Un día peronista

Actualidad - Nacional 28 de agosto de 2022
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CFK volvió una vez más a la centralidad política, esta vez con una presentación en youtube referida a la causa Vialidad. La encuadró en un marco político, mostrando a la vez los hilos de la persecución judicial y, sobre todo, argumentando que no es una persecución hacia ella o hacia el peronismo sino hacia un modelo político y, al fin de cuentas, hacia los derechos de las mayorías. 

Casi de inmediato, la militancia se dio cita frente a su departamento de Recoleta, con el clásico autoritarismo kirchnerista representada por cánticos, redoblantes, fuegos artificiales y bailes en pleno espacio público, lo que amedrentó a los indefensos vecinos del barrio, más habituados a la placidez que otorgan las amenazas de muerte hacia la vicepresidenta.

El sábado a la madrugada, tal vez para proteger a CFK de tanta algarabía popular, Horacio Rodríguez Larreta ordenó vallar su departamento y rodearlo con la infantería de la Policía de la Ciudad. También decidió cerrar la plaza Vicente López, situada a una cuadra, para evitar que el aluvión zoológico pudiera hundir las patas en el arenero (https://twitter.com/rinconet/status/1563558443167821828?s=20&t=5hErjVkq7PSaUHhGnEoJ8g).

Con un gran olfato político, el jefe de Gobierno porteño logró así concentrar en un solo lugar las diferentes marchas previstas ese día en la CABA en apoyo a CFK y en contra de la persecución político-judicial. Su éxito a la hora de darle una nueva mística al oficialismo es sólo comparable al que logró el fiscal Diego Luciani con sus alegatos y las fantasmagóricas tres toneladas de pruebas. Algunos no descartan que se trate de agentes de La Cámpora. En todo caso, deberían ser nombrados jefes de campaña del Frente de Todos: su talento es innegable.

Muy rápidamente, el barrio de Recoleta fue tomado por asalto por los efluvios de los puestos de choripán y los gritos de los vendedores de sánguches y gaseosas. Varios manteros ofrecían remeras, gorros e imanes con las caras de Lula, Perón, Evita e incluso la de CFK, imágenes de una violencia inaudita. Los manifestantes conformaron la heterogeneidad habitual de las marchas kircheristas: familias sueltas, militantes encuadrados, jóvenes integrados a organizaciones, jóvenes sin organización, progresistas, peronistas de la primera hora, ex radicales y muchos más, cantando el hit del día: “Gorila no te va a alcanzar, la nafta no te va a dar. Si la tocan a Cristina, qué quilombo se va a armar...”

La ausencia de horcas, guillotinas, antorchas o bolsas mortuorias entre los manifestantes confirmó la peligrosidad de la marcha y preocupó a las autoridades de la CABA, quienes dieron la orden de reprimir a la Policía de la Ciudad. Varios manifestantes fueron detenidos- incluyendo a diputados del oficialismo- y luego liberados. 

Con encomiable autocrítica, el jefe de Gabinete del gobierno porteño, Felipe Miguel, afirmó: “Lo que vimos hoy fue que durante unas horas las personas se manifestaron pacíficamente hasta que llegaron los violentos”. Es un diagnóstico acertado, hasta que llegó la infantería de la Policía de la Ciudad, la marcha fue efectivamente pacífica.

En un nuevo Nado Sincronizado Independiente (NSI), nuestros medios serios y los opositores de Juntos por el Cambio, dos colectivos que cada día cuesta más diferenciar, denunciaron la violencia oficialista y saludaron el temple de la policía. Clarín llegó a denunciar “la ciudad sitiada por el kirchnerismo”, algo asombroso aún para el generoso estándar al que nos tiene habituados. 

Entre los aullidos opositores se destacó el de Ricardo López Murphy el Breve, quien escribió en su cuenta de twitter: “Son ellos o nosotros”. Miremos el vaso medio lleno: no propuso bombardear la plaza Vicente López ni exigió prohibir las palabras Néstor, Cristina o kirchnerismo, ni tampoco la letra K. 

En todo caso, la interna de Juntos por el Cambio se dirime reprimiendo o encarcelando kirchneristas. Es un concurso para ver quién promete más sangre peronista y la competencia es realmente feroz. ¿Cuál sería la reacción de la oposición si la Policía Federal hubiera vallado la casa de Mauricio Macri para evitar que sus simpatizantes le manifiesten su apoyo? ¿Cuánto tardaría en denunciar al gobierno nacional frente a la CIDH? Una duda trepidante.

A eso de las diez de la noche, en un escenario improvisado, CFK declaró: “Desde el martes hubo manifestaciones en todo el país, pero el único lugar donde se produjeron escenas de violencia fue en la Ciudad de Buenos Aires”. “La violencia fue provocada por odio al peronismo. No toleran el amor y a la alegría de los peronistas” y concluyó: “Fue un día largo, vayan a descansar”.

En todo caso, como explicó nuestra colega Gimena Fuertes, fue Rodríguez Larreta quien consiguió ponerle fecha a la gran marcha a favor de CFK. 

Enhorabuena

Por Sebastián Fernandez

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