El dólar está atrasado y los mercados anticipan una nueva devaluación: cómo afectará a la inflación

Economía 05 de febrero de 2024
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Desde la última megadevaluación que aplicó el gobierno de Javier Milei, el tipo de cambio perdió competitividad en términos reales frente a la disparada de la inflación. La estrategia de movimiento gradual del tipo de cambio al 2% fue llevada a cabo durante enero, pero las dudas que se pensaban para marzo pueden ocurrir en febrero. Hasta el FMI pide otra política monetaria y reconoce el estancamiento del billete verde. Los negocios a futuro en los mercados hablan de una depreciación del peso mayor a la prevista en el mes que acaba de comenzar.

El "crawling peg" es la suba progresiva y controlada del dólar oficial. Es una operación que realiza el Banco Central (BCRA) que permite en la práctica realizar ajustes graduales y predefinidos del tipo de cambio. Esta fue la táctica ejecutada por el ministro de Economía, Luis Caputo, en diciembre y enero. Los negocios de dólar futuro afirman que el crawling del 2% no va más.

Los contratos de dólar futuro se pactan a un plazo determinado (un mes) entre dos partes y la ganancia o pérdida, de acuerdo con el resultado que tenga la divisa en la fecha determinada, se cancela en pesos. Según los precios informados por el mercado de futuros Matba Rofex, para febrero se espera un aumento levemente mayor al crawling peg, del 7,4% mayor para marzo, y en abril marca un incremento del 12,7% mensual.

dolar devaluacion

La movilidad de la cotización a un ritmo del 2% mensual es una estrategia que el mercado considera que tiene fecha de vencimiento: de seguir en esta misma línea, en abril se borraría toda la competitividad ganada hasta ahora. Esta misma impresión  dejó el staff report que publicó el FMI. Aunque el organismo valoró la devaluación y remarcaron que el crawling peg del 2% ayudó a “anclar la inflación”, subrayaron que en los próximos meses el BCRA tendrá que adoptar una “nueva política monetaria” que evite una “rápida erosión de la ganancia de competitividad inicial”. 

Uno de los principales bancos de Wall Street, el Bank of America, proyectó un dólar oficial a $ 2.200 para fin de año, un alza de 172,1% para todo 2024. Considerando la inflación del Relevamiento de Expectativas de Mercado y de seguir con el crawling peg descontado en futuros, el tipo de cambio de cambio real (a precios del día de la devaluación) sería de:

  • Febrero: $ 509
  • Marzo: $ 475
  • Abril: $ 478
  • Mayo: $ 476
  • Junio: $ 484

Desde finales de marzo, serían valores similares el tipo de cambio real de pre PASO. 

Un nuevo motor para la inflación

De acuerdo a un informe del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (CESO), hasta la fecha, el programa de transición le permitió al Banco Central acumular aproximadamente U$S 4.000 millones de reservas. No obstante, dicha acumulación se dio en gran medida en el marco de fuerte caída de la actividad, de los ingresos reales, y por posponer importaciones. Así y todo, "todavía parece ser insuficiente para eliminar las restricciones cambiarias y/o para aventurarse en una dolarización precoz", soslayó el documento.

El actual programa podría servir como puente hasta los meses en los que suele crecer el ingreso de divisas por la liquidación de la cosecha gruesa; marzo-abril de este año. Sin embargo, la aceleración inflacionaria de los últimos meses iniciada por el shock devaluatorio de diciembre pasado combinada con la estrategia del crawling peg del 2% mensual, "vienen erosionando rápidamente el nuevo nivel del tipo de cambio real, lo que podría dar lugar a un nuevo pedido de devaluación por parte de los sectores agroexportadores para comenzar las liquidaciones", enfatizaron desde CESO.

"Un nuevo salto cambiario podría ayudar con la acumulación de reservas –vale repetirlo, más por el ajuste de cantidades vía reducción de importaciones y menos por el ajuste de precios vía aumento de las exportaciones– pero posiblemente colisione con la pretensión del gobierno oficial, al menos en lo discursivo, de bajar la inflación a partir de una caída de la actividad y de estabilizar la macroeconomía. Pretensión que se respalda por la idea de inflación por demanda", consignó el informe.

En Argentina, además de contractivas, las devaluaciones suelen ser procíclicas: una devaluación genera rápidamente una aceleración inflacionaria que en un período relativamente corto provoca que el tipo de cambio real vuelva a su nivel anterior, lo que da lugar a que algunos sectores presionen por una nueva devaluación por el nuevo “atraso” cambiario, generando un nuevo salto en los precios. Desde el CESO lo califican como "un círculo vicioso". En un régimen de alta inflación como el actual, "el salto inicial en los precios se espiraliza rápidamente a partir de una inercia inflacionaria creciente", concluyó el informe.

Por Rodrigo Nuñez / El Destape

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