Deudas de países emergentes, en riesgo: ¿cómo es el panorama para Argentina?

Economía 06 de enero de 2023
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La fuerte suba de las tasas de interés que llevaron adelante la Reserva Federal de Estados Unidos (FED) y otros bancos centrales del mundo en 2022 provocaron un encarecimiento del costo de financiamiento internacional y empujaron a muchos países al borde de crisis de endeudamiento. Hoy, más de u$s600.000 millones en bonos y préstamos están en situación de riesgo, sobre todo, en los países emergentes y más vulnerables financieramente, entre los cuales se encuentra la Argentina.

Al respecto, Emilia Val, socióloga especializada en economía y deudas soberanas, señaló que, el contexto internacional hace que “la situación de la deuda en emergentes esté empezando a generar preocupación en acreedores e inversionistas”. Advirtió, sin embargo, que no se trata de una situación nueva porque “el riesgo de una posible nueva crisis en este sentido es algo de lo que se viene hablando mucho desde la pandemia del Covid-19”, que empeoró una situación previa de crecimiento importante de la deuda que se venía viendo desde la década anterior.

De hecho, un reciente informe del Banco Mundial (BM) advirtió que los países más pobres del mundo dedican actualmente más de una décima parte de sus ingresos por exportaciones al servicio de la deuda externa, la proporción más alta desde el año 2000. "La crisis de la deuda a la que se enfrentan los países en desarrollo se ha intensificado", afirmó en un comunicado el presidente del Grupo del BM, David Malpass. Y es que esa crisis sanitaria internacional de 2020/21 trajo aparejadas diversas variables que pusieron en jaque la economía de los países:

  • la suba del gasto (para asistencia a empresas hogares y familias),
  • la reducción de los ingresos por recaudación (resultado de la caída de la actividad) y
  • la caída del comercio internacional

Una crisis que empeoró por las políticas anti inflacionarias

Todos esos elementos impactaron sobre los recursos fiscales y sobre las reservas de muchas naciones. “A esto se sumó, luego, la suba de tasas de interés de la FED y otros bancos centrales, y de los precios de los commodities, especialmente los vinculados con la energía, como resultado de la guerra en Ucrania, que impactaron en el balance externo de los países y en los costos de financiamiento”, agrega Val.

Así, menciona que las medidas de política tomadas desde los países centrales con posterioridad a la crisis financiera del Covid-19 generaron un incremento de los niveles de endeudamiento de diferentes agentes (empresas, hogares, individuos) y de los Estados, principalmente los emergentes, cuya deuda creció fuertemente al calor de la alta liquidez internacional y las bajas tasas de interés.

En ese contexto, el economista e investigador del CONICET, Pablo Bortz, indicóque “la situación de los países emergentes es muy heterogénea en estos momentos”. Y es que señaló que algunos tienen deuda externa privada, otros muestran con grandes dificultades y algunos ya han entrado en default.

“En Asia, algunas naciones, como Pakistán y Sri Lanka, que ya defaulteó su deuda, tienen serios problemas hoy, por ejemplo. Y, en África, Zambia, Ghana y Kenia, también”, detalló. En tanto, Val apuntó que algunos, como Argentina y Ecuador, en nuestra región, la reestructuraron y otros que buscaron o ampliaron la asistencia del Fondo Monetario Internacional (FMI), como Egipto y Túnez.

Deuda argentina: la situación del país en el contexto mundial

Entonces, ¿cuál es la situación argentina en este escenario? Tal como se dijo, nuestro país es uno de los que reestructuró su deuda a través del acuerdo de garantías extendidas con el FMI. “En ese marco, por uno o dos años, no vamos a tener grandes vencimientos de deuda externa, aunque está siempre presente la problemática de la deuda doméstica y el rollover de corto plazo, sobre todo”, describió sobre la deuda local Bortz.

Sin embargo, Val consideró que “la situación argentina, es complicada”, aunque no a corto plazo. Y es que anticipó que no existe acceso a financiamiento internacional voluntario para nuestro país y que, en 2024, deberá comenzar a refinanciar los vencimientos de capital de los bonos emitidos. Esto en un escenario en el que el Gobierno “continúa en tratativas constantes con el FMI, que, además, sirve como llave de acceso al financiamiento multilateral”.

A estos elementos, Bortz agregó el hecho de que 2023 es un año electoral y advierte que esto hará que aumenten las necesidades de financiamiento para el Tesoro, variable que sufriría fuertemente con la falta de acceso al crédito.

Así, como sostuvo Val, “la situación no es holgada ni fácil” para el país, pero consideró que todo dependerá de la evolución que tenga en el corto y mediano plazo. Cómo se defina el rumbo electoral será un elemento central para definir el destino de la economía y, sin dudas, las formas de abordaje de la problemática de la deuda a futuro.

La experta señaló que deberían generarse nuevas propuestas en materia soluciones multilaterales, con un enfoque más integral, más equitativas y sostenibles. Y reclamó que “el papel y la coordinación de los países endeudados deberá fortalecerse para consensuar iniciativas internacionales que consideren la necesidad de alivio sustantivo y su situación y necesidades”. De hecho, Malpass ya había advertido en diciembre del año pasado que "se necesita un enfoque global para reducir la deuda, aumentar la transparencia y facilitar una reestructuración más rápida". Esa es una tarea pendiente para los próximos años sin dudas.

Ámbito Financiero

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