Las tres maniobras de Lady Malbec para tratar de embarrar una movilización histórica
La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, ocupó su rol en la previa de la Marcha Federal Universitaria para agitar fantasmas de violencia y desligitimar el reclamo contra el veto de la Ley de Financiamiento Universitario, diciendo que contaban con información sobre "grupos que van a ir con bengalas, piedras y molotov". Desde el mediodía del miércoles, las agrupaciones y organizaciones estudiantiles que se acercaron a la Plaza de los Dos Congreso se encontraron con calles valladas que dificultaban la circulación, con policías de civil en las calles y hasta una situación confusa en la que un móvil televisivo pareció registrar el accionar de inflitrados para generar conflictos.
"Hay una responsabilidad de los decanos que dejaron participar para todos. Si vos querés hacer una reivindicación tuya, hacerlo con gente seria y con tu público", apuntó Bullrich contra el reclamo unificado de las universidades nacionales por la actualización presupuestaria y desconociendo la universalidad del pedido por la educación pública.
La ministra reconoció que la masividad del reclamo, que se concretó en las calles en la tarde del miércoles, no le permitiría cumplir con su Protocolo Antipiquetes y las calles de la zona de Congreso permanecería interrumpidas durante gran parte de la jornada. En el dispositivo de seguridad orquestado desde el Ministerio, los manifestantes se encontraron con vallados que interrumpieron la normal circulación para el acceso a la Plaza de Dos Congresos.
Sin embargo, Bullrich se encargó de agitar fantasmas para intimidar a las personas de a pie que no estuvieran decididas de movilizarse y para atacar la convocatoria con la "politización". "Estábamos en una situación de tranquilidad con alumnos, profesores con decanos que podían participar y ahora estamos en otra situación", planteó en la noche del martes entrevistada en TN.
Sin precisiones, Bullrich dijo que se había "cambiado el protocolo de seguridad, a partir de todos estos grupos que van a venir, van a preparar el golpe que están pensando para noviembre y diciembre", lanzó, sin pruebas. Ante la repregunta por la gravedad de la denuncia, Bullrich minimizó: "un golpecito, porque no van a poder. Es todo piripipi", hizo confesión de parte.
Pero insistió que durante la marcha iba a haber grupos con piedras, bengalas y molotovs. "Con lo mismo de siempre, con el gordo mortero", la ayudó el periodista que la estaba entrevistando. Como para darle algo de claridad a la denuncia, Bullrich cargó contra los decanos por ampliar la convocatoria --algo que ya había ocurrido en la marcha pacífica del 23 de abril-- y caracterizó como "palco de sindicalistas analógicos" a los gremios y organizaciones que acompañan el reclamo.
En la llegada de las distintas columnas desde puntos de la Ciudad de Buenos Aires y el Conurbano a la Plaza de los Dos Congresos, no se denunciaron ninguna de las acciones que anticipó Bullrich, pero el operativo de seguridad si repitió algunas prácticas recurrentes en la previa de las movilizaciones.
Por ejemplo, en la Autopista La Plata-Buenos Aires, un operativo de la Prefectura Naval detuvo a 22 colectivos en los que se trasladaban trabajadores de ATE y de la Asociación de Trabajadores de la Universidad Nacional de La Plata (ATULP), los hizo descender de los micros en el peaje de Dock Sud e interrumpieron el libre tránsito en la autopista rumbo a Congreso.
En tanto, un móvil del canal LN+ registró en vivo sobre la calle Callao la denuncia de los manifestantes sobre un posible infiltrado que había intentado iniciar un incendio en un contenedor de basura. "Esto no fue la gente, vino una persona que tiró para preder fuego y se fue. No siguió con la marcha. Esto lo hace el Estado, no jodan", denunció un manifestante. "La gente no fue, yo estaba mirando. Pasó uno, tiró algo y se fue. La gente no fue", agregó el portero de un edificio de la calle Callao que apagaba el incendio con una manguera.
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