Todo lo malo que puede sucederte si sos una persona tóxica en el trabajo, según los especialistas

Recursos Humanos05 de enero de 2025
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Los especialistas en recursos humanos advierten sobre las repercusiones negativas que puede traer una actitud tóxica en el entorno laboral, un fenómeno que no solo afecta la dinámica en el trabajo, sino que también tiene consecuencias económicas significativas tanto para el individuo como para la empresa.

En primer lugar, la PÉRDIDA DE OPORTUNIDADES DE CRECIMIENTO PROFESIONAL es una de las consecuencias más evidentes de una conducta tóxica. Los empleados que adoptan actitudes negativas suelen ser pasados por alto cuando se trata de ascensos o proyectos importantes. En un mercado laboral como el argentino, donde la competitividad es alta, esto puede limitar considerablemente el desarrollo de la carrera de una persona.

Además, el DETERIORO DE LA RELACIÓN CON COMPAÑEROS DE TRABAJO es un efecto inmediato. Un ambiente hostil puede llevar a la falta de colaboración y cohesión dentro del equipo, lo que impacta directamente en la productividad. Las empresas que operan en Argentina no pueden permitirse el lujo de perder eficiencia, especialmente en un contexto económico donde cada recurso cuenta.

El AUMENTO DEL ESTRÉS Y PROBLEMAS EMOCIONALES es otra de las consecuencias relevantes. La toxicidad en el trabajo provoca un clima de tensión que puede derivar en ausentismo y, en última instancia, en problemas de salud mental. La insuficiencia en la salud emocional de un empleado puede implicar costos altos para la organización debido a licencias prolongadas o la necesidad de reemplazar personal.

La MALA REPUTACIÓN DENTRO DE LA EMPRESA también puede acarrear penalizaciones no monetarias. Un empleado con una imagen negativa puede encontrar grandes dificultades para establecer relaciones laborales provechosas, lo que, a su turno, puede comprometer su red de contactos en el sector. En un país donde las referencias y la confianza son clave, esto es un punto crítico.

Finalmente, la posibilidad de ser despedido o relegado no es un mero riesgo; es una realidad inminente para aquellos que perpetúan un ambiente de trabajo tóxico. En un panorama laboral que ya enfrenta desafíos derivados de la alta inflación y la incertidumbre económica, tener un puesto de trabajo seguro es fundamental. Perderlo por actitudes perjudiciales puede representar un revés financiero significativo.

En resumen, los efectos de ser una persona tóxica en el entorno laboral son multifacéticos y pueden resultar devastadores, no solo para el individuo, sino también para las organizaciones en el contexto económico de Argentina. La implementación de estrategias para mejorar el clima laboral y fomentar una cultura de respeto puede ser la clave para mitigar estos riesgos y contribuir al desarrollo sostenible de las empresas y sus empleados.

Por BaeNegocios

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