Un genocida suelto en Nueva York

Actualidad27 de septiembre de 2024
IMG_20240926_130312

Las mentes criminales siempre han sido un desafío para los juristas. A lo largo de los siglos, los especialistas elaboraron catálogos de personalidades que determinarían en ciertos individuos las tendencias a delinquir. No obstante, ninguno de esos extensos estudios impidió la aparición, en distintos momentos de la historia, de personajes que, arribados a posiciones de poder, llevaron adelante experiencias brutales. Se trató de seres rodeados de círculos de individuos afines que llegaron a planificar y ejecutar el exterminio de vastos sectores de la comunidad. En ese sentido, si bien el holocausto perpetrado por Adolfo Hitler es considerado el exponente máximo de esas experiencias, no ha sido el único.

Así, mediante diversas metodologías, se han producido en la historia numerosos genocidios siempre impunes en términos de proporción. Es significativo que mientras que el régimen nazi exterminó más de diez millones de personas, apenas fueron juzgados y condenados algunos cientos de genocidas. Igualmente, respecto del padecido por el pueblo Armenio de parte del Imperio Turco Otomano (1915), la impunidad es completa hasta el día de la fecha en que continúa siendo negado por sus perpetradores.

En los casos citados, así como sobre Ruanda o Hiroshima y Nagasaki, recién se conocen resultados aproximados cuando finalizan las matanzas. Incluso, como sucede con las bombas de exterminio lanzadas por Estados Unidos en 1945, se trata de masacres que continúan produciendo efectos en la población ochenta años después. Respecto de los que están en curso como el que transcurre en la franja de Gaza de parte del Estado de Israel, sólo conocemos cifras parciales de las decenas de miles de muertos palestinos, la mayoría niñes y mujeres, cifra que crece día a día.

Hay que destacar que la historia de los siglos recientes, descripta en el panorama sintetizado, ha dejado en evidencia la incapacidad para prevenir esa clase de tragedias. Sin embargo, es importante también aclarar que no se trata de algo imposible. Requiere atención a los primeros indicios, signos y síntomas así como una decisión política acorde, de parte de quienes tienen la responsabilidad de enfrentar esos peligros. Obviamente si no existe esa voluntad política de actuar, las tragedias tendrán lugar inexorablemente. Si además, no se cultiva sostenidamente la memoria, se reiterarán.

Lo señalado obliga a prestar mucha atención al proceso que se vive actualmente en Argentina. Ello por cuanto Javier Milei reúne en su personalidad una serie de características que resultan altamente peligrosas en términos políticos y sociales. Asimismo, el presidente ya tomó y continúa tomando decisiones brutales que afectan la salud y la vida de los sectores más vulnerables de la comunidad.

CV abreviado

Un rápido repaso de su reciente recorrido nos acerca a su pensamiento y ayuda a comprender algunos de sus actos.

Así, en los últimos seis años de la vida pública de Milei se puede percibir el nivel creciente de desequilibrio mental y violencia que despliega en su interacción social. En ese tiempo, por ejemplo, hay registros de agresiones en Salta a una periodista. Eso le valió resoluciones judiciales de restricción de acercamiento y prohibición de disertar en la ciudad de Metán, así como pericias psicológicas (2018).

Igualmente, en uno de los temas que resultan obsesivamente recurrentes en sus discursos, Milei definió al Estado como “el pedófilo en el jardín de infantes, con los nenes encadenados y bañados en vaselina” [sic] (2018). En el mismo sentido, ante cientos de niñes y adolescentes, refirió bromas sobre el tamaño del pene del burro (2024). Este mismo año, por televisión, recomendó vaselina para economistas a quienes afirma haberle dejado “el culo como un mandril” [sic] (2024). Hace algunas semanas, en un evento público en la provincia de Mendoza, simuló masturbarse desde el atril. Esas repulsivas imágenes recorrieron el mundo.

Respecto del delito, publicitó su admiración a criminales convictos como Al Capone y llamó “héroes” a los contrabandistas (2019). En esa línea, efectuó encendidas preferencias por la mafia por encima del Estado (2021). Insultó al Papa Francisco al que calificó entre otras cosas de “imbécil” (2020) y se burló y despreció a sectores vulnerables como los hipoacúsicos (2022) y personas con Síndrome de Down (2023).

Finalmente, y en uno de los aspectos más alarmantes de su personalidad, Javier Milei proclama una superioridad racial, intelectual e incluso estética respecto del resto de la población. Así, se definió́ como un hombre “blanco y rubio de ojos celestes” [sic], y agregó: “No voy a pedir perdón por tener pene” [sic] (14/5/2022). Ese mismo año, en un acto del fascismo español en Madrid, Milei señaló́ a los gritos: “Somos superiores”[sic]. (1)

Muy recientemente, en un video que publicó en sus cuentas aparecen dirigentes políticos con sus rostros deteriorados por un virus que Milei vincula a CFK. Allí, sobre la imagen deformada de la diputada “cartonera” Natalia Saracho, refiere Milei que “nació sin futuro, condenada desde el inicio a una vida vacía…”.

De los ejemplos citados surge con claridad tanto el desequilibrio mental de Javier Milei como su desprecio por la legislación vigente y por las personas que presupone inferiores y en consecuencia, su peligrosidad. 

La ley

Michel Foucault habla del Derecho como «productor de verdad» (2). Las decisiones que está tomando Javier Milei desde que asumió como presidente, van en sentido opuesto. Es decir, Milei produce, sostiene y difunde mentiras. Esas mentiras a su vez, se traducen en decisiones presidenciales que impactan fuertemente en los grupos más frágiles de nuestra comunidad.

Es oportuno recordar que la Constitución Nacional contiene con la máxima jerarquía legal la Convención para la Prevención y Sanción del delito de genocidio aprobada por las Naciones Unidas en diciembre de 1948. Allí, se encuentra la siguiente definición «se entiende por genocidio cualquiera de los actos mencionados a continuación, perpetrados con la intención de destruir total o parcialmente a un grupo nacional, étnico, racial o religioso como tal; a) Matanza de miembros del grupo; b) Lesión grave a la integridad física o mental de los miembros del grupo; c) Sometimiento intencional del grupo a condiciones de existencia que hayan de acarrear su destrucción física, total o parcial… «.

Negar medicamentos oncológicos, retener toneladas de alimentos o impedir que el congreso de la nación mejore mínimamente la situación de millones de adultos mayores, encaja sin dificultad en la definición del delito internacional de genocidio de la Convención. Ello claro está, con independencia de los numerosos delitos internos de nuestro código penal en los que Milei y sus Ministros están incurriendo cada día.

Zaffaroni explica al respecto: “Cuando vos planificás el hambre, planificás  los defectos  de la atención de la salud, la desatención de la tercera edad, etcétera, bueno lo que estás haciendo es un genocidio  por goteo” (3).

De los actos de gobierno surge clara la intención de exterminio de Mieli y su gabinete.  Recordemos al respecto que la Ministra Mondino, impulsó públicamente un “mercado de órganos”. Igualmente, al hablar de préstamos solicitados por jubilados se preguntó: “Si sos un jubilado de arriba de no sé cuántos años, ¡casi seguro que te vas a morir!”. Y agregó: “¿Para qué estás haciendo todo este tipo de cosas si es evidente?”. Se refería a que morirían “casi seguro” antes de poder pagar el préstamo y les reclamaba por esa pretensión.

Hoy, ya no se puede ocultar que Javier Milei encabeza un gobierno racista, homofóbico y de odio hacia sectores vulnerables, en sintonía con los enunciados que caracterizaron los regímenes nazi-fascistas de las décadas de 1930 y 1940 en Europa.

En ese sentido, la tecnología actual, ha reemplazado los micrófonos de Goebells por los posteos de Milei, pero el odio al tejido vivo es el mismo. De hecho que la publicación del presidente (a tres millones de seguidores) sobre el virus KU-K12 es una versión actual del video nazi de 1941 que muestra personas con malformaciones.

Milei no sólo se siente superior, sino que puso en marcha un plan para la destrucción de quienes no son como él. En ese camino, propone un nuevo “desorden” social basado en lo que denomina “anarcocapitalismo” en el que hay vastos sectores de la población que no tienen lugar, por lo cual se propone su exterminio. Así, más de un millón de niñes van a dormir sin cenar y más de tres millones de adultos mayores están bajo la línea de indigencia.

Consecuencia de ello, la mayoría de los jubilados, sin medicamentos y casi sin comer, ya no están en condiciones de manifestarse en las calles. Y cuando quienes aún pueden mantenerse en pie, logran llegar a la plaza, son lastimados con gas pimienta.

En síntesis, en la argentina de Milei, millones de seres vulnerables transitan el camino a una muerte cercana como anunció su canciller Diana Mondino en la mesa de Mirta Legrand. La imagen de un presidente repudiado en el mundo entero, con rostro desencajado y un gran martillo en su mano, podrá divertir a algún estúpido de Wall Street, pero a la mayor parte del pueblo argentino, sólo le causa infinita angustia y dolor.

 
Referencias:

(1) Las citas efectuadas se encuentran en el libro “De Hitler a Milei. Curiosidades dementes criminales”, Edit. Ciccus, 2024

(2) «Genealogía del racismo. Montevideo, Edit. Altamira 1993

(3) Zaffaroni, Eugenio en la presentación del libro “De Hitler a Milei. Curiosidades dementes criminales”, el 28 de agosto de 2024.

 

Por Carlos Rozanski * Ex Juez de Cámara Federal y Ex Presidente del Tribunal Oral en lo Criminal Federal Nº 1 de La Plata. / La Tecla Eñe

Te puede interesar