Cinco consejos para mejorar la resiliencia organizacional

Recursos Humanos 15 de diciembre de 2022
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Los gobiernos, las sociedades y las empresas seguirán enfrentándose a nuevas crisis internacionales, esto exigirá respuestas unificadas e implicará la participación e interacción entre sectores que conduzcan las acciones individuales para contribuir al bienestar y la prosperidad. De acuerdo con el Reporte de Riesgos Globales 2022, es importante que los países distingan los diferentes objetivos de resiliencia para aprovechar sus capacidades colectivas de manera más efectiva.

Desde la esfera organizacional, las empresas han tratado de entender cómo pueden contribuir a la resiliencia de los países en los que operan, pues reconocen que una mejor preparación a nivel nacional permite que las crisis tengan un menor impacto en la economía y la estabilidad de la política gubernamental, creando un mejor entorno en el que planificar, invertir y ejecutar. La pandemia de COVID-19 permitió a las organizaciones identificar sus amenazas y oportunidades respecto a la capacidad de adaptación y recuperación relacionada con sus procesos, su fuerza laboral, sus relaciones con otras organizaciones y los contextos en los que operan. 

En este sentido, en el reporte se proponen cinco lecciones para mejorar la resiliencia organizacional
Análisis del terreno. Será útil comenzar a trabajar con riesgos de manera general con la clase de fallas, daños y desgastes que podrían comprometer los objetivos clave del negocio. Esto permitirá a la empresa llevar a cabo una evaluación más amplia de las prácticas actuales y tener mejor apreciación de las capacidades, herramientas y procesos que podrían ser introducidos, desplegados, rediseñados y/o mejorados.
Apreciar las vulnerabilidades dentro del ecosistema. En adición a examinar los activos críticos y las operaciones que controlan, las organizaciones deben considerar cuál es el ecosistema en el que operan y quiénes son los actores involucrados en este. Esto implica examinar su resistencia a los déficits, las interrupciones y los retrasos de los activos y servicios de terceros de los que dependen, como clientes e intermediarios, así como la tolerancia y las exigencias de aquellos que dependen de ellos para su operación.
Adoptar una diversidad de estrategias de resiliencia. Las posibles crisis pueden mitigarse, es importante que las organizaciones sepan adaptarse y aplicar una diversidad de estrategias con el objetivo de mantener la continuidad del negocio. Los comportamientos de apoyo a los empleados serán tan vitales como las medidas estructurales, especialmente cuando estos se sientan empoderados por un buen liderazgo y una comunicación efectiva.
Conectar los esfuerzos de resiliencia con otros objetivos. Muchos objetivos ambientales, sociales y de gobernanza corporativa (ESG) podrían beneficiarse de una mejora en la alineación con otras plataformas de resiliencia organizacional. Por ejemplo, acortar las cadenas de suministro podría impulsar estrategias de cero emisiones netas, así como reducir la exposición a desarrollos geoeconómicos adversos, mientras que, las relaciones comunitarias sólidas podrían ayudar a las iniciativas de recuperación en caso de un desastre.
Considerar que la resiliencia es un viaje, no un destino. Las organizaciones con programas líderes de resiliencia pueden aprender de las pruebas de estrés y las crisis reales para emerger más fuertes, más flexibles y mejor preparadas. Deben estar alertas a las circunstancias cambiantes que puedan suponer riesgos y deficiencias que requieren acción adicional.

Nota: https://www.rrhhdigital.com/

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