“Incidente” en Taiwán: China dará un giro rotundo a su estrategia global

Actualidad - Internacional 10 de agosto de 2022
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La visita de Nancy Pelosi a la isla de Taiwán ha dejado temblando el endeble tablero de la paz mundial y abre las puertas a un cambio terminante en la estrategia china a nivel global. ¿Qué está pasando en Beijing y en Washington para que estas dos potencias militares lleguen a ese extremo?

Empecemos por el último. Las provocaciones de Estados Unidos a China han ido escalando en el 2022, sobre todo desde que el gobierno de Xi Jinping ignoró el boicot comandado por la Casa Blanca contra Rusia. El 23 de mayo, en Tokio, el presidente estadounidense Joe Biden mostró sus intenciones belicistas ante la CNN: “Estamos de acuerdo con la política de ‘Una sola China’ pero tomar por la fuerza a Taiwán es inapropiado y llegado el caso nos podríamos involucrar militarmente”. Para China, Taiwán es una “provincia rebelde” que en algún momento deberá volver a ser parte de su territorio, aunque no adopte el sistema comunista. Los antecedentes son, a fines del siglo XX, la incorporación de Macao y Hong Kong, hasta entonces en manos de portuguesas y británicas. Esa política China la denomina “Un país, dos sistemas”. 

Aquel día de mayo, cuando Biden hizo esa advertencia en Japón, no había ningún indicio de que China quisiera tomar a Taiwán “por la fuerza” por lo que la declaración se leyó como una amenaza. Inmediatamente comenzó el típico juego de las ambigüedades: la vocera de la Casa Blanca, Jen Psaki, salió a decir que se trataba de un “equívoco” y la prensa norteamericana sugirió que el exabrupto era producto de la senilidad del presidente.

El mismo ardid se utilizó ahora para el provocador viaje de Pelosi, la presidenta de la Cámara de diputados de Estados Unidos, el cargo más importante después del presidente y la vice. Las visitas de altos funcionarios extranjeros a Taiwán, sin contar con la autorización de Beijing, son altamente irritantes para el gobierno comunista.

En esta ocasión, la Casa Blanca jugó el viejo truco del policía bueno y el malo. Joe Biden (el bueno) conversó dos horas con su par chino por video conferencia, cinco días antes del viaje de la diputada demócrata. Biden habló de diálogo, de respeto a los acuerdos y sugirió cierta disconformidad por el viaje de su correligionaria. No obstante, el presidente chino le advirtió que si ella llegaba a la isla se consideraría una afrenta y que “quien juega con fuego termina quemado”. La prensa estadounidense, por su parte, aseguraba que Pelosi (la policía mala), actuaba por la suya, que buscaba rivalizar con Biden, y que los militares no avalaban la visita. Jerarcas como Anthony Blinken, secretario de Estado y Lloyd Austin, jefe del Pentágono vinculado una de las mayores proveedoras de armas en el mundo (Raytheon Technologies), no abrieron la boca. No obstante, se movilizaron desde la base norteamericana en Okinawa (Japón) hasta Taiwán aviones de guerra y buques que patrullaban la zona, cubriendo la llegada de la legisladora.

¿Cuáles pueden ser los motivos? Uno apunta a la política interna. El malestar social crece en EEUU y la economía, con números negativos desde que comenzó 2022, entró en “recesión técnica”. Todo indica que, en las próximas elecciones de noviembre, el Partido Demócrata perdería la mayoría en el Congreso y si esto sucede, los manuales indican que Biden no sería reelegido. En la lógica norteamericana mostrar músculo militar contra otra potencia podría atraer votos. De paso, con el conflicto, refuerza la venta de armas (a Taiwán y países vecinos) y observa qué potencialidades y qué estrategia muestra Beijing. 

El doctor en Ciencias Políticas, Gabriel Merino, agrega además tres razones geoestratégicas de EEUU para dominar a China. La primera es conservar dos cadenas de bases militares que el Pentágono tiene en la zona y que no sólo rodean China sino que le bloquean el acceso directo al océano Pacífico. La segunda es evitar que China obtenga el control de tecnología estratégica como los semiconductores. La Taiwan Semiconductors Manufacturing Company (TSMC) fabrica el 92% de los chips más avanzados para supercomputadoras, iphones e inteligencia artificial para automóviles. El tercer punto es evitar la integración territorial “clave en la legitimidad del Partido Comunista Chino; en el orgullo nacional de superar el llamado ‘siglo de la humillación” y en recuperar su lugar central en Tianxia (todo bajo el cielo)”.

¿Y China?

Conociendo el estilo de “largo plazo” de China es esperable que en las próximas semanas y meses se vean muchos cambios. En lo inmediato, Beijing descree de la supuesta “decisión personal de Pelosi” y considera que se trató de una acción provocadora permitida por la Casa Blanca. En ese marco, la respuesta “táctica” fue una inmediata demostración de fuerza militar “sin precedentes”, como dicen los comunicados chinos. 

Por primera vez, el Ejército Popular de Liberación uso fuego real de largo alcance y los misiles convencionales sobrevolaron la isla. Como nunca antes, las fuerzas navales chinas ignoraron una frontera no oficial pero tácitamente respetada por Beijing y Taipei (llamada “línea media del Estrecho de Taiwán”) y desconocieron el límite de las doce millas náuticas. En una palabra, el gobierno de Xi Jinping corrió las líneas “permitidas” hasta ahora. Según expertos militares de la China continental como Zhang Xuefeng: “Las maniobras del EPL tienen como objetivo demostrar que China es capaz de bloquear toda la isla y de resolver la cuestión de Taiwán por medios no pacíficos si la situación lo requiere. A través de estas acciones se niega la existencia de la línea media del estrecho y se deja claro que el llamado mar territorial de Taiwán también es el mar territorial de China.”.
Como señala The Washington Post, “cuando China ve un paso en falso de su adversario suele intervenir agresivamente para aprovecharlo". La prensa internacional acuerda con que la visita de Pelosi será utilizada como excusa para introducir cambios en la postura del gobierno comunista en relación a la isla y que podría haber avances en ámbitos, como la guerra cibernética y de información. 

La interpretación del diario “Global Times”, que refleja las posiciones del Partido Comunista Chino, va en la misma línea. “No interceptar el vuelo de Pelosi no significa un fracaso del EPL. Por el contrario, China continental optó por evitar un incidente que podría desencadenar una Tercera Guerra Mundial y, en cambio, aprovechó la visita de la legisladora como una oportunidad para impulsar el progreso de la reunificación, comenzando con el bloqueo de islas y ejercicios de ensayo de combate que podrían convertirse en rutina”.

Más aún, el “caso Pelosi” no sólo servirá para cambiar el statu quo en relación a Taiwán sino para blanquear un giro estratégico radical: China estudia proclamar el fin del dominio de EEUU en el orden mundial. Así lo adelanta el Global Times: “La visión estratégica de China es mucho más que jugar al gato y al ratón con Pelosi. China usará este movimiento provocador de EEUU para cambiar irreversiblemente la situación del Estrecho de Taiwán y acelerar el proceso de reunificación. (…) Nadie debe subestimar la determinación de China. La crisis entre Rusia y Ucrania ha demostrado al mundo las consecuencias de arrinconar a una gran potencia. China acelerará constantemente su proceso de reunificación y declarará el fin del dominio estadounidense del orden mundial.”

Este giro no sólo busca engrandecer la voz de China como potencia mundial en las decisiones globales y reafirmar su alianza con Rusia sino también, internamente, consolidar la figura del actual presidente XI para lograr, a fines de 2022, un tercer mandato como secretario general del PCCh y seguir presidiendo China.

La severidad de la respuesta china a EEUU (y a los aliados del Grupo de los 7 que apoyaron a Washington) se hizo sentir en toda la primera semana de agosto. Y seguirá. Ya se anunciaron acciones personales (no detalladas) contra Pelosi y sus familiares y la cancelación de conversaciones de política de defensa; suspensión de las reuniones consultivas entre militares chinos y estadounidenses y la anulación de acuerdos de cooperación, entre otras medidas.

Taiwán también conocerá el rigor del gigante comunista. Las maniobras militares se extendieron hasta el domingo 7 y se anunciaron severas sanciones contra los "secesionistas de Taiwán", sus familiares y empresas relacionadas con ellos.

China cree que ha llegado el momento de impulsar un nuevo equilibrio mundial y quiere ser protagonista.

Por Telma Luzzani

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