La Argentina se acaba de consagrar como campeón del mundo. Demostró fortalezas en varios aspectos; desde lo deportivo, futbolístico hasta en términos de consciencia colectiva y solidaridad. La sensación de cumplir una ilusión nos ayuda a sabernos mejores y nos da fuerza para volver a creer o continuar creyendo. Ahora, en términos económicos, debemos focalizar y capitalizar este proceso para lograr realmente ser un país más inclusivo, como las/los argentinos se merecen.

En relación al comercio exterior, el desafío es mejorar el saldo comercial, como resultado del crecimiento local, apuntando al autoabastecimiento y exportación de energía, con el ojo puesto en Vaca Muerta. En donde estamos cada vez más cerca de romper un nuevo record histórico de producción de barriles por día. Dicho nivel fue marcado en 1999 con la producción de 306.100 barriles por día, mientras que el mes pasado fueron de 303.270, a tan solo 2.830 barriles de marcar un nuevo pico histórico.

Además de incrementar las exportaciones desde el sector de combustibles, los objetivos deben estar puestos en mejorar las relaciones de intercambio mediante el comercio de bienes con valor agregado y que sean competitivos en términos calidad-precio para el resto del mundo. Confeccionando un plan industrial a largo plazo, acompañándolo de inversiones y estabilidad cambiara, podría lograrse, sin dejar pasar por alto la dificultad que implica en dicho contexto, cumplir las metas impuestas por el acuerdo con el FMI y poder utilizar los dólares para financiar el crecimiento y no solamente para la cancelación de pasivos.

En esta sintonía, en noviembre del 2022 la balanza comercial registró un superávit de 1339 millones de dólares. 915 millones de dólares superior al saldo de igual mes del 2021. Las importaciones cayeron en un 0,3% de noviembre del 2022 versus 2021. Este descenso fue marcado principalmente por la disminución del 30,2% en bienes intermedios, del 7,9% en combustibles y lubricantes y del 11,5% en bienes de consumo.

Es de primordial importancia que las importaciones de bienes finales y vehículos terminados continúen reemplazándose por insumos para la producción acompañando la lógica de sustitución de importaciones.

Mercado interno

Respecto al mercado interno, la tasa de desempleo al segundo trimestre del 2022 alcanza un 6.9, marcando el porcentaje más bajo en siete años. De todas formas, este no es el único índice que debe mejorar. La relación entre el salario mínimo vital y móvil o jubilación mínima con el precio de la canasta básica es realmente preocupante.

Si bien la desocupación cede, es urgente lograr una mejora en términos de poder adquisitivo y contener el incremento sostenido de precios, que, de todas formas, el último índice de inflación fue auspicioso (un 4,9), el menor en 11 meses. Es indispensable continuar por ese camino. Para ello, toda política tomada con el foco de la contención de precios locales, será útil.

Bajar la incertidumbre, utilizar el impulso actual para que el riesgo país continúe descendiendo. Mejorar la política tributaria, dándole hincapié a la industria y a la producción, alterando con perspectiva de largo plazo, decisión y responsabilidad política la estructura impositiva del país; para lograr una distribución más equitativa que fomente la producción y el empleo; son algunos de los principales desafíos que tiene la nueva Argentina campeona del mundo.

Para finalizar, las cuestiones antes mencionadas, como la inflación, la acumulación de divisas, el poder adquisitivo, el índice de desempleo, las relaciones comerciales, importaciones, exportaciones y el saldo comercial serán variables claves para el desarrollo de un plan táctico y estratégico que asegure el piso de calidad, por lo menos en las propuestas políticas económicas, para la campaña electoral del 2023.

Por BaeNegocios