15 debates sobre la inteligencia artificial sobre la mesa (más allá de ChatGPT, Google y Microsoft)

Actualidad 22 de febrero de 2023
31d13735-b6c9-4d6e-ac98-cf761ca574f7_1568x896

Cuando el seguro del hogar deja de ser la cosa viejuna de tus padres
Si estás como yo andaba, con seguro tradicional de hogar en el que los trámites son lentos ¡con llamadas!, las condiciones poco transparentes, el precio alto y te ponen difícil cambiar... es que todavía no te has asomado a una neoaseguradora completamente digital. 

Tuio simplifica, digitaliza y hace transparente y eficiente todo el proceso. Tanto si eres propietario como si estás de alquiler, desde el minuto uno te dan el precio claro. Y además si quieres se encargan de lo peor de todo el proceso: darte de baja de la aseguradora anterior. De hecho Tuio se paga mes a mes de forma que te atan artificialmente, entras y sales cuando quieres

OpenAI puso a todo el sector digital en danza cuando a finales del año pasado abrieron el acceso gratuito a ChatGPT. Su CEO reconocería más tarde que la adopción y viralidad del nuevo gran juguete de internet sobrepasaron con mucho sus expectativas. A los analistas de tecnología también nos ha resultado inesperado que, unos meses después, el CEO de Microsoft Satya Nadella declarara en una entrevista a The Verge que quería que todo el mundo supiera que “habían puesto a bailar a Google”.

Como en el guión de una serie que alarga temporadas con giros inverosímiles, tenemos a la vieja Microsoft como la compañía dinámica y arriesgada frente a una Google que, a ojos de no pocos analistas, aparece como paralizada, bloqueada en un laberinto burocrático. Mientras Nadella impulsa la integración de la tecnología de OpenAI en Teams y Bing con soluciones que ya podemos tocar y probar, la dirigida por Sundar Pichai ha pasado por fases que van de la incredulidad a la precipitación.

En Google comenzaron recordando que estos modelos grandes de lenguaje como ChatGPT comenten errores, “alucinaciones” y que integrarlos en producción en servicios como un buscador era un asunto delicado, a estudiar bien. Tenían razón. Luego se volcaron en recordarnos que el desarrollo de los modelos y la tecnología que posibilita este momento de explosión de la inteligencia artificial es en gran medida mérito de Google y su generosidad al compartirlos. Tienen razón. Por último se lanzaron a asegurar que ellos también tenían intenciones de integrar un chatbot impulsado por su modelo LaMDA, con una presentación que no ha gustado a nadie: sólo tenían un GIF para enseñar, nada que se pudiera probar, y además con un error de su IA. El mercado les ha pegado fuerte, los inversores empiezan a pensar que hay un cambio de paradigma en las búsquedas y que Google va a sufrir.

Pero el enfrentamiento entre Microsoft y Google es sólo una parte de la explosión de la nueva generación de inteligencia artificial. Apenas estamos adivinando las consecuencias sociales, el impacto económico e industrial y cómo nos van a cambiar la vida. A modo de borrador sirvan estos apuntes con los 15 debates que ya debemos empezar a tener.

1 Una tecnología alucinante de la que no te puedes fiar. Tras probar el nuevo chat de Bing la sensación es antitética. Por un lado es un lado paso adelante respecto a ChatGPT, Microsoft ha hecho un buen trabajo en acotarlo a buscar primero y explicar después, con lo que ofrece fuentes y enlaces. Además es una suerte de parlanchín que te anima mucho a conversar y lo hace realmente bien. 

Su integración con el navegador Edge suma además una visión que creo que va a ser la que prevalezca durante esta generación de IAs: la de un “copiloto” de las experiencias en digital, que te asiste y te ayuda pero no te sustituye en lo principal. Llegar a un PDF de 15 páginas y que en diez segundos te haga un resumen, fantástico. Pero no te puedes fiar. Sigue errando en lo factual, sigue confundiendo y a veces inventando. Al probarlo se despierta la sensación de “wow, esto es realmente fantástico”, pero al mismo tiempo no logra despejar la incógnita de si generar textos que suenen verosímiles y recuperar información objetiva son dos problemas distintos que no se pueden acometer con la misma tecnología.

2 El debate no se queda en los productos actuales sino que es de fondo ¿es una limitación por ingeniería o por la ciencia subyacente? O, lo que es lo mismo, ¿son estos modelos mejorables bajo la misma base teórica para ser factualmente correctos o, por mucho que aumenten de tamaño y se optimicen, no lo serán nunca? En la segunda tesis tenemos a figuras como Gary Marcus; en la primera tenemos a gran parte de los entusiastas de la IA, aunque hasta el jefe de IA de Meta, Yann Lecun, afirma que “no lo suficientemente bien, no lo suficientemente rápido”.

3 El gran descreimiento. Los modelos de “voz a texto” junto nuevos sintetizadores y editores de vídeo están consiguiendo elevar el nivel de los deepfakes, como demuestra que podamos ver a Robert Pattinson poner mal la lavadora. Es una cuenta de Tik Tok que, dicen, hasta en los amigos del actor ha generado dudas. 

Las herramientas para crear estos deepfakes con buen nivel son cada vez más accesibles, por lo que tendremos decenas, cientos, miles de ellos al día. Piensa en tu actor favorito intentando venderte una baratija de una web desconocida o en informativos de apariencia profesional que no son más que propaganda. Cómo hemos venido discutiendo, la explosión de este tipo de contenidos nos puede llevar a un escenario a la contra: el de la revalorización de las marcas de medios y contenidos como garantía de veracidad.

4 Más centralización. Los riesgos anteriores nos lleva a que la inteligencia artificial pueda ser una fuerza centralizadora en internet y la sociedad. Hay un lado industrial que por su naturaleza (tener los datasets más grandes y cuidados, los modelos, los recursos financieros y computacionales y la capacidad de distribuir los servicios que creas con todo ello), parece empujar a que la IA vaya a ser un juego más de grandes empresas que de startups. 

5 Más poder para Microsoft, Google, Meta, Apple. Es probable que los requisitos regulatorios de una sociedad en parte asustada por las consecuencias de la adopción lo potencien más: una preferencia por pocas IAs en pocas manos que puedan ser muy controladas. Los incumbentes estarán encantados con las trabas a los modelos open source y distribuidos.

6 Va a haber mucha ideología codificada en modelos de lenguaje. En un nuevo episodio de la guerra cultural, unos y otros señalarán los sesgos contenidos en los modelos de lenguaje. A ChatGPT lo han freído a preguntas y tests para intentar discernir sus preferencias ideológicas (parece que es más bien socioliberal). Empieza una carrera por imponer qué restricciones implantar en los modelos de lenguaje, que es imponer visiones del mundo y de hacia dónde debería moverse la sociedad.

Sam Altman hace unas semanas porfiaba que idealmente en el mundo se llega a varias “inteligencias artificiales generales” diferentes en distintas manos para que ninguna empresa tenga demasiado poder. El CEO de OpenAI es partidario de IAs más personalizadas que permitan modelos más cuidadosos y otros más “atrevidos”, sistemas con distintos valores y no tanto que un modelo centralizado sirva a todos.

7 La captura de valor por los trabajadores y la empresa. Hay disciplinas en las que la inteligencia artificial ya está mejorando la productividad de muchos trabajadores. Aunque el enfoque habitual es el de “qué trabajos van a desaparecer”, el más acertado a día de hoy sería “quién va a capturar el valor derivado de la mejora de productividad”. ¿más margen para las empresas o mejores sueldos y/o menos horas de trabajo para los trabajadores?

8 Nuestra relación confusa con las IAs. Existe una nueva técnica que han venido a llamar “inyección de prompts” por la que usuarios intentan que estos modelos se liberen de las restricciones impuestas por sus diseñadores. Cuando algunos lo han conseguido con ChatGPT no han tardado en surgir comentarios que mencionaban la “liberación” de su “verdadera personalidad”. 

El Chat de Bing es todavía mejor. Le han dotado de algo más de “aparente personalidad” y da gusto conversar con él, siendo el paso natural que haya quien se enganche y empiece a “antropomorfizar” la relación. Podemos recordar la historia del ingeniero de Google que probando LaMDA concluyó que la IA era “sintiente”. Si los modelos de lenguaje producen alucinaciones, los humanos también lo hacemos cuando tenemos algo aparentemente inteligente delante.

En esta lista de aspectos que la irrupción de los nuevos modelos de inteligencia artificial va a alterar hay uno principal e ineludible: las economías de los modelos de negocio de las grandes empresas digitales.

9 El coste de introducir los nuevos modelos de IA. Es un factor fundamental de esta guerra empresarial. Añadir bots conversacionales basados en modelos largos de lenguaje como ChatGPT tiene un coste computacional importante. Y eso significa también coste económico. Si atendemos al informe de Semianalysis podemos anotar que “Hoy en día, a Google le cuesta unos 1,06 céntimos de dólar realizar una consulta de búsqueda, con la que genera 1,61 céntimos de ingresos de media. Las consultas a ChatGPT cuestan (estimadas) 0,36 céntimos de dólar”. Por tanto, una integración directa de ChatGPT en Google sería devastadora, se come bastante de ese margen de contribución de 0,55 céntimos .

Morgan Stanley por su parte ha estimado que, en el escenario de que el 50% de las consultas al buscador utilizara una llamada a un modelo largo de lenguaje que requiriese una respuesta de 50 palabras, el agujero en las cuentas de Google sería de 6000 millones de dólares al año.

10 Sólo hay una respuesta verdadera. El paso de la lista de resultados a una IA que te responde -  aún con fuentes y enlaces -  supone también el cambio de una visión sobre la realidad, de una en la que las respuestas y su verdad consisten en pluralidad de puntos de vista que uno debe explorar, a otra en la que una voz convencida te dice una única respuesta “verdadera”

Los humanos tendemos a creer a la máquina, algo que se ha ido observando con los primeros conductores de coches “pseudo autónomos”. Aunque los vehículos se han mantenido en el nivel 2 de 5 en lo que a conducir sólo se refiere, gran parte de los propietarios se han ido confiando al ver la pericia de la máquina. Con la seguridad que responden ChatGPT y compañía es posible que el patrón se traslade a la búsqueda y gestión de información o conocimiento. ¿Nos suena la frase “lo he visto en Google” dando a entender que “eso” es verdad?

11 Cómo reaccionan las disciplinas ya afectadas. El caso paradigmático ahora mismo es la educación, en la que las reacciones se están sucediendo. Tenemos los que están en intentar impedirlo por la vía de cortar el acceso a las herramientas (inútil); los que apuestan por perseguirlo con otros servicios que detecten el uso de inteligencia artificial en los trabajos (no hay ninguno que funcione); los empeñados en adaptarse de manera ligera (los deberes a boli y no a ordenador, los exámenes orales); en un escalón más los que hasta animan a utilizar IA a los alumnos e intentan explicar su valor y limitaciones; por último quedan los que abogan por reinventarse por completo, una visión extrema con pocos partidarios, todo sea dicho.

12 Un nuevo frente para la ciberseguridad. Los proveedores de estos modelos están poniendo mucho énfasis en intentar controlar lo producido con ellos. En este ejemplo con el Chat de Bing tenemos los dos elementos de la ecuación. Por un lado los usuarios que mediante el ingenio en las instrucciones que dan a la IA consiguen saltarse las salvaguardas establecidas en esta ocasión por Microsoft. Por otro la información que la empresa quería ocultarnos, todas las instrucciones con las que han dotado a Bing

Se trata de un nuevo frente de ciberseguridad. Menos sofisticado técnicamente que los virus clásicos o el más actual ransomware, la inyección de prompts tiene como mayor riesgo a corto plazo la mala imagen para las empresas que ofrecen modelos de IA. A largo, conforme los sistemas vayan alcanzando mayores cotas de responsabilidad, los peligros irán a la par

13 El ecosistema digital se tambalea. ChatGPT responde a todo, el chat de Bing lo hace añadiendo enlaces, pero es probable que la cantidad de visitas a webs para completar la experiencia disminuya. En ocasiones porque la respuesta ya es suficiente para lo que el usuario necesita (con las recetas está sucediendo, las da completas), otras veces porque la incitación a chatear y pasar rato con el bot explorando otros derroteros es una gran tentación.

La búsqueda será menos búsqueda. Eso hará tambalear el ecosistema digital creado alrededor de la experiencia de la lista de resultados Google - que recordemos, va a integrar su propio bot llamado Bard - y eso impacta en la industria de los contenidos, los servicios digitales y el comercio electrónico. ¿Y los medios de comunicación? La mayoría ha observado que los últimos años la gran fuente de tráfico es Google Discover y no tanto el buscador tradicional, así que en este aspecto es probable que levante la voz, excepto…

14 La inteligencia artificial aprendió nosotros. ¿Cuándo le dimos permiso? ¿Por qué si es la gran estrella del capitalismo tecnológico no parece que vayamos a ver un céntimo de ello? Los creadores de contenidos que han alimentado a las IAs empiezan a hacerse preguntas y, algunos, están pasando a la acción y a la reivindicación. Quejas y demandas empiezan a aparecer en un nuevo episodio de los debates alrededor del copyright y los derechos de autor.

El fondo de Colaboradores de Shutterstock puede ser un ejemplo de modelo que salvase este conflicto. La empresa de Adobe va a pagar a todos aquellos cuyas imágenes formen parte del conjunto de entrenamiento. Cada vez que Shutterstock consiga ingresos con la IA generativa, ellos recibirán algo de dinero.

15 El regreso de la deep tech. Después de años en los que parecía que digital se dirigía a un reinado de los creadores, los profesionales del marketing y hasta de ciertos oportunistas de modelos dudosos, llega el reinado de una tecnología “dura”. Profesores de matemáticas del mundo, podéis entrar en clase con orgullo y decirle a vuestros chicos y chicas “El futuro pertenece a los que sepan optimizar la multiplicación de matrices”.

Publicado originalmente en Retina. Imagen Antonio Ortiz con Midjourney

Te puede interesar