cenar sin espera, algo rarísimo para un fin de semana de enero. Claramente este año hay mucha menos gente", grafica. 

El turismo cercano y "de último momento" es el que este año empuja algún repunte en los centros turísticos. "Aquí en el Valle de Calamuchita hay un buen nivel de ocupación en general, mucho mejor que en otros valles de Córdoba. Mucho de último momento, que es la tendencia que venimos viendo desde hace un par de años, pero que se profundiza este año en el contexto actual", describe Aline Rethore, presidenta de la Asociación Hotelera Gastronómica de Calamuchita. Villa General Belgrano es el destino más exitoso de la región, comenta.  

"Estamos contentos si lo pensamos en contexto actual, aunque no estamos hablando del nivel de ocupación del año pasado", advierte. "Y tampoco se pudo trasladar la inflación a las tarifas, hay una pérdida de competitividad de Argentina con todos los ajustes de costos. Estamos salvando la temporada pero con pérdida de margen de ganancia en las operaciones hoteleras", sintetiza. 

Describe también un turismo más gasolero: "son varios los aspectos que cambiaron, se notó en las fiestas, la gente  no sale tanto a comer afuera, se queda en las cabañas o en el hotel, hoy es más del sanguchito, un buen desayuno y nos salteamos el almuerzo". 

Por Karina Micheletto / P12

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