Y rasguña las piedras
Este 17 de Octubre quedaron plasmadas dos intenciones peronistas diferentes.
Kicillof se negó a reconocer la conducción y el liderazgo político de Cristina, reservándole, apenas, un lugar en el museo de las cosas del pasado. Como si “Cristina ya fue”, y ahora, dicen, van por el futuro y el futuro son ellos sin la conducción de Cristina.
Cada vez que proclamaron “Santa” a Evita era para vaciarle el contenido revolucionario de su legado. Conocemos estas triquiñuelas; sucedió con la táctica vandorista de los años 60: “Para estar con Perón hay que enfrentar a Perón”.
Kicillof ningunea la interna como si él no fuera peronista ¡Y justo es la interna donde participa Cristina para enderezar al peronismo! Se percibe por arriba de Cristina cuando afirma que él no interviene en ninguna interna. Mirá vos. Nos conocemos todos y sabemos que los avales para Quintela la juntan funcionarios del gobernador. ¿Están o no están con Cristina como decían?
Cristina es fundadora del proyecto inaugurado junto a Néstor en 2003; no hablen más en su nombre entonces.
Se “victimizan” y entonces todas las culpas de sus males son “los ataques” de Máximo Kirchner y La Cámpora; ¡Vamos! esa fue la artimaña para esconder otros fines.
En la Legislatura bonaerense todas las leyes solicitadas por el gobernador fueron aprobadas a cuatro manos por los diputados de La Cámpora.
En la gestión del gabinete provincial se destacan los funcionarios kirchneristas que lo integran; que no solo NO boicotean la gestión del gobernador, sino que la impulsan, la defienden, le dan brillo. Sucede en Salud, en Justicia, en Ambiente, en Cultura y en otras aéreas importantes del Estado.
En el Congreso Nacional es la misma constante: los legisladores nacionales kirchneristas defienden con uñas y dientes el federalismo y los derechos del pueblo y el gobierno bonaerense, hoy avasallados por Milei.
¿Y entonces? ¿Por dónde viene el supuesto ataque? ¿Por una palabra a destiempo, una consigna de los pibes y pibas en un acto?
El pico más opaco fue cuando Andrés Larroque expresó que el que no promueva al gobernador es porque “en algo raro andará”. Y agregó: “¿Qué significa la conducción de Cristina? ¿Qué es la conducción de Cristina? ¿Que tres ñatos te manden un WhatsApp?”.
Cuando en la resistencia peronista Perón nos enviaba una cinta grabada, los peronistas nos juntábamos en una casa compañera para escuchar su mensaje, sin preguntarnos sobre los compañeros que lo traían. Perón estaba en el exilio, claro y no existían los WhatsApp. Hoy Cristina no está en el exilio, pero después que el poder envió mercenarios a meterle dos tiros en la cabeza, se cuida más, sin dejar de militar el territorio y mandar mensajes por Whatsapp. ¿Está mal que lo haga?
El “por algo será” lastima nuestra memoria histórica porque esa fue una frase muy usada por las huestes de la derecha peronista y la dictadura genocida. No enciendan hogueras para después salir gritando “Fuego!”. No busquen enemigos donde no los hay. ¡Bajen las armas que aquí solo hay pibes militando con Cristina!
No discuten a Máximo, discuten a Cristina, desconociendo su liderazgo histórico en el movimiento.
Quintela, su candidato, perdona a los gobernadores que traicionan al peronismo y a sus respectivas provincias votando para Milei. Un renovado menemismo viene por la revancha y Cristina vuelve a ser la trinchera a vencer.
Quienes somos consecuentes con nuestra historia nos sentimos el rescoldo de la heroica generación diezmada y haremos todo para cuidar ese liderazgo que pertenece al pueblo. Cumplimos el mandato que nos dejó Néstor: “Cuiden a Cristina”
Lejos de ser el pasado, Cristina es la más maravillosa música que compuso el pueblo en este siglo. Supimos cantar en los calabozos de la dictadura:
“Detrás de las paredes, que ayer te han levantado, te ruego que respires todavía/ Apoyo mis espaldas, y espero que me abraces, atravesando el muro de mis días/ Y rasguña las piedras…hasta mí”.
Que lo vayan sabiendo: no habrá pared que nos separe de Cristina.
Por Jorge Giles * Escritor, militante peronista, ex preso político de la dictadura.