Esto está teniendo lugar mucho más rápido de lo inicialmente esperado: cuando medio mundo está aún sorprendido por las capacidades de los algoritmos generativos de todo tipo – a pesar de que hablamos de productos en un estado todavía muy precario y en beta como para soportar un uso masivo sistemático y verdaderamente fiable, – llega Amazon y lanza un servicio de algoritmos generativos en modo as a Service, llamado Amazon Bedrock: sobre su propia nube AWS y con una oferta de distintos algoritmos para funciones como la generación de texto, de chatbots conversacionales, de búsqueda, de resumen de textos, de generación de imágenes o de personalización de oferta.

La idea es ofrecer a las compañías una caja de herramientas para que puedan conectarse a ella y elegir su propio software y sus propios modelos para las funcionalidades que necesiten, mediante algoritmos extensamente probados y entrenados en el propio ecosistema de Amazon. Entrenar un modelo realmente buen tiene aún un coste extremadamente elevado, lo que implica para las compañías un largo camino que, aunque pueden intentar recorrer si cuentan con arquitecturas de datos propias adecuadas, también pueden plantearse utilizar los algoritmos de terceros si son ofrecidos con el coste y la versatilidad adecuados. En este sentido, lo que Amazon hace no es nada nuevo, y sí muy coherente con su filosofía de toda la vida: convertir cualquier cosa (sus almacenes, la logística, la computación en nube, etc.) en una plataforma abierta al uso de terceros.

La disponibilidad de herramientas en modo servicio a las que cualquiera puede acceder fácilmente conectándose a una plataforma es una de las variables que más pueden influir en una adopción masiva de los algoritmos generativos en todo tipo de industrias. Es el momento de los audaces: de tomar cada compañía, y reimaginar su actividad en un entorno caracterizado por un fácil acceso a este tipo de recursos. Si alguien duda si este tipo de herramientas van a cambiar su negocio, que vaya pensando en estudiarse el tema, porque se va a encontrar con competidores haciendo uso de estas herramientas y obteniendo ventajas competitivas gracias a ello más pronto que tarde. Nuevos trabajos, nuevas formas de hacer las cosas, y unas barreras de entrada cada vez más bajas.

Para las compañías, cada vez va a ser más estratégico entender cómo tienen que organizar sus datos para poder hacer uso de este tipo de herramientas, bien desarrollando su propia algoritmia, o recurriendo a los desarrollos de terceros. Ahora, al uso de las APIs de la propia OpenAI o de Microsoft, se añade una oferta, la de Amazon, que proviene de una compañía indudablemente preparada para este tipo de desarrollos, y que cuenta con un enorme parque instalado de compañías que ya utilizan sus servicios en la nube, para las que hacer uso de esta nueva plataforma supone simplemente un paso más. Solo es cuestión de replantearse la actividad de una empresa, y de imaginar cuáles de las tareas que lleva a cabo podrían ser desarrolladas mediante un algoritmo generativo en cualquiera de sus casos de uso. Sencillo, fácil de probar, y relativamente fácil de poner en producción si se estima adecuado. Veremos cómo evoluciona el nivel de uso.

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