El extraño paradigma de Argentina: cara para los propios, barata para los vecinos

Actualidad - Nacional 26 de mayo de 2023
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Uruguayos cruzando el charco con camionetas para comprar para una, dos, tres o cuatro familias. Chilenos haciendo lo propio pero en el Cristo Redentor. Argentina está cara para los argentinos y barata para los vecinos. El presidente uruguayo, Luis Lacalle Pou declaró recientemente que están con un problema en la frontera porque “los precios de los bienes argentinos son extremadamente baratos y naturalmente, los vecinos consumen donde les es más barato”.

Los ciudadanos de los países limítrofes intentan sacar provecho de una realidad local que les es favorable: sus dólares son tomados a dólar blue e incluso en varios comercios pueden hacer las compras directamente a cotización paralela con los billetes norteamericanos.
Vamos a ponerle ejemplos comparativos entre los precios de un supermercado uruguayo y uno argentino. Queso Crema primera marca de 480 gramos en Montevideo sale 6 dólares mientras que en nuestro país 2,40 dólares, es decir, el 40%. La harina de trigo en el estado oriental cuesta 1,67 dólares, es decir, $821, cuando de este lado del río de la plata la más cara tiene un precio de $232, un cuarto del valor. El azúcar vale la mitad, lo mismo yerba mate, el café, el arroz y varios de los productos de primera necesidad.
El extraño modelo vernáculo que cuenta con múltiples tipos de cambio, 130% de inflación esperada para 2023 y más de un 40% de pobres colisiona con la estabilidad vecinal que no supera el dígito anual de inflación, tiene un solo tipo de cambio y una pobreza inferior al 15%. Países que cambian el piloto de mando, pero la estabilidad económica es la política mainstream a pesar de los matices.

No se trata de una puja distributiva ni de los grupos económicos concentrados, sino que es una política permanente de descalabro macroeconómico, de tapar las falencias recaudatorias y aspiraciones de una política de repartir derechos sin contraprestación como si fuera un hecho mágico o dadivoso lo que, acompañado de expectativas adaptativas, nos convierte en una nación que pareciera encontrarse sumergido en una guerra civil, un conflicto armado o una catástrofe cuando solamente hay irresponsabilidad en la gestión.

Economista y Docente (UBA). Maestrando Políticas Públicas. Consultor. Asesor en la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires.

Nota:perfil.com

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