La "cooperación" como un tercer principio fundamental de la evolución

Economía 07 de diciembre de 2022
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La cooperación ha estado mucho más presente en nuestra historia como especie humana que la despiadada competitividad que propone el neodarwinismo, pero además, puede afirmarse que la cooperación ha sido esencial para nuestra supervivencia. Y hoy es un driver fundamental sobre el cual se cimientan los modelos organizacionales empresariales más actualizados (con las abanderadas cooperativas y mutuales de diferentes sectores, pero también emprendimientos e innovaciones sociales de Economía Colaborativa).

Sin embargo, nos enseñaron que la evolución se basa en una competencia feroz entre individuos y, por lo tanto, solo debería recompensar el comportamiento egoísta. Cada gen, cada célula y cada organismo debe diseñarse para promover su propio éxito evolutivo a expensas de sus competidores. Sin embargo, se puede hallar cooperación en muchos niveles de organización biológica. Los genes cooperan en los genomas. Los cromosomas cooperan en las células eucariotas. Las células cooperan en organismos multicelulares. Hay muchos ejemplos de cooperación entre animales. Y en los seres humanos también encontramos ejemplos: desde las sociedades de cazadores-recolectores hasta los estados nacionales, la cooperación es el principio organizador decisivo de la sociedad humana.

Autores como Yuval Noah Harari, en su libro "De animales a Dioses", en el cual realiza un raccontto breve de la historia de la humanidad, se han preguntando la razón del éxito de los seres humanos contra otras especies, tanto de su mismo tronco como otras de características muy diferentes. Harari responde a esta interrogante aseverando que para él el éxito del ser humano es la "cooperación flexible", resaltando que aunque somos cercanos genéticamente con el chimpancé e incluso hay especies de insectos con complejos sistemas de sociedades, es la flexibilidad para adoptar cambios lo que hace distinta a nuestra especie.

No obstante, aún con esta herramienta de cooperación, Harari afirma que los humanos nos caracterizamos por crear historias, leyendas y códigos morales y creer en ellos, y es precisamente en esta línea donde pueden surgir religiones, grandes corporaciones, gobiernos, países e incluso conflictos y guerras, todo ello basado en lo que denominó "ficciones".

"Esas historias llegan a tal punto que han sentado también las bases de nuestra estructura económica, en resumen, somos la única especie sobre el planeta que podemos tomar un pedazo de papel, llamado billete o dinero, y adquirir productos reales con ellos, cambiamos un pedazo de papel por un kilo de plátanos. Nuestra herramienta es la cooperación flexible, pero la gran pregunta sería ¿hacia donde queremos ir?", se interroga Harari.

Lo cierto es que hoy científicos evolutivos contemporáneos, como David Sloan Wilson y Martin Nowak, agregan a la "cooperación" como un tercer principio fundamental de la evolución. Novak dice: "Quizás uno de los aspectos más notables de la evolución es su capacidad para generar cooperación en un mundo competitivo. Por lo tanto, podríamos agregar la "cooperación natural" como un tercer principio fundamental de la evolución además de la mutación y la selección natural". Y afirman que la cooperación puede explicar la parte creativa y constructiva de la evolución.

Por su parte, autores especialistas en la gestión de bienes comunes, tales como David Bollier, aclaran que una de las ideas más importantes es que el desarrollo evolutivo ocurre no solo a nivel individual de selección natural, sino también a nivel de grupo. ¿Qué quiere decir esto? Que mientras los individuos depredadores y egoístas pueden tener éxito dentro de un grupo o grupos, un grupo comprometido con la acción colectiva que coopera entre sus propios miembros, supera a los grupos egoístas en términos de evolución. Y bajo este concepto tenemos muchos ejemplos a lo largo de la historia de la humanidad que dan prueba de cómo la cooperación ha sido el camino elegido en contraposición a la premisa de un homo economicus que se mueve sólo por fines individuales como ser racional que supone ser.

Este plafón de teoría económica y social, nos permitiría dar un nuevo paso en materia organizacional, porque nos daría ciertas garantías de que podemos gestionar a los llamados "bienes comunes". Un bien común es un sistema social que gestiona los recursos de forma sostenible y que tiene normas y límites que sus miembros pueden hacer cumplir, a través de sanciones si es necesario, para asegurarse de que los recursos no se utilicen en exceso, eliminando conductas que no sean cooperativas.

Durante mucho tiempo se habló tergiversadamente de "tragedia de los comunes", hasta que apareció Elinor Ostrom primer mujer en ganar el Premio Nobel de Economía en 2009) y advirtió que existen estos sistemas sociales poco estudiados por la economía convencional con su enfoque en el individuo atomista del homo economicus. La ontología de la economía no puede entender realmente la acción colectiva porque se supone que los individuos importan más que los grupos, y cada individuo es supuestamente racional y calculador en la promoción de su propio interés material.

Esta noción de la cooperación como factor evolutivo para nuestra supervivencia y de que la posibilidad de gestionar bienes comunes es factible, son pilares en un momento de intensificación del proceso de privatización, incluso sobre intangibles como el conocimiento.

Por Belén Gómez / Doctora En Ciencias Económicas. Magister en Economía Solidaria e Innovación Social por la Universidad de Salamanca 

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