La demanda de la Generación Z: nuevos caminos hacia el éxito profesional
Amedida que crece entre los jóvenes el escepticismo sobre la rentabilidad de la inversión en un título universitario, la Generación Z está adoptando un espectro más amplio de trayectorias profesionales.
Este cambio contribuye a un abanico cada vez más amplio de opciones de educación y formación, desde los títulos y certificados universitarios tradicionales hasta el aprendizaje y el servicio militar.
Los estudiantes pueden obtener diversos títulos o credenciales que les abren las puertas tanto a posiciones administrativas como a oficios especializados bien remunerados.
Muchos de estos caminos son prometedores, sobre todo porque los empresarios expresan un deseo cada vez mayor de contratar a personas procedentes de vías no universitarias.
Sin embargo, como demuestra la investigación, cuando se trata de elegir, más no es necesariamente mejor. Desde elegir un sabor de un dulce hasta escoger un plan de seguro médico, simplemente ofrecer más opciones no produce mejores resultados para el consumidor. Un subgrupo significativo de personas nunca se inscribe en el seguro ni compra el dulce: las opciones son demasiado abrumadoras.
Sin embargo, cuando se trata de la educación y de los itinerarios personales, la solución a la sobrecarga de opciones es una información más precisa y clara.
Las decisiones relacionadas con la universidad y la carrera profesional tienen repercusiones para toda la vida, pero los estudiantes reciben una sorprendente falta de apoyo a la hora de elegir. Una nueva encuesta de Morning Consult encargada por JFF y ASA reveló que un tercio de las personas de entre 16 y 24 años no sabe qué carrera quiere seguir. Eso supone al menos 10 millones de jóvenes perdidos en un mar de posibilidades sin tener ni idea de adónde van ni cómo llegarán allí.
Casi tres cuartas partes de los jóvenes encuestados afirman que tener un mayor acceso a la información sobre las diferentes opciones profesionales y educativas les ayudaría a encontrar un camino más claro.
No orientar a los jóvenes sobre las opciones profesionales agrava la desigualdad: los estudiantes acomodados aprovechan el capital social para encontrar caminos claros hacia empleos bien remunerados, mientras que sus compañeros desfavorecidos corren el riesgo de verse encauzados hacia puestos inestables, mal pagados y con un potencial de crecimiento limitado. A medida que se acerca el nuevo año escolar, tenemos que mejorar la forma en que los estudiantes encuentran trayectorias profesionales acordes con sus aspiraciones y talentos.
La transformación comienza en las escuelas, que deberían tratar de ampliar sus servicios de navegación profesional adoptando herramientas y tecnologías que aumenten la capacidad de los orientadores.
Aunque la mayoría de los educadores aprueban que sus alumnos opten por una vía educativa sin titulación, a la mitad les preocupa que la información proporcionada a los estudiantes sea insuficiente, y que los empleadores no comprendan el valor de nuevos caminos.
La Asociación de Consejeros Escolares norteamericana está ayudando a las escuelas a llenar este vacío con recursos como su kit de herramientas Career Conversation Starters, que brinda preguntas diseñadas para ayudar a los estudiantes, padres y miembros de la comunidad a comprender mejor el creciente número de opciones postsecundarias y profesionales.
Para aprovechar este impulso, debemos hacer un mejor trabajo poniendo recursos digitales de exploración de carreras como Roadtrip Nation, Futurescape y EvolveMe en manos de orientadores y educadores para ofrecer un apoyo a medida a los alumnos mientras navegan por las opciones profesionales y aprenden a crear redes sociales.
El auge de la IA generativa también presenta nuevas oportunidades para ayudar a los educadores a personalizar la navegación profesional, conectando los intereses y habilidades de un estudiante con los programas educativos y las trayectorias profesionales.
Los empleadores también tienen un papel crucial que desempeñar, especialmente en un momento en el que tantas empresas se enfrentan a la escasez de mano de obra. La captación de talentos debe articular y amplificar claramente las oportunidades de promoción profesional asociadas a los puestos de nivel inicial, así como la formación, las credenciales y las habilidades necesarias para acceder a esas oportunidades.
Nuevas opciones disruptivas
Muchas industrias ofrecen oportunidades profesionales satisfactorias que no requieren un título universitario pero que permanecen bajo el radar para la gran mayoría de los estudiantes. United Airlines, por ejemplo, desarrolló un programa de aprendizaje de 36 meses que ofrece a los jóvenes formación remunerada a tiempo completo para convertirse en técnicos de mantenimiento certificados y bien remunerados.
Chipotle hizo grandes inversiones para financiar las prestaciones educativas de sus empleados y crear vías claras de ascenso para su primera línea, con el objetivo de ser el “camino más rápido hacia la clase media”.
Por supuesto, es más fácil decirlo que hacerlo. Los grupos industriales pueden unirse a los empleadores para concienciar a los orientadores escolares, las familias y la Generación Z.
La Fundación de la Federación Nacional de Minoristas de Estados Unidos lleva décadas resaltando las trayectorias profesionales dentro del sector minorista, mientras trabaja con empleadores como Lowe's, Target y Disney para crear cursos reconocidos por la industria que acrediten a los estudiantes para trabajar en la gestión de la cadena de suministro, el servicio al cliente y las funciones comerciales minoristas.
Del mismo modo, la industria de productos electrónicos lucha contra la falta de trabajadores a pesar de las recientes inversiones en el sector de los semiconductores. El IPC, una organización sin ánimo de lucro que apoya a este sector, está lanzando programas de aprendizaje y promoviendo oportunidades para los estudiantes. Sin embargo, queda más trabajo por hacer para crear conciencia e interés en esta importante área.
Los responsables políticos estatales, mientras tanto, pueden apoyar los itinerarios diseñando normas de responsabilidad que vayan más allá de la preparación para la universidad y definan también el éxito como preparación profesional.
Los estándares actuales están muy orientados a preparar a los estudiantes para las universidades de cuatro años, utilizando exámenes estandarizados como principal medida del rendimiento tanto de los estudiantes como de las escuelas.
Este enfoque pasa cada vez más por alto las necesidades de los estudiantes de hoy en día y lo que se necesita para tener éxito en el mercado laboral. Los marcos de rendición de cuentas deben rediseñarse para dar prioridad a la preparación profesional, capacitando durante la primaria para preparar mejor a los estudiantes para una mayor variedad de opciones luego de la secundaria, incluyendo el aprendizaje y el conocimiento basado en el trabajo.
En Indiana, Estados Unidos, la Comisión para la Educación Superior del estado está desarrollando un Marco Integral de Orientación y Navegación Profesional que incluye hitos específicos para cada grado. Para los grados 6 a 8, por ejemplo, se esperará que los estudiantes conecten sus talentos con posibles futuras carreras.
Mientras tanto, se les pedirá a los estudiantes de secundaria que se comprometan con oportunidades estructuradas de exploración de carreras alineadas con sus intereses. Como parte del esfuerzo, el estado está concediendo 25 millones de dólares en subvenciones a corporaciones escolares, universidades y proveedores de orientación profesional.
Mejorar la forma en que los estudiantes navegan por sus trayectorias profesionales requerirá un esfuerzo de colaboración entre los responsables políticos, los líderes educativos, los empleadores y los sistemas de mano de obra.
El objetivo no debe ser sólo abordar la brecha existente en la orientación, sino establecer sistemas de apoyo integrales que se anticipen y colaboren con las variadas necesidades educativas y ambiciones profesionales de todos los estudiantes en los próximos años. De este modo, construiremos un futuro en el que todos los jóvenes puedan acceder a vías de aprendizaje que conduzcan a empleos significativos y de calidad.
Nota publicada en Forbes US.