La defensa del principal acusado por la muerte de Lucía Pérez pidió su absolución y dijo: “No hay una sola prueba”

Actualidad 28 de febrero de 2023
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En un alegato que duró casi dos horas, María Laura Solari, defensora oficial de Matías Gabriel Farías (29), el principal acusado por el abuso sexual y la muerte de Lucía Pérez, ocurrida el 8 de octubre de 2016, pidió la absolución del imputado ante los jueces del Tribunal N°2 de Mar del Plata y remarcó que, tal como ocurrió en el primero juicio -cuando fue absuelto- no existen pruebas para condenarlo por el delito.

“No hay un solo dato que permita suponer que Lucía no consintió (la relación sexual) como no existe un solo dato que permita concluir que Farías abusó”, remarcó Solari cerca del final de su extenso alegato, y dedicó el comienzo de su exposición a denostar el trabajo de la fiscal de instrucción original del caso, María Isabel Sánchez, que con sus declaraciones sobre un supuesto empalamiento -finalmente descartado- generó estupor social.

Solari remarcó que no existen pruebas materiales de que Farías haya abusado sexualmente de Pérez, ni siquiera de que le haya suministrado la cocaína que, según la Junta Médica, definió su muerte por “asfixia tóxica”.

Incluso la abogada descartó que se trate de un hecho con violencia de género. “La falta de consentimiento no pudo probarse ni remotamente”, dijo y, en otro pasaje de su discurso, remarcó: “Nos encontramos ante una ficción”.

“Todos empatizamos con Lucía, su muerte ha sido una desgracia y acompañamos a su familia en su inmenso dolor”, comentó sobre el final de su alegato la defensora. Luego, le pidió a los jueces que “hagan lo que han sido llamados a hacer, justicia, que en este caso no es otra cosa que absolución”.

Como corresponde a su rol de defensora, Solari se encargó de refutar, no sin críticas, los alegatos del fiscal del juicio, Leandro Arévalo, y de las representantes de la familia Pérez Montero, Verónica Heredia y Florencia Piermarini. Al fiscal lo acusó de presentar en su exposición del jueves pasado “conjeturas, suposiciones y moralismos que no logró acreditar”.

Pero más dura fue con Sánchez por haber hablado prematuramente de que los acusados empalaron a Lucía y luego la lavaron para ocultar el delito, algo que fue descartado por la Junta Médica de la Corte Suprema bonaerense.

“Lo que sucedió es que lo que afirmó Sánchez es falso y no existió hasta hoy forma de borrar esa idea, cientos de hombres y mujeres siguen pensando que Lucía fue obligada a consumir drogas para dejarla morir de la forma más horrenda. Aún se sostiene que Lucía tenía lesiones en el ano y la vagina pero todos los que presenciamos el juicio sabemos que no es verdad, y digo todos. Debemos hablar del respeto a las garantías constituciones y la independencia de poderes, debemos hablar de la prueba, que es de lo que trata todo proceso”, sostuvo Solari mirando a los jueces del Tribunal Oral en lo Criminal 1 marplatense.

“Lucía era una joven libre, hermosa, desprejuiciada, que tomó bajo ninguna presión la decisión de ir a encontrarse con Matías Farías, un joven de 23 años recién cumplidos, al que había conocido la tarde anterior y con el que estuvo chateando toda la tarde del 7 y la madrugada del 8 de octubre. Lucía perdió la vida y Farías, su libertad”, comenzó con su hipótesis la defensora oficial.

La defensora pidió enfocarse en la cuestión del consentimiento, en los informes de la Junta Médica, que indicaron que Lucía murió por el consumo de cocaína y que no hubo signos de violencia sexual, y descartó de plano la posibilidad de que haya sido un femicidio. “Quedaron descartadas violencia física, no hay ataduras, no hay golpes, no hay nada”, insistió.

Solari remarcó que el encuentro entre Farías y Lucía esa mañana del 8 de octubre fue acordado por ambos jóvenes: “No cabe ni la menor duda que a Lucía le gustó Farías y a Farías, Lucía. Tal es así que en esa madrugada del 8 hablaron de encontrarse y conocerse”. Y dijo que cuando el acusado pasó a buscar a la chica por su casa junto a Juan Pablo Offidani, el otro acusado, “fue a instancias de ella”.

La defensora leyó varios chats entre la víctima y el acusado. Explicó que retomaron el diálogo que habían tenido durante la madrugada cerca de las 8 de la mañana de aquel sábado. Contó que Farías iba a ir a ver a su hija, lo que está demostrado en un mensaje que le mandó a su tía Blanca. Sin embargo, remarcó, Lucía le dijo “¿quedamos en 100?” Bueno si querés en un rato nos vemos y te doy, si no estás ocupado”, en referencia a un dinero que ella le adeudaba del día anterior cuando le compró algo de marihuana prensada.

En este sentido, le respondió a lo que las abogadas de la familia Pérez Montero alegaron la semana pasada, sobre el poder que ejerció presuntamente Farías sobre la adolescente.

“Es falso que Farías la haya atraído porque Lucía le tenía que dar dinero. Lucía ya tenía la droga en su poder y no surge de ningún chat que Farías le habría reclamado. Si la idea de Lucia era esa no lo hubiese despertado para encontrarse a las 7.19. Ni le hubiese impedido al hermano que la acompañe esa mañana. Lucía quería ir sola porque quería intimar con él”, argumentó Solari.

La defensora también se centró en lo que “habla” el cadáver de Lucía: “No tenía golpes ni rastros de ADN bajo sus uñas, nada que nos permita pensar que haya sido sometida”.

Apuntó contra la médica Claudia Carrizo, quien presuntamente le comunicó dos días después de la muerte de Lucía a la fiscal Sánchez que había sido empalada. Y como en este segundo juicio Carrizo no declaró como testigo sugirió que no lo hizo porque perjudica la hipótesis de los acusadores.

“Todos sabemos que Carrizo le dijo a Sánchez que Lucía había sufrido un empalamiento y que había muerto del dolor. La profesional que hizo la autopsia sugestiva y sospechosamente fue desistida por los acusadores. Y todos sabemos por qué. La hipótesis del empalamiento no solo se demostró que era falsa, Carrizo no quiso pasar otra vez por un papelón como en el juicio 2018″.

También refutó la idea presentada por los acusadores de que Farías le dio a Pérez la cocaína que la mató: “De ninguna manera está probado que los estupefacientes que ocasionaron la muerte de Lucía hayan sido provistos por mi defendido, el hecho de que el día anterior le vendió marihuana no prueba que el sábado le dio cocaína, es solo especulación y no prueba”.

También criticó fuertemente el testimonio de la ginecóloga de Lucía, propuesto por Heredia y Piermarini para este segundo juicio. En su declaración, la médica dijo que observaba en fotos que le mostraron en ese momento lesiones en la zona genital que ella no había visto durante su última revisación, ocurrida en febrero de ese año, es decir, ocho meses antes.

“No hizo autopsias en su vida, es ginecóloga y se rayó la deslealtad profesional de los acusadores cuando la hicieron declarar mirando fotos. La doctora jamás vio el cuerpo de Lucía, jamás vio la Junta médica y jamás tuvo a la vista la operación de autopsia y se pretendió instalar una opinión diversa a las profesionales que tienen más de 2000 autopsias cada una”, dijo Solari.

Por eso la defensora consideró que “los acusadores no tienen caso, ni ahora ni hace cuatro años. No tienen absolutamente nada. Y debieron agarrarse a lo vulgarmente mencionado como manotazos de ahogado”.

“Lamentablemente no podemos preguntarle a Lucía si quiso tener sexo con Farías y a él parece que nadie le cree, no se trata de presumir el consentimiento, pero no se puede presumir el no consentimiento, es inadmisible presumirlo porque Lucía tenía 16 años y había consumido, porque sería vedar su libertad sexual. Concluyeron que como Farías es hombre, vendia drogas, tenía 23 años, estaba separado, no es rubio ni de clase media, es violador”, alegó Solari y destacó que su defendido no tenía denuncias previas de abuso ni agresión sexual y repasó, en una breve digresión, el origen marginal de la vida de Farías, con un padre alcohólico y una madre que lo abandonó a los dos años.

“¿Cualquier relación sexual en la que alguien consume drogas es violación? ¿Cualquier relación con una mujer más chica es violación? ¿Todo hombre machista viola a una mujer con la que tiene relaciones? ¿Cuándo hay consentimiento? ¿Nunca? ¿Las veces anteriores que Lucía tuvo sexo no fue accedida contra su voluntad? Nos encontramos ante una ficción”, preguntó y se respondió Solari.

En ese camino discursivo, Solari pidió garantías para Farías. “Debe existir un juez en condiciones de absolver o condenar contra la voluntad de todos cuando falten o existan pruebas. Ninguna mayoría por aplastante pudiera ser, legitima la condena de un inocente”, le dijo a los jueces. Y cerró: “Hagan lo que han sido llamados a hacer, justicia, que en este caso no es otra cosa que absolución”.

Noticia en desarrollo...

Nota:infobae.com

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