Cuatro millones de peronistas en busca de un Perón

Actualidad - Nacional 22 de agosto de 2022
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Las criticas desde adentro del Frente de Todos hacia el massismo, aunque tímidas, siguen presentes. La fuga hacia adelante del Frente de Todos para sostenerse en el poder, obliga a Alberto Fernández a convertirse en un presidente testimonial, que abandono su rol central en el ejecutivo para delegarlo en la dupla CFK-Massa, que en menos de un mes parece haber traído cierta relativa tranquilidad a la fiebre del dólar desatada después de la renuncia de Martin Guzman y la breve estadia de Silvina Batakis en el Palacio de Hacienda. Pero la llegada de Massa parece agrandar la pregunta que recorre cada vez mas a las bases del peronismo: ¿A quien represente el FDT?

"La ideología que orienta la actual ofensiva de la derecha resulta, en muchos sentidos, un fantasma de los años 20: es antiestatista, enfatiza la hegemonía empresarial, concibe al consumo popular como perjudicial para los intereses nacionales y esta basada en la creencia en la racionalidad del mercado y en la importancia de la moneda como variable autónoma", afirmaban Przeworski y Wallerstein en su texto "El capitalismo democrático", que define con precisión la realidad política de la oposición en Argentina en 2022.

Pero la agenda de Juntos por el Cambio parece haber derramado ideológicamente de forma eficaz en el Frente de Todos, que solo llevando la lógica schmittiana de amigo-enemigo al maximo puede ubicarse por oposición a Juntos por el Cambio. Pero la delegación administratriva del kirchnerismo en Sergio Massa, impulsado por el fracaso evidente del Albertismo en el manejo de la cosa publica, parece resquebrajar más que fortalecer los lazos de representación entre el electorado peronista y sus lideres. 

"El peronismo es un buen recuerdo que trae votos" suele sentenciar el ex diputado peronista y secretario de Estado, Julio Bárbaro. Y quizás sea cierto lo que dice, aunque miles de peronistas que se sienten descontentos con este gobierno, no renuncian a su identidad. Y es que a pesar que de lo que diga el accionista mayoritario de alianza del FDT, el kirchnerismo, sostiene que el "pueblo", es decir, eso que el pensador del populismo Ernesto Laclau encarnaba en el significante lleno, siguen siendo ellos, la realidad parece comenzar a decirles que esto no es tan así.

Sobre todo después de las PASO de 2021 y las elecciones de medio termino del FDT, donde casi 4 millones de votantes históricos del peronismo dejaron de acompañarlos en las urnas. En el Instituto Patria dicen que eso es relativo, aunque el Frente de Todos dejo de tener mayoría en el Senado, lo que significa que ahora deberá negociar con la oposición para iniciar las sesiones -porque perdió el quórum propio- y para sancionar leyes. En Diputados, el escenario de proporción de fuerzas políticas es prácticamente igual al de los 2 primeros años de gobierno de Alberto Fernández, con el oficialismo siendo la primera minoría seguida a unos pocos diputados por el principal espacio de la oposición, Juntos por el Cambio. 

Lo cierto es que luego de la crisis de representación política de 2001, los gobiernos kirchneristas han reconstruido la legitimidad de la actividad política reivindicando la movilización social del período precedente contra las políticas neoliberales, pero eso ahora no estaría funcionando tan bien. De hecho, aunque en el discurso presidencial, en la integración de su coalición social y en la implementación de políticas públicas, el kirchnerismo no sólo se identificó como  heredero de las luchas contra el neoliberalismo, sino que habilitó la emergencia y  proliferación de nuevas formas de acción colectiva, el fracaso del gobierno en materia económica y social desde 2019 (que no puede disminuir los 17 millones de pobres que heredo del macrismo y que la pandemia del Covid 19 y la guerra en Ucrania empeoraron trágicamente) esa identificación seria cada vez mas débil. Para decirlo con claridad: hay cada vez menos kirchneristas y más peronistas en busca de un Juan Perón o un Néstor Kirchner.

Es evidente que los sistemas de representación política están en crisis, y esta "verdad" incuestionable ante la opinión pública sólo puede ser entendida dentro del marco de la profunda democratización que la actividad política argentina ha experimentado en los últimos veinte años. Pero eso no le agrega cada vez mas responsabilidad a las y a los políticos, ya que la mayoría electoral que los llevó al poder esta cada vez mas enojada con ellos. De hecho, la mayoría de las encuestas señalan que las criticas de los sectores populares a las organizaciones que operan dentro de la estructura institucional argentina (sean estos los piqueteros, el Congreso o la secretaria de Comercio) es lo que diferencia la situación con la crisis de 2001 de hace sólo dos décadas. Es por eso, que acaso lo esta en juego no es el sistema democrático, sino el futuro de organizaciones políticas que tan pobremente han servido al electorado que deben representar. O para decirlo mas claro: una crisis del peronismo, pero no de los peronistas, que aun esperan que alguien llene el significante vacío. O en mas en criollo: algún peronista que los conduzca.

Por Ernesto Hadida 

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