Pumper Nic cumple 50 años: la historia detrás de un ícono del marketing de la nostalgia

Historia 03 de febrero de 2024
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La primera gran cadena argentina de hamburgueserías cumplió medio siglo desde su nacimiento. Pumper Nic marcó un hito en la industria del fast food local y se transformó en un ícono nostálgico con miles de fanáticos que siempre piden su regreso. Crecimiento veloz, expansión sin control y un modelo que no pudo sostenerse ante el avance de los grandes jugadores.

En los 70 las cadenas de comida rápida, en particular las de hamburguesas, no eran una tendencia en la Argentina. Chéburger fue una de las pioneras y luego The Embers creció con un menú más orientado a los platos típicos de la cocina estadounidense. Entonces el empresario Alfredo Lowenstein vio una oportunidad de crear una gran cadena nacional y en 1974 abrió el primer Pumper Nic.

Su familia estaba ligada hace tiempo al negocio cárnico. Su padre, Luis, llegó desde Frankfurt en 1935 y era quinta generación de carniceros. En el país armó un negocio exitoso dentro de la industria y en los 60 los Lowenstein viraron hacia el rubro inmobiliario en los Estados Unidos. En esa época Ernesto, uno de los hijos de Luis, funda la marca Paty; en tanto su hermano quiso desarrollar el ecosistema de fast food.

Pumper Nic copió el estilo de las cadenas de comida rápida internacionales donde la clave estaba en el veloz despacho de los pedidos. A diferencia de otras marcas, la cadena apuntó a un target juvenil con el slogan "La nueva forma de comer".

Dentro de su menú se destacaban la hamburguesa Super Nic, el sándwich de pollo Chick Nic, las papas fritas Freny's y el Mobur de lomito, queso y huevo. Y por supuesto, sus locales estaban inundados de imágenes de su mascota: el inolvidable hipopótamo verde Nic. Este animal se transformó en un ícono del marketing de la nostalgia y hoy se consiguen pins, remeras y tazas con su figura.    
Al año siguiente de su lanzamiento, la compañía comenzó a expandirse a través del modelo de franquicias. Su crecimiento fue acelerado y en los 80 era una de las marcas más reconocidas. Llegó a tener más de 70 locales y facturar unos us$ 60 millones. Sin embargo, esto también comenzó a hacer tambalear el negocio. La indiscriminada entrega de franquicias llevó a una gran disparidad en la calidad entre locales, ya que a la casa matriz se le volvió imposible controlarlos a todos.

Comienzo del fin
El veloz crecimiento de la cadena también se vio impactado por la llegada de la competencia de las grandes cadenas. McDonald's arribó al país en 1986 y tres años más tarde hizo lo mismo Burger King. Con esta última Pumper Nic tuvo un conflicto particular porque le había copiado el isologo: dos panes envolviendo el nombre de la marca. Tras un fallo de la Justicia, la cadena fundada por Lowenstein tuvo que cambiarlo y modificar su nombre a Pumper.

El empresario le encargó al artista plástico Edgardo Giménez que rediseñara la imagen de la cadena y, a su vez, cambiara el estilo de los locales. Giménez también ideó el spot televisivo futurista que hoy acumula reproducciones en YouTube entre los que añoran ir a Pumper Nic.

Pero la marca también supo ser el laboratorio de algunos productos que todavía vemos en el supermercado. Por caso, Patitas, la etiqueta de rebozados de pollo de Granja del Sol, tuvo a los locales de Pumper como su primer punto de venta para promocionar su lanzamiento en góndolas.

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Aniversario y cierre
Poco a poco Lowenstein cedió el control de la empresa a su hijo Diego, mientras él se enfocaba en su negocio de real estate en los Estados Unidos. Sin embargo, las ventas caían y las sucursales cerraban sus puertas a medida que el sistema de franquicias se resquebrajaba.

En 1995 ya tenía la mitad de puntos de venta que en su momento de esplendor y a la vez se dio la salida de los Lowenstein. Diego le vendió el negocio a dos empresarios inmobiliarios, quienes ya tenían relación con la marca porque le alquilaban varios locales a la cadena. Al año siguiente Lowenstein se sumó a la competencia: Wendy's.

Pumper fue desapareciendo lentamente hasta que en 1999 quedaba solo un local abierto ubicado en Costanera y Salguero. "No sabemos para quién trabajamos. Si vendemos, sabemos que vamos a cobrar los sueldos", aseguraba uno de los empleados en marzo de ese año a La Nación. Finalmente durante su 25° aniversario la cadena bajó la persiana para siempre.

¿Posible regreso?
Poco después de que el reloj marcara el inicio de 2023, un tuit hizo ilusionar a los nostálgicos. "2023: volvemos", escribió el usuario @pumpernic y, rápidamente, la red se llenó de mensajes de antiguos fanáticos de la cadena de fast food.

En el registro del Instituto Nacional de la Propiedad Industrial (INPI) la marca figura a nombre de Federico García Buhlman y Diego González Alazard, ambos oriundos de Pigüé, una ciudad al sudoeste de la provincia de Buenos Aires.

Por el momento no hay noticias sobre un posible regreso de la cadena, sin embargo en algunos supermercados del conurbano bonaerense apareció en las góndolas una línea de fiambre cocido de paleta de cerdo con el icónico hipopótamo.

Nota:apertura.com

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