“La revolución de la Inteligencia Artificial” tuvo como eje principal la aplicación de esta tecnología en los departamentos de recursos humanos. En un sector que en los últimos años se ha acostumbrado a digitalizarse a gran velocidad, la llegada de la IA es una prueba más de que cuando usamos la tecnología como una aliada podemos mejorar la gestión del talento humano. En el nuevo contexto social y laboral, los profesionales de recursos humanos necesitan ser más ágiles y estratégicos a la hora de ejecutar su trabajo; necesitan aprender a manejar los datos con soltura para obtener información importante sobre el equipo; y necesitan más tiempo para poner el foco en la parte más humana del trabajo: cuidar del bienestar de su equipo y empoderarse para que sigan creciendo.

La irrupción de la inteligencia artificial en el mundo empresarial y laboral supone un cambio en las reglas del juego. Está transformando muchos aspectos de las empresas, que todavía están experimentando y averiguando cómo adoptarla en su día a día. En recursos humanos ya estamos viendo algunas aplicaciones importantes como la automatización de procesos como el reclutamiento; o el análisis y la interpretación de los datos en tiempo real, así como la interacción con los propios datos, lo que facilita proponer planes de acción. 

El sector de los recursos humanos debe ver a la inteligencia artificial como una aliada y una compañera de viaje, porque es capaz de asumir tareas mecánicas o rutinarias un poco más complejas para que las personas puedan dedicarse a tomar decisiones más estratégicas y más humanas. En definitiva, es una forma más inteligente de gestionar los equipos.
Conscientes de ello, cada vez son más las empresas que empiezan a incorporarlas en su trabajo diario. La constante evolución de esta tecnología, y con ella de los usos que podemos darle desde el sector de los recursos humanos y la gestión de equipos, la IA nos ayuda a construir una experiencia del empleado más personalizada y a desarrollar una forma de gestión que aporte más autonomía a managers y empleados, dando herramientas a los primeros para que puedan poner a su equipo en el centro de la toma de decisiones y a los segundos más independencia en sus propias gestiones.

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