Europa sin escapatoria: crisis energética, inflación y, todo indica, recesión

Actualidad - Internacional 12 de septiembre de 2022
multimedia.miniatura.ad13a8ca38855b5a.6575726f70612d7265636573696f6e5f6d696e6961747572612e77656270

La Unión Europea (UE) avanza directo a una crisis energética. No tiene cómo evitarlo: posee productores de energía aliados que podrían ayudarla a sortear los cortes del suministro ruso, pero no la infraestructura para ingresar esas importaciones. Tampoco tiene el tiempo para construir esa infraestructura. Aprobó un recorte en el consumo para todos los países, pero no alcanzará. Habilitó subsidios para aliviar las facturas de gas y electricidad, pero en un contexto de aumentos inéditos de tasas de interés algunos países ya avisaron que no lo sostendrán indefinidamente, incluso cuando las reservas energéticas se agoten. 

Por eso, el FMI, al mismo tiempo que pide a los gobiernos controlar el gasto, avisa que si el corte del suministro ruso se mantiene, la UE entrará en recesión el año próximo. Pese a este sombrío escenario de crisis energética, crisis económica -y no parece exagerado pensar en una crisis social-, la mayoría del bloque europeo se mantiene firme en su política de sanciones a Rusia por su invasión a Ucrania en febrero pasado. Incluso, en algunos medios símbolo del establishment económico como The Financial Times, ya se construye una épica para aguantar las múltiples crisis: "Mientras Europa garantice que sus economías sobrevivan la temporada de frío, el chantaje de Rusia habrá fracasado. No declarará la victoria en Kiev sobre las espaldas de los hogares que tiritan de frío en Viena, Praga y Berlín".

"No hay sustituto rápido para la energía rusa"

Desde el fin de la Guerra Fría, el mundo unipolar, en el que Estados Unidos es la única superpotencia, Rusia se fue insertando al sistema capitalista global. Una de las estrategias más significativas de ese proceso fue la construcción de una red comercial con Europa para el suministro de energía, no solo gas, sino también petróleo y carbón. En el proceso se construyó una interdependencia muy fuerte. La apuesta de Estados Unidos y la UE este año fue que Moscú era más débil que el bloque europeo y no podría sobrevivir a una ruptura de este vínculo y tendría que dar marcha atrás en Ucrania.

Sin embargo, el contexto actual demuestra que Rusia consiguió redirigir gran parte de sus exportaciones de energía, mientras que la UE no puede reemplazar el faltante que provocaron sus propias sanciones y, ahora, la decisión de Moscú de profundizar los cortes del suministro. 

En una entrevista con El Destape, el director de estudios y economista del École des Hautes Études en Sciences Sociales (Escuelas de Altos Estudios en Ciencias Sociales, EHESS) de Francia, Jacques Sapir, explicó por qué la UE no tiene cómo reemplazar el rol protagónico que tenía hasta el año pasado el suministro de energía rusa: alrededor del 35% para el gas, entre 30 y 35% para el petróleo y entre el 20 y el 30% para el carbón. 

"En primer lugar, se podría reemplazar el gas natural (que llega por los gasoductos) por un substituto natural como el GNL (gas natural licuado). El único problema es que no tenemos instalaciones para transformar el GNL en gas gaseoso y eso es muy importante", explicó el académico y agregó que actualmente el sur de la UE, que es la zona menos dependiente de Rusia, tiene dos gasoductos: uno de Algeria a Italia y otro de Marruecos a España. El primero podría ampliar su capacidad en un 10% y el segundo está fuera de servicio. "Pero la mayoría del gas de Algeria llega a Europa por barcos de carga de GNL", aclaró.

En los últimos meses se habló de dos opciones principalmente: diversificar a nuevos vendedores, como Qatar (donde el titular del Consejo Europeo, Charles Michel, estuvo de visita la semana pasada) y ampliar las importaciones de fuentes ya conocidas como Argelia. Sin embargo, ninguna de estas dos opciones son posibles en lo inmediato, según Sapir. "Estamos usando todas nuestras plantas de regasificación. Para aumentar el suministro de GNL hay que construir nuevas y eso lleva entre tres y cinco años. Además, está el problema de los barcos para transportar GNL. Esos también llevan tiempo construirlos", explicó.

En segundo lugar, el petróleo. El bloque europeo tiene muchos aliados en Medio Oriente pero Sapir, un experimentado especialista también de la economía rusa, destacó un problema de corto plazo: "Para reemplazar un suministro tan importante como el que se recibía de Rusia, países como Arabia Saudita, Kuwait o Irak, que son los que podrían vender, deberían producir más crudo."

Tras fuertes presiones de Estados Unidos -el presidente Joe Biden incluso viajó a Arabia Saudita, pese a una relación tensa con el príncipe heredero de esa monarquía- la OPEC+ había aprobado un leve aumento de 100.000 barriles diarios (alrededor de un 0,1% de la producción global) para el mes de septiembre para ayudar a bajar los precios. Pero dado que el precio internacional viene bajando fuerte desde junio, acordaron una reducción del mismo monto para octubre.

El cartel de países productores más un grupo de países no OPEC liderados por Rusia se volverán a reunir el 5 de octubre, pero ante la perspectiva de una desaceleración de la economía global no hay muchos incentivos no políticos para aumentar significativamente la producción. Uno de los argumentos esgrimidos por las potencias occidentales era que con la salida del crudo ruso del mercado internacional, por las sanciones y el embargo impuesto por Estados Unidos, la UE y otros aliados, era necesario suplir ese hueco. Sin embargo, según la Agencia Internacional de Energía para julio, Rusia ya estaba produciendo solo 310.000 barriles diarios menos que antes de la guerra, una cifra mínima para un país que produce cerca de 10 millones de barriles diarios.

Finalmente, el carbón. "Podemos comprarle a otros países como Estados Unidos, Australia o Kazajistán, aunque en este último caso se enviarían por trenes de carga que atraviesan Rusia y es esperable que Moscú lo bloquee. El problema aquí es que los gobiernos de Estados Unidos y Australia dijeron que sí, que pueden aumentar la producción porque sus minas ya están trabajando a la capacidad máxima, pero en dos o tres años. Es decir, otra vez vemos que no es hay un sustituto rápido para la energía rusa", concluyó el académico francés. 

El plan de la UE para pasar el invierno
El viernes pasado, la titular de la Comisión Europea (una suerte de poder ejecutivo de la UE), Ursula von der Leyen, informó que el bloque posee sus reservas de gas al 82%, lo que significa que se está acercando más rápido de lo esperado a su meta del 100% antes del inicio del invierno, que en Europa comienza formalmente el 21 de diciembre. Por ahora, el plan del bloque regional parece ser sobrevivir al invierno, no mucho más. Por eso, aprobó un recorte del 15% del consumo este verano para ir alimentando más rápido las reservas y, de paso, ir alertando a las sociedades de que habrá que ahorrar y mucho. 

Según los cálculos de Sapir, "estas reservas suponen el consumo de 90 a 120 días", teniendo en cuenta que "el consumo diario en verano es nueve veces menor que en invierno". "Vamos a vivir de nuestras reservas desde finales de octubre o principios de noviembre, y para principio de marzo o abril se habrán consumido. Entonces, seguiremos teniendo un faltante de 25 a 30% para cubrir el consumo de gas del bloque. No es un problema hoy, pero será un problema cuando suceda. Porque el gas no solo se usa en los hogares, sino en las industrias para producir", agregó. 

Por ahora no parece haber plan para sustituir en el corto plazo el suministro ruso más allá de lo que se consiguió hasta ahora. En cambio, el foco de los gobiernos está puesto en el segundo problema que provocó esta crisis energética: la disparada de precios. En la UE, los precios de la electricidad se indexan según la fuente de generación más cara, aún si no es la que se utilizó para generar esos watts. En otras palabras, en estos momentos, la luz se indexa por el precio del gas, la fuente más cara. Por eso, las facturas que reciben los europeos aumentaron mucho más que las de los ciudadanos de otras regiones del mundo, aún si la matriz energética del bloque está diversificada e incluye fuentes no fósiles y nuclear, entre otras. 

Nota: eldestapeweb.com

Te puede interesar