Evita inspira a 70 años de su fallecimiento

Historia 26 de julio de 2022
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Descubrí a Eva por mi papá cuando era muy chica y definitivamente marcó mi vida, incluso la elección de mi carrera. Me impulsó a instalarme a los 17 años a 2.500 km de mi casa para poder estudiar servicio social en Caritas La Plata. Eva marcó a fuego mi compromiso con las políticas de desarrollo humano. Su amor por los que menos tienen me acompaña desde siempre, en cada práctica que hice de joven con las instituciones barriales con los chicos y chicas que se sumaban en cada jornada de trabajo.

Cuando me recibí corrían los años 70 y el camino que había elegido iba despertando mis pasiones pero también representaba un riesgo permanente. Con mis compañeros y compañeras queríamos cambiar el mundo y eso incomodaba, fuimos víctimas del terrorismo de Estado más cruento, de hechos tenebrosos que van a estar siempre en mi memoria. En las banderas de quienes ya no están también está ella. Fui inconsciente algunas veces y otras no tanto, pero estaba segura que había encontrado también en la libertad, la participación y en la fuerza de transformación colectiva la razón de mi vida.

 
Puedo identificar su profunda influencia en cada proyecto que emprendí en la Universidad Nacional del Comahue y en los textos que subrayé en el doctorado de

la Universidad del Museo Social. No deja de sorprenderme, Eva fue una verdadera revolucionaria con una anticipada visión de lo que hoy conocemos como Estado moderno y presente, fue una mujer de altas convicciones e incansable acción.

Su mensaje estuvo y está siempre presente, su mirada federal, la importancia del abordaje integral, la equidad territorial, de un Estado presente en los barrios cerca de la gente. Definitivamente impulsó mi acción irreverente, tal vez innovadora para la época en la que primaban políticas de escritorio. Como cuando nos instalamos en un trailer para atender a la gente en el barrio Belgrano de Río Gallegos. En retrospectiva fue el primer Centro Integrador Comunitario con mesa de gestión barrial que construimos.

Años después, cuando me tocó la enorme responsabilidad de ser ministra de desarrollo social de la nación, conocí de cerca la obra de Eva. Algunas de ellas estaban derruidas y decidimos volver a ponerlas de pie, potenciar los Juegos Evita, las piletas de los bosques de Ezeiza, el tren de desarrollo social y sanitario, el complejo turístico de Chapadmalal, tantas cosas… y otras tantas que construimos desde su influencia: el programa Argentina Trabaja, el Ellas hacen, promotores territoriales , los emprendimientos de la economía social, sin dudas estuvo presente en cada de entrega de maquinas de coser.
Eva es un auténtico ícono nacional e internacional, central en nuestra historia y nuestro presente político y social. Eva es esa luz fuerte e inspiradora, que incomoda a algunos mientras transforma realidades para siempre, esa que tanto intentaron apagar pero no pudieron. La memoria de Eva vive en la inspiración de las nuevas luchas de las y los jóvenes, en cada acto cotidiano que permite avanzar activamente en la igualdad de oportunidades.

Nota: infobae.com

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