Cuando se cree, erróneamente, que se está en una primavera financiera

Economía 26 de abril de 2024
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En consonancia con los datos de alta frecuencia de varios analistas privados que monitorean el devenir de los precios internos, el Banco Central (BCRA) apretó un botón más de la licuadora de pesos bajando, antes de la licitación, la tasa de política monetaria (para los Pases a un día) del 70% al 60% nominal anual. Esto sería una tasa efectiva anual apenas por encima del 80% (82). Huelgan los comentarios frente a la inflación que la supera ampliamente. De ahí lo riesgoso de la medida, en términos cambiarios. ¿Qué esperan los analistas? Que los inversores aceleren su salida de las posiciones en pesos en Pases, y que los bancos se lancen a prestar. Claro que, para ello debe haber una demanda insatisfecha pero dadas las actuales circunstancias no se vislumbra un boom crediticio, en el corto plazo, con semejante caída de los ingresos reales de las familias. Algo marginal, para aquellos beneficiados con paritarias acordes con la inflación. Para el resto, quizás, los analistas de crédito de las entidades deberán hacer la vista gorda, si es que quieren canalizar la liquidez sobrante.

Mientras tanto, en las mesas de dinero la nueva tasa de Pases (5,05% efectiva mensual) es un claro mensajes en pos de mantener el ritmo de licuación y que los pesos estacionados en Pases busquen refugio en la curva del Tesoro. O sea, es el mismo juego, solo cambia de nombre. Al principio, la plaza cambiaria se mostró impávida con la nueva tasa pero sobre el cierre aparecieron los compradores y el billete quedó bien tomador. Un cambista le explicaba a un “bonero” de un banco extranjero, que esta película ya la vio, por lo que creía que el mercado se tomaría unos días para desarmar el carry trade, reordenar carteras y reacomodar el tipo de cambio. Sí le sorprendió, le reconoció al bonero, el alto volumen operado por importadores, muy por encima del promedio de las últimas ruedas, por lo que prefería esperar a ver si se trataba de una transacción especial o no. Para el bonero, la movida de BCRA va en línea con la caída de las expectativas inflacionarias aunque, nobleza obliga, no podía pasarse por alto que todo esto se está haciendo gracias al imperio del cepo cambiario. Un economista afín al Gobierno argumentaba, a clientes, que lo imperioso es continuar con la depuración del balance del BCRA y estabilizar la demanda de dinero, recién ahí se podría pensar en levantar el cepo.

Pero quizás lo que más alentó, en forma positiva, las expectativas inflacionarias de los operadores fue el último monitoreo de Alphacast que marcó deflación semanal que, según dicho monitoreo de alta frecuencia, dio una variación negativa del 0,8% en la última semana versus la anterior en los precios minoristas, cuando la medición anterior fue positiva en 0,4%. Según los hacedores del monitoreo eso no se daba desde octubre de 2021. Para ellos, el IPC se movió a una tasa mensual del 7,6%, por debajo del 8,9% anterior. De todos modos, la inflación interanual sigue moviéndose en niveles de casi 300% interanual, aunque por debajo del registro anterior de casi 309%. Este gráfico se esparció por todas las mesas y encuentros virtuales, y precisamente, en uno de ellos, muy reservado, se ponderó la deflación de la núcleo como señal. Al respecto, la medición de la inflación núcleo, presionó a la baja al IPC que releva esta gente, al mostrar una caída semanal del 1,8% cuando en variación anterior fue positiva en 0,4%. Los que realizan esta medición comentaron que fue el dato más bajo desde que comenzaron a monitorear los precios al consumidor. Otro dato que arrojó la medición fue que los precios regulados crecieron 0,5% semanal, igual que la semana anterior, mientras que los artículos de temporada subieron 1,3% semanal frente al 0,6% anterior. Los precios regulados se movieron a una tasa mensual del 25,4%.

Todo muy lindo pero, a medida que van llegando las facturas a los hogares, no se salva nadie. Un conocido economista-financista, ahora amante del pádel, al que no le hace mella el tarifazo en el presupuesto familiar alertó que el ajustazo de las tarifas tapaba un fuerte aumento de los impuestos que se cuelan en las boletas, ¡la letra chica! O sea, por ahora, la casta espera su turno para participar del ajuste. Y hablando de casta, este financista con amplios nexos políticos le contó a un cliente metalúrgico que los “gordos” de la central obrera parecían contentos con el arribo del nuevo Secretario de Trabajo (Cordero), un ex Techint, que en poco tiempo zanjó el diferendo de Camioneros y el de los Colectivos.

De ágapes financieros, brechas y bonos

En un ágape financiero, en zona norte, no solo se habló del cepo sino también se tiraron algunas pistas y recomendaciones de inversión. Pero el fuego lo inició el anfitrión, que además de tirar sobre la mesa el dato de producción industrial de marzo de Ferreres (cayó casi 13% interanual), aconsejó no tentarse con la brecha actual, porque había mucha demanda potencial oculta de dividendos, utilidades y otros giros, que años atrás, sin cepo, superaban los 170 millones de dólares mensuales y hoy solo son menos de 20 millones por mes (por eso se habla del Bopreal para estos cepeados). Se habló mucho del nuevo bono ley extranjera de PAE 2032, que viene con buena demanda acá y afuera (allá lo coloca el JPM) y cuya emisión rondaría los 400 a 500 millones de dólares. Se especula que el cupón sería de casi ¡9%! (8,75%), claro que si van todos juntos recortaría. Pero lo miran como punta de lanza y una buena señal para empresas y bancos que busquen financiamiento.

Muy comentado el seminario que dieron los economistas Fernando Marengo y Santiago Solanet en tierras del buen vino mendocino, quienes percibieron que el mercado valoraba cada vez más el asesoramiento independiente sin conflictos de intereses y la transparencia de costos y honorarios a la hora de buscar asistencia en inversiones. Un comensal no paraba de hablar con colegas que estaban en la conferencia de inversores institucionales de Schroders en playas cariocas que, según le contaron, estuvo atestada de hombres del mercado argentino y brasileño. Otro gestor invitado resumió lo que escuchó en dos recientes zoom donde se habló de la otra brecha, en referencia con la fiscal, por eso todos miraban al Congreso porque sin la Ley Base y el DNU el ajuste fiscal, no naufraga pero complica su sostenibilidad en aras de estabilizar la economía. Nadie espera que la salida del cepo sea abrupta, primará el gradualismo al estilo Cambiemos. Del contacto con colegas internacionales, este grupo de hombres del mercado se llevó la impresión que todos, aquí y allá, son positivos pero por todo lo que falta hacer mantienen la prudencia, por eso nadie espera ninguna lluvia de inversiones ni llegada de flujos como lo que el “Toto” aprovechó cuando fue Secretario de Finanzas con Mauricio Macri. No hay ninguna primavera, apenas algunos retoños que ya le sacaron fruto.

Llegando al postre, empezaron a cruzar figuritas, y se planteó si no era momento para pasar del bono del Tesoro AL30 al AL35 ya que el spread estaba en mínimos de unos 400 puntos a favor del más corto, lo que implica que hubo ajuste de la curva y de la pendiente, que sigue siendo negativa. Un inversor, amante del arte y de los coches clásicos, tiró el argumento de la gente de Neix que sostienen que no es momento porque el trade de AL35 es un trade que necesita señales de una mayor consistencia macroeconómica que va más allá de las próximas elecciones presidenciales, o sea, a estos precios, con el AL30 se recupera el 90% del capital en este mandato, mientras que con el AL35 solo el 28%, por lo que el AL35 necesita más calidad en la consolidación fiscal y de la apertura comercial. Incluso, explicó un análisis contemplando la reinversión de los flujos, pero lo que quedó en claro era que la principal fuente de ganancia en los bonos es una mejora en el nivel de la curva y en segundo lugar el valor de la pendiente. Por eso, ven que hacia adelante es difícil que la disminución del nivel de la curva no vaya acompañada de un cambio de pendiente, de ahí que prefieren AL30 por sobre AL35.

Cepo, ¿hasta cuándo?

Los Werning, también fueron parte de la comidilla de comentarios. Vladimir, por su exposición del plan de estabilización a inversores en medio de la reunión del FMI-BM en Washington, el otro, Iván por el interesante debate que armó con un paper del MIT que recomendaba que con mucha inercia inflacionaria era mejor no ser gradualista y no pagar todo el costo de una recesión. Sobre lo del vice del BCRA rescataron que, según ellos -el actual equipo económico, sobreviviente del experimento Cambiemos- había aprendido la lección de eliminar el cepo como en 2015/16 y por eso ahora lo harían con la secuencia opuesta, o sea, primero establecer un ancla fiscal y segundo desmantelar los controles cambiarios y de capitales. Pero, entonces, se preguntaron los comensales, si la consolidación fiscal se alcanzaría a fin de año, entonces, la eliminación del cepo se postergaría más allá del segundo semestre. Silenzio stampa. Sobre la hora del whisky hablaron sobre la visión de un grupo de gestores internacionales de la talla, por ejemplo, de Vontobel o Allianz que parecían redireccionar capitales de Asia de vuelta a la región latinoamericana, aunque la deuda emergente estaba bajo la lupa. El gran atractivo era el carry, nada más. El país más ponderado es Uruguay, luego Chile, mientras México es un signo de pregunta.

Ámbito Financiero

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